El centro del campo es ese lugar del terreno de juego en el que todo el fútbol de un equipo cobra sentido y personalidad. La zona en la que apostar por tener el balón o por entregarlo. Un territorio reservado a aquellos que no les quema el cuero en los pies, que piensan rápido y ejecutan con firmeza. Para muchos, la parte más importante de un equipo.

En un club de la magnitud del Real Madrid, la medular cobra una relevancia aún más grande si cabe. Los jugadores encargados de ser el timón y el motor de los blancos son observados con lupa, pues su trabajo es tremendamente selecto y exigente. En esta última y exitosa temporada, Luka Modrić, Xabi Alonso, Ángel Di María, Sami Khedira, Isco Alarcón, Asier Illarramendi y Carlos Henrique Casemiro han sido los inquilinos del medio del campo.

El esquema de Carlo Ancelotti, muchas veces un 4-3-3 y en ocasiones un 4-2-3-1, requiere polivalencia y sacrificio. Tras superar con nota la temporada de la Décima, con hombres como Mordić o Di María al mayor nivel de sus carreras, el italiano ha formado una medular consistente, con química y que ha convencido a la grada del Bernabéu.

Ahora, con la temporada 2014-2015 en el horizonte, el Real Madrid tiene en su centro del campo puestas todas sus miradas. Posibles fichajes, salidas, relevos. A los blancos no les van a faltar recursos contando con lo que tienen y lo que puede llegar, pero Ancelotti tiene ante sí la labor de construir un puzzle que, por ahora, tiene muchas, quizás demasiadas, piezas.

La incertidumbre de la retaguardia

El perfil de mediocentro defensivo es algo indispensable para Ancelotti. Para el italiano, un jugador todoterreno capaz de realizar labores de contención es fundamental para dotar al equipo de ese equilibrio que tanto valora el entrenador. En este sentido, son dos los hombres que cumplen esta función como base de su juego: Khedira y Casemiro.

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El alemán Sami Khedira se perfiló desde el primer día de Ancelotti en el Madrid como una pieza muy codiciada para el italiano. Su fuerza y capacidad defensiva hacían del alemán el peso que equilibraba la balanza de un equipo criado en el contraataque y que trataba de controlar más el esférico. Sin embargo, en noviembre Khedira se rompió los ligamentos jugando con su selección, y se perdería casi toda la temporada al completo. "Casi", porque en una clara muestra de la confianza de Ancelotti en el jugador, Khedira volvió para jugar nada más y nada menos que la final de la Champions League. Y el cerrojo de Ancelotti cumplió hasta el último momento.

Tras la lesión de Khedira, su función defensiva se repartió entre Alonso y ModrićTras la lesión de Khedira, "Carletto" se vio obligado a retocar el esquema, e inevitablemente tuvo que renunciar a ideas más prácticas para sacar a más jugadores creativos al campo. De esa forma, entre Alonso y Modrić quedaron cubiertas las funciones de contención de la medular con un resultado sorprendentemente satisfactorio. Dos pájaros se mataron de un tiro.

En todo este panorama, el que parecía que podía ser el gran "beneficiado" de la lesión de Khedira, Casemiro, no tuvo el protagonismo esperado. A pesar de ser un jugador que cada vez que salía al campo cumplía con creces, Ancelotti no consideró su presencia necesaria con la concepción más defensiva de Alonso y Modrić, e Illarramendi como recambio. El brasileño no sólo es un buen jugador defensivo, sino que tiene criterio y calidad en sus botas para mover el balón, pero en una plantilla así la plaza está muy cara.

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A pesar de su segundo plano, para el recuerdo de los aficionados en la temporada 2013-2014 quedarán grandes actuaciones de Casemiro como la de la vuelta de cuartos de final de Champios League en Dortmund. Un Madrid contra las cuerdas se aferró al brasileño, que realizó un impecable trabajo de contención. Los blancos sobrevivieron al infierno alemán y la imagen de Casemiro salió reforzada.

El futuro del sector más defensivo de la medular del Real Madrid presenta muchas dudas. Con el gran rendimiento de Modrić y Alonso como pareja de centrocampistas, más el casi cerrado fichaje de Toni Kroos, comienza a haber superpoblación en la zona intermedia del campo blanco. Es más, la contratación del alemán parece un claro aviso: el fútbol de toque debe ser el predominante.

Los dos centrocampistas defensivos puros del Madrid podrían ser las piezas prescindiblesKhedira, según informa la prensa británica como Daily Star o Daily Mail, podría tener ofertas de Inglaterra, entre ellas del Chelsea de Mourinho, quien en su etapa en el Madrid lo consideraba insustituible. Sus dificultades para sacar el balón jugado, la capacidad de Alonso y Modrić para suplirle y su revalorización tras el Mundial pueden ser claves para que finalmente abandone la entidad blanca. Con Alemania, Khedira llega más al área rival y es más ofensivo, pero en el Madrid no se ha visto esa faceta del jugador, y puede que acabe siendo parte de un traspaso que dé dinero al club.

Por parte de Casemiro, la llegada de Kroos parece cerrarle muchas puertas en el Real Madrid. Ancelotti ha contado poco con él, y tendría que luchar con Modrić, Alonso, Illarramendi, Kroos e incluso Isco por un puesto. Equipos como Inter o Benfica se han interesado por él, y lo más normal es que salga en busca de minutos.

En definitiva, el Madrid de la próxima temporada podría configurarse sin un centrocampista defensivo puro. El equilibrio que ha conseguido Ancelotti a pesar de la ausencia de Khedira y sin utilizar a Casemiro parece ser una garantía de que los que están valen. Con la llegada de Kroos, parecen demasiados jugadores para pocos puestos. Y los recortes pueden llegar en la retaguardia.

Hagan juego

Una de las mayores obsesiones del Madrid en sus últimos años ha sido la de encontrar un centro del campo con jugadores técnicos capaces de mover a sus compañeros. Tras mucho tiempo detrás de ese objetivo, en la última campaña pudo confirmarse que la misión está completa.

El jefe, el guía y el timón hace tiempo que llegó al club. Xabi Alonso lleva varias temporadas como indiscutible en la medular de los blancos, con su excepcional visión de juego y desplazamiento en largo del balón como principales avales. Ancelotti lo sabe y él es la primera opción cuando hay que sacar el balón jugado.

Modrić es el jugador que el Real Madrid llevaba años buscandoSin embargo, hay algo que el Madrid necesitaba como agua de mayo: alguien que, haciéndose dueño del esférico desde el centro del campo, fuese capaz de romper la primera línea de defensa y levantar la cabeza para buscar a los delanteros. Un jugador con desborde, habilidades como pasador y veloz. La respuesta estaba escrita en croata: Luka Modrić.

En su temporada de explosión tras una complicada adaptación, Modrić ha sido uno de los mejores jugadores del Real Madrid. Lleno de la confianza que antaño se le exigía, su juego se ha revitalizado gracias a que se ha vuelto un jugador mucho más atrevido y vertical. No se arruga a la hora de pedir el balón, rompe líneas de presión contrarias y muchas veces es el pilar sobre el que el equipo se sujeta.

Como antes se ha destacado, si en el Bernabéu encontraron por fin la química necesaria para funcionar ofensivamente desde la medular, Alonso y Modrić han evolucionado mucho en labores de contención. El tolosarra es más lento y su defensa es más zonal, aunque en las distancias cortas tiene especial habilidad para robar balonces tirándose al piso. Por parte del croata, su presión incansable, haciendo gala de velocidad y perseverancia, le han convertido en un activo defensivo inestimable. Su físico es menos adecuado para estas funciones, pero su trabajo ha acabado siendo notable en este sentido.

Mientras, desde el banquillo, ha esperado sus muchas oportunidades Asier Illarramendi. Llegado desde la Real Sociedad y llamado a ser el relevo de Xabi Alonso, el centrocampista vasco ha tenido un curso irregular. Su calidad técnica es indiscutible, con un magnífico toque de balón, pero su falta de velocidad y proyección ofensiva son su talón de Aquiles. Sus defectos se espera que sean pulidos con experiencia, pero la llegada de un jugador del perfil de Toni Kroos le obligaría a buscarla fuera del club de la capital.

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El fichaje de Kroos, confirmado por medios de todo el mundo y que parece depender de la confirmación oficial, abre un abanico de posibilidades e incógnitas en la zona de creación de la mitad de campo del Madrid. El alemán ha sido uno de los mejores jugadores del Mundial de Brasil, y aterriza en Madrid con la etiqueta de creador de juego puro. No es un futbolista veloz y defensivamente flaquea, pero su impresionante aptitud como pasador y su gran disparo pueden hacer de él una opción polivalente para los blancos.

El 4-3-3 de Ancelotti tiene pocos puestos para tanto candidato¿Qué pasa con la fabricación de fútbol en el Madrid? Con el esquema 4-3-3 podrían jugar Alonso, Modrić y Kroos juntos, presumiblemente con Alonso más atrasado. Sería un dibujo que apostaría claramente por la posesión del balón y el control del partido, sacrificando la posición de mediapunta puro. Sin embargo, esta alineación tan usada por Ancelotti tiene a un reconvertido Di María como parte del tridente de la medular. Si el argentino no se marcha como apuntan los rumores, habrá aún más "overbooking" en el medio, pues Di María es muy del gusto de "Carletto". Además, con este planteamiento, los centrocampistas defensivos e Illarramendi también podrían tener una mayor cabida.

Atendiendo al esquema 4-2-3-1, una opción pasa por mantener a la pareja Alonso-Modrić usando a Kroos como recambio habitual y jugando con la posibilidad de que el croata y el alemán sean mediapuntas, aunque el de Alemania está a un nivel en el que es difícil dejarle en el banquillo. Otro escenario posible sería la progresiva sustitución de Alonso, cuya veteranía puede hacer bajar su rendimiento, por la juventud de un Kroos que se asemeja en muchos aspectos al centrocampista español, además de tener mayor vocación ofensiva. Todo esto, teniendo en cuenta que Modrić es intocable, que Illarra valdría como recambio y que ni Khedira ni Casemiro tienen demasiadas posibilidades por su caché de quitarles el sitio a los tres "jugones" con esta alineación. Este dibujo también puede tener como variante la demarcación de Modrić o Kroos como mediapuntas, pues ambos son muy válidos para ese puesto.

Atacando desde media cancha

Los dos centrocampistas de proyección eminentemente ofensiva de los que dispone Ancelotti, dejando a un lado la polivalencia de Modrić y Kroos, son a día de hoy Ángel Di María e Isco Alarcón. No son creadores de juego, son autores del último pase, conectores de la medular con la delantera y encargados de llevar la pelota al área rival.

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El caso de Di María es el de un jugador extraño. Si en sus primeros años en el Madrid ha sido un extremo puro dependiente de su zurda, Ancelotti ha descubierto a un todocampista capaz de jugar en su 4-3-3 como medio liberado que hace en ocasiones las veces de mediapunta e incluso extremo. Su velocidad, desborde, aptitud goleadora y capacidad para revolucionar los partidos es conocida por todos, aunque su falta de calma y criterio en muchas de sus decisiones es un importante punto flaco.

Di María es de nuevo un aspirante a ser traspasadoLa llegada de Kroos hace que haya muchos habitantes de la medular en la plantilla, lo que podría hacer que a Di María no se le necesite más en esa posición. Como extremo sería suplente y en un posible 4-2-3-1 cabría la posibilidad de que fuese mediapunta, aunque estaría muy desubicado. Si a esto le sumamos el supuesto descontento del jugador y que ya estuvo el verano pasado en la cuerda floja, su salida del club es una opción real.

Isco, por su parte, sí que tiene naturaleza de mediapunta. Su juego es muy distinto al de Di María: más orientado al regate en espacios cortos frente a las carreras del argentino, a los pases medidos y a la calma frente al frenetismo. Puede adaptarse a una posición más atrasada, pero en el 4-3-3 de Ancelotti se ha evidenciado su falta de fundamentos en defensa. Ha sido suplente en muchas citas del equipo, pero a pesar de ello ha participado en un buen puñado de partidos.

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Por último, a raíz de las dudas sobre el futuro de Di María sale el nombre de un posible refuerzo del Real Madrid: James Rodríguez. El colombiano ha deslumbrado con su Mundial y, sabedor de que un jugador de su perfil encajaría en el equipo blanco si Di María se marcha, ha declarado su deseo de jugar en el equipo de Chamartín con inusual insistencia.

A pesar de no ser más que rumores su posible llegada, el juego de James añadiría a un 10 puro al Madrid. Rodríguez tiene gol (Bota de Oro de Brasil 2014), visión de juego y técnica para mover el balón, y aunque su posición natural es la de mediapunta o segundo delantero, podría encajar en un 4-3-3. Eso sí, de nuevo el problema de la pérdida de potencial defensivo es posible que aparezca.

Los mediocampistas ofensivos serán otra pieza a ubicar en la alineación del Real Madrid del curso 2014-2015. Si Di María se queda, la pelea por un puesto en el 4-3-3 podría no afectarle con la confianza que Ancelotti tiene en él. Sin embargo, la llegada de un futbolista del nivel de Kroos podría apartarle del once titular. En el caso de Isco y James, para sentirse cómodos necesitan que el sistema se adapte a un 4-2-3-1. En el 4-3-3 tienen cabida, pero sus carencias defensivas no encajan con el ideal de equilibrio que persigue Carlo Ancelotti.

Un centro del campo superpoblado

Si hay algo claro entre tantas dudas, es que la medular del Real Madrid tiene demasiados efectivos. Khedira, Di María, Casemiro e Illarramendi ya han visto sus nombres involucrados en rumores de traspasos, pero hacer que estos movimientos se materialicen se antoja fundamental para el Real Madrid si quieren evitar una superpoblación de centrocampistas.

Centrocampistas defensivos, creadores de juego y medios atacantes. Muchos candidatos y pocos puestos. La pelota está en el tejado del Real Madrid y de un Ancelotti que tendrá en sus manos la decisión de redibujar o no el esquema y alinear a tres entre tantos.