Con sufrimiento, dependiendo de resultados de terceros, la Ponferradina mantuvo la categoría pese a perder en la última jornada en Gran Canaria. El objetivo de la permanencia siempre estuvo al alcance de la mano para los bercianos, que sufrieron un bache mediada la segunda vuelta. Una vez superado el mal momento, la noticia negativa de Saúl sirvió como aliciente más que suficiente para la plantilla para continuar luchando con más garra todavía. Riazor fue el punto de inflexión, y en la recta final algunos tropiezos inesperados demoraron la consecución de la salvación hasta el último partido.
Hubo varios cambios en la plantilla respecto a la que consiguió acabar en séptima posición en la temporada 2012/2013, pero a pesar de las modificaciones, la meta seguía siendo mantener la categoría. Llegaron jugadores con algunas temporadas disputadas ya en Segunda como Óscar Ramírez, Marquitos o Alberto Aguilar y otros provenientes de Segunda B buscando una oportunidad para brillar, como Javi Lara.
En puestos de ascenso con un gran Fofo
Pese al comienzo desgraciado en el Nuevo Arcángel, en el que el Córdoba venció en el descuento, la Ponferradina se rehizo y cuajó cinco jornadas consecutivas sin perder. Venció al Sabadell, al Alcorcón y goleó al Hércules en el mejor resultado de toda la temporada. Además consiguió un punto contra el Sporting, equipo llamado a luchar por el ascenso directo, y el Murcia.
Tras ese gran inicio, la Deportiva se ubicó en segunda posición, algo impensable a principio de temporada pero que ilusionó a toda la afición. Los resultados tuvieron un culpable: Fofo. El delantero empezó en gran forma la campaña y llevaba cinco goles en las seis primeras jornadas. Siguió sumando y en la 13ª jornada ya contaba con ocho dianas en su casillero individual. La puntería se le acabó y, hasta el último mes de competición no volvió a tener suerte en la faceta goleadora.