El futuro del conjunto de As Burgas prosigue pendiendo de un hilo. Tras la renuncia de la junta directiva y ante la falta de optativas para hacerse cargo con el club, proseguir la próxima temporada se antoja cada vez más complicado. El proyecto deportivo en estos momentos es totalmente inexistente. Ayer, el hasta ahora entrenador del conjunto rojillo, Luisito, anunciaba que renunciaba al año de contrato que quedaba y rescindía su contrato con el club.

Se marcha el gran artífice de los éxitos de Club Deportivo Ourense. Un título de Tercera División, un ascenso a Segunda División “B”, la permanencia, la victoria en la Copa Federación y un año peleando por el playoff son su bagaje. Dos temporadas y media en las que el preparador de Teo ilusionó e hizo soñar a una afición que se volcó con los suyos en todo momento, después de varios años en el desierto.

“He decidido rescindir mi contrato con el Ourense, ya que considero que he esperado un tiempo prudencial, pero la situación no mejora y no estoy dispuesto a vivir una temporada como la que acaba de finalizar”, explicaba el ya ex técnico ourensanista. La difícil situación económica que vive el club, que adeuda cinco mensualidades a plantilla y cuerpo técnico, ha motivado esta decisión. Seis meses en los casos de los futbolistas con contrato profesional.

Luisito anunció ayer también, que no iba a emprender acciones legales contra el Ourense y espera que se solucionen los problemas y los ourensanistas continúen compitiendo. “He decidido no denunciar al club por impagos, confío en que se solucionen los problemas y con la llegada de una nuevo presidente, se haga frente a los pagos pendientes. No quiero que con mi denuncia se castigue al Ourense. Le tengo mucho cariño a este equipo, ciudad y afición y les deseo lo mejor”.

El técnico es desde la tarde de ayer libre para firmar por otro conjunto. Todo apunta al Compostela, ya que volvería a casa, pero en los últimos tiempos, también se ha hablado del Racing de Ferrol, tras la marcha de José Manuel Aira. A la espera de hacerse con las manijas de un nuevo conjunto, la afición rojilla despide al técnico que devolvió al Ourense la gloria de campañas anteriores.

Sin noticias de posibles mandatarios

Primero fue Aníbal Pereira el que intentó hacerse con el club de la mano de un grupo inversor suizo-argentino, pero tras la negativa de la Agencia Tributaria a negociar el pago de la deuda contraída, acabaron por echarse atrás. Los jefes de Hacienda en A Coruña se negaron a negociar un fraccionamiento de pago de los 721.000 euros que el conjunto de As Burgas les debe. Poco después, llegó un grupo chino, que al ver las cuentas decidió dar marcha atrás. Su idea era alquilar el club, no hacer frente a estos pagos.

Manuel Seoane ha sido el último en anunciar que una persona de su confianza podría hacerse cargo. En los últimos días se ha complicado todo. La persona en cuestión se encuentra de viaje y no parece convencida para dar el paso adelante. El próximo 18 de junio se celebrará la Asamblea de Accionistas. En ella, se aceptará la dimisión de la directiva presidida por Alejandro Estévez. Si en ese momento, no aparece nadie que se haga con las riendas, el club entrará probablemente en liquidación. Una situación que ya se vivió hace dos años, pero de la que finalmente consiguió salirse airosos.

Otro frente abierto en estos momentos son las denuncias de la AFE. Los futbolistas ya presentaron sus demandas por impagos. El Ourense dispone de este mes para abonar las cuantías adeudadas a plantilla y empleados. Una cifra que ronda los 300.000 euros, pero que de desbloquearse las subvenciones de Diputación, Concello y Xunta, podría hacérseles frente. De no hacerlo, la entidad descendería a Tercera División. Cada vez parece más claro que el que quiera asumir la presidencia deberá desembolsar una cuantía importante para pagar a trabajadores, Hacienda y otras empresas, a las que también se les deben cantidades importantes por los servicios prestados.

El futuro es cada vez más negro y si nadie da el paso adelante, los casi 62 años de historia podrían terminarse de golpe. La ciudad respira fútbol, pero en los tiempos que corren y con la crisis económica que vive nuestro país, la situación se ha agravado. Las próximas semanas serán claves para saber si Club Deportivo Ourense continúa adelante.