La décima temporada en Primera División no fue nada fácil para el Getafe. Tocó sufrir en todos los estamentos del club: directivos, aficionados y, por supuesto, jugadores. Una de las líneas que peor lo pasaron fue la de los porteros. Lesiones, cambios bajo palos… marcaron el devenir y sufrimiento que padeció el equipo para mantener la categoría.

La temporada empezó con Miguel Ángel Moyá (Mallorca, 1984) bajo palos después de un verano con numerosos rumores que lo situaban fuera del club azulón. Todo fue relativamente bien hasta que en el mes de marzo una lesión alejó al potero mallorquín de los terrenos de juego.

Su baja sería suplida por Jordi Codina (Barcelona, 1982) que lleva en el club desde el año 2009, pero que nunca había contado con la confianza de los entrenadores que habían pasado por el club madrileño.

Poco le duraría la titularidad al catalán, ya que tan solo un mes después Contra decidía dejarle en el banquillo para poner bajo palos al recién llegado Julio Cesar.

Miguel Ángel Moyá: la seguridad

Moyá llegó al Getafe en el verano del 2012 en condición de cedido por parte del Valencia. Su rendimiento fue tal que el club madrileño decidió hacerse con sus servicios por cuatro años más.

Moyá ha sido clave en estos últimos años para que el club no pasara apuros e incluso consiguiera buenas clasificaciones en liga. Durante esta temporada jugó veintiséis partidos encajando cuarenta goles, hasta que en la jornada 26 una inoportuna lesión de rodilla le alejó de los terrenos de juego para el resto de la temporada.

El encuentro frente al Espanyol sería el último partido en el que el jugador mallorquín vistiera la elástica azulona, pues unas semanas después de que finalizase la competición nacional el Getafe oficializaba el traspaso del portero al Club Atlético de Madrid por una cantidad próxima a los tres millones de euros.

Foto: Apo Caballero, VAVEL

Jordi Codina: el eterno suplente

Ante la lesión de Moyá, Jordi Codina debía dar un paso al frente y demostrar que no solo era un jugador que crea buen ambiente en el vestuario. Debía confirmar que el portero criado en las categorías inferiores del Real Madrid era capaz de defender la portería de un equipo de Primera División.

Codina disputó a partir de entonces siete partidos, en los que encajó un total de once goles. Tras el partido frente al Atlético de Madrid en el Coliseum, perteneciente a la jornada 33, Cosmin Contra decidió relegarle al banquillo, llegando a señalar al portero catalán en rueda de prensa por el error cometido frente al equipo rojiblanco.

El futuro de Codina está en el aire, ya que Ángel Torres ha manifestado públicamente que no entra en los planes del club madrileño para la próxima temporada.

Foto; Carla Cortés, VAVEL

Julio Cesar: fichaje obligado

Julio Cesar (Guaramirim, Brasil, 1986) fue el elegido para ocupar el puesto que dejaba libre Moyá debido a su lesión. El portero brasileño había militado una temporada en el Granada, por lo que ya conocía la liga española.

En principio, Julio Cesar llegaba con el rol de portero suplente ya que el titular sería Codina. Pero a cinco jornadas del final de liga, Contra decidía darle la titularidad, que mantendría hasta el final de temporada.

El portero brasileño jugó cinco partidos, encajando tan sólo tres goles. Sus intervenciones durante el último partido frente al Rayo Vallecano fueron claves para mantener al equipo en Primera División por undécima temporada consecutiva.

A pesar de sus actuaciones, Ángel Torres también manifestó que no continuaría en el equipo la próxima temporada. Julio Cesar terminaba contrato el 30 de junio y el club decidió no renovarle.

Foto: Dani Mullor, VAVEL