Los aficionados rojiblancos más jóvenes se han quitado una losa de encima. Sus dosis de paciencia deberán permanecer intactas porque sus parientes mayores, siempre amigos de la anécdota y la batalla sobreadjetivada,  podrán continuar contando lo disciplinado que era el servicio militar y lo pronto que se llegaba antes de las fiestas, pero la historia de aquel Atleti que un día fue campeón se ha desmoronado por completo. O no, pero no hará falta imaginarla porque el presente es tan prolífero como cualquier tiempo pasado, y es que el Atlético de Madrid ha conseguido, al menos, un título oficial en cada una de las seis últimas temporadas disputadas.

El primero de los triunfos de la racha rojiblanca llegó en la temporada 2009-2010, con aquella Europa League conquistada en Hamburgo que ponía fin a la sequía atlética, que se remontaba hasta la época del doblete. El verano siguiente, los colchoneros dieron la campanada y se anotaron la Supercopa europea ante el vigente campeón de la Liga de Campeones, el Inter de Milán, gracias a dos goles anotados por Reyes y el Kun Agüero.

Tras aquel doble título (que estuvo acompañado por la final de Copa perdida contra el Sevilla en el Camp Nou), el por aquel entonces entrenador del Atlético, Quique Sánchez Flores, afirmó que la gesta madrileña tardaría 40 años en repetirse. Nada más lejos de la realidad, porque el equipo rojiblanco estaba muy cerca de lograr la mejor temporada de su historia.

El inicio del camino lo marcó la temporada 2011-2012, un año destinado a permanecer en el olvido del aficionado atlético tras un comienzo complicado a las órdenes de Gregorio Manzano, y que sin embargo, terminaría por significar el regreso definitivo (al menos hasta ahora) del Atlético de Madrid a la élite del fútbol europeo y nacional

La destitución de Manzano provocó la llegada al banquillo del Manzanares de Simeone, un parche de emergencia que acabó por devorar la balsa inicial para transformarla en el transatlántico del ‘partido a partido’. En aquel primer año del Cholo al frente del Atlético, el equipo volvió a levantar la Europa League, eso sí, esta vez de una manera mucho más brillante, iniciando una racha de victorias en Europa que terminaría en récord y culminando el trabajo con una final de ensueño ante el Athletic Club, que nada pudo hacer para detener a los Falcao y compañía.

Élite nacional

La 2012-2013 comenzaba de manera inmejorable con una exhibición ante el Chelsea en Mónaco, que confirmaba lo que pocos se atrevían ya a dudar: El oso y el madroño habían vuelto para quedarse. Sin embargo, faltaban dos pasos por dar para ser tomados en serio por todos, ya que no fueron pocos los que tildaron las Europa League de ‘título menor’ y subestimaron el valor de las Supercopas, calificándolas de poco más que amistosos. Así que había que ganar alguna competición derrotando a alguno de los grandes, y ni corto ni perezoso, la parroquia colchonera se puso ese mismo año el disfraz de ‘gol de Miranda’ y robó la bandera jugando contra Satanás en el mismísimo infierno.

Tras la Copa del Rey, el Atleti dio el salto definitivo al año siguiente con la bonita historia por todos conocida, en la que los guerreros de Simeone demostraron al mundo entero que con trabajo y sacrificio si se quiere, se puede.  Y el mismo día del cabezazo de Godín obtuvieron el billete, con escala doble en Madrid, para lograr un título oficial por sexta temporada consecutiva.