A falta de ocho días para debutar en Liga, el Celta demostró en la última semana de pretemporada estar preparado para la competición oficial después de vencer al Deportivo en Pasarón y golear al Cagliari en menos de cuatro días. Como en Pontevedra y en la gira inglesa, el equipo celeste desplegó el sistema de juego ideado por Berizzo, basado en buscar siempre la posesión de balón y presionar al rival en el momento en que se pierde el esférico.

Pero en esta ocasión ofreció una versión más pulida, en la que se pudo ver la importancia que le da el equipo a defenderse a través de tener la posesión en zonas tranquilas y buscando un pase seguro, sin necesidad de precipitaciones que puedan provocar una pérdida de balón en zonas demasiado cercanas a la portería. También fue patente la apuesta por el tiro lejano: Madinda, Nolito, Radoja o Álex López fueron algunos de los hombres del Celta que buscaron portería con disparos desde la frontal del área o incluso desde posiciones más alejadas.

Debut de Augusto y Radoja

Además, el Celta demostró en el Memorial Quinocho que todos los hombres de la plantilla han asimilado las directrices de Berizzo. Prueba de ello es que la seña de identidad del técnico argentino estuvo presente en todo el partido pese a que sólo repetían titularidad tres hombres respecto al encuentro del pasado miércoles contra el Deportivo: Fontàs, Jonny y Álex López. Las directrices estuvieron presentes incluso en las dos últimas incorporaciones del club y que formaron parte del once titular frente al Cagliari: Augusto, que ha sido el último hombre de la plantilla en incorporarse al equipo después de proclamarse subcampeón del Mundo y el último fichaje del club, el mediocentro Nemana Radoja que dispuso de más de sesenta minutos en su primer partido de celeste.

El joven serbio fue el centro de atención de la grada en la presentación del equipo ante su afición y respondió positivamente. A pesar de haber llegado hace apenas una semana, su conocimiento del juego le permitió destacar, sobre todo, a la hora de robar el balón. Además, para distribuirlo estuvo muy arropado por sus compañeros: Álex López en la primera parte y Krohn-Dehli en la segunda estuvieron permanentemente ayudándole y ofreciéndose para recibir el esférico, mientras que Fontàs llegó a permutar posición con Radoja para ser él el que tomase la responsabilidad de sacar el balón jugado.

Comienzo eléctrico

Por lo demás, el Celta siguió el guion establecido esta pretemporada: abusar de la posesión del balón, los pases seguros y un gran despliegue físico a la hora de recuperar el esférico con una presión en campo contrario ejercida por los hombres de ataque. Frente al equipo italiano destacaron en esta faceta Levy Madinda y Augusto Fernández, que con Berizzo recuperó la posición de extremo derecho a la que el argentino estaba habituado hasta la llegada de Luis Enrique. Ambos hombres fueron los más activos a la hora de presionar una banda derecha que era la elegida por el Cagliari para intentar sacar el balón de su zona de peligro, algo que en muchas ocasiones no fue capaz de conseguir por culpa del trabajo colectivo celeste, que le permitía recuperar rápidamente el balón.

Pero aunque la mayor parte del trabajo se estaba ejerciendo por la banda derecha celeste, fue por la izquierda por donde llegó el peligro y el primer gol, nada más comenzar el choque. Tras dos tiros desde la frontal del área de Madinda y Radoja en los primeros compases, Santi Mina probó desde fuerea del área, un poco escorado a su banda, la izquierda, con un remate cruzado que cogió bastante efecto y que se convirtió imparable para Colombi. Solo habían pasado siete minutos.

Dominio

Con la llegada del tanto celeste el ritmo frenético de los primeros minutos se relajó y dio paso a unos minutos en los que el Celta puso en práctica el fútbol de control a través de la posesión. En donde destacó el trabajo en recuperación y la buena disposición de la defensa celeste, dispuesta a mover el balón de manera cómoda y a la espera de un hueco o un desmarque que diese inicio a alguna jugada.

El Celta anuló al Cagliari a través de la posesión De esta manera llegaron nuevos acercamientos con peligro al área italiana, si bien ninguna de ellas fue entre los tres palos. Las más importantes estuvieron en las botas de Álex López, que por dos ocasiones realizó disparos lejanos en los que faltó un poco más de puntería y una llegada de Charles ante el portero que no pudo rematar con acierto por estar demasiado escorado.

Por su parte, el Cagliari sólo dispuso de una ocasión importante en los primeros cuarenta y cinco minutos, que le sirvió a Rubén para reivindicarse como posible guardameta titular del conjunto celeste. Cossu realizó dentro del área un remate con la izquierda muy ajustado al palo que el guardameta internacional sub19 atajó con solvencia y seguridad.

Salen los pesos pesados

A pesar del dominio, el Celta llegó al descanso ganando por un solo tanto. Los goles llegarían tras el descanso, con la entrada en el campo de hombres importantes: Fontàs, Jonny, Álex López, Augusto y Mina fueron sustituidos por Cabral, Planas, Krohn-Dehli, Orellana y Nolito respectivamente. Con los dos extremos, el danés y Charles en la punta, el Celta dio un paso adelante en lo que respecta a la creación de juego ofensivo y enseguida encontró el gol, aunque fue a balón parado. Orellana sirvió un córner desde la derecha que cabeceó Gustavo Cabral, el argentino anotaba el segundo del Celta en el minuto cuarenta y seis y daba el pistoletazo de salida a los mejores minutos del equipo.

Con la seguridad de tener controlado el encuentro tanto en juego como en goles, el Celta se notó más cómodo y dio rienda suelta a su creatividad. De esta manera empezaron a encadenarse jugadas de peligro sobre la portería del Cagliari, que pudo haberse llevado algún gol más. Orellana empezó a desmarcarse con facilidad por su banda y Nolito volvió a demostar su gran estado de forma a través de pases, regates, desmarques y disparos muy ajustados. Ambos se encontraron con el gol.

Después de fallar Charles un mano a mano con el portero y con el Celta volcado sobre la portería italiana, llegó el tercer gol desde el punto de penalti. Charles fue derribado con claridad dentro del área después de recibir un gran pase de Nolito y Orellana fue el encargado de transformar la pena máxima en el cincuenta y ocho de partido. Dos minutos después Nolito perforaba la portería de Colombi con un gran disparo desde fuera del área, escorado a la izquierda que entró por toda la escuadra.

Final atropellado

El partido, totalmente sentenciado a falta de treinta minutos, dejó otros diez minutos más de buenas ocasiones para el Celta: un par de disparos lejanos de Nolito y otro cara a cara de Charles con el guardameta que no fue capaz de resolver. Como en la primera parte, volvió a dejar otra gran parada de Rubén, en esta ocasión a Ibarbo, el hombre que jugó con mayor intensidad por parte del Cagliari.

Radoja se retiró entre aplausos de Balaídos El paso de los minutos sirvió para ir dando entrada a los recambios y que los sustituidos recibieran la ovación de Balaídos, como en el caso de Radoja, que se marchó entre aplausos después de un buen debut con la casaca celeste. Entraron sobre el césped Borja Fernández, Jordan y Larrivey, quien tuvo las dos últimas llegadas del Celta con peligro al área italiana. En ambas cabeceó de manera desviada, aunque por muy poco.

Sin embargo, los últimos minutos de encuentro, con todo sentenciado y con el celtismo satisfecho por el resultado, el dominio y el juego, el choque tuvo dos manchas. La primera fue una pequeña pelea que casi va a más entre Ibarbo y Krohn-Dehli, en la que el colombiano respondió alzando la mano a la cara del danés a una entrada para robarle el balón. La segunda fue una dura falta por detrás que realizó Cabral en la frontal del área y que le hizo ver la tarjeta roja.

Con estos dos percances el partido llegó a su fin y el Celta consiguió volver a terminar con su portería a cero. El equipo de Berizzo pone fin a su pretemporada invicto, sumando cuatro victorias y tres empates, demostrando que el trabajo táctico y físico está hecho y que está preparado para que dé comienzo lo verdaderamente serio: la lucha por la permanencia.