Algo estaba diferente en la Dani Jarque. Una señal de que el partido de la jornada iba a acontecer en ese recinto. Sin explicación aparente, el autocar del Reus estaba aparcado de tal forma que impedía en gran manera el tráfico de aficionados. No debía de estar ahí; sin embargo, estaba mimetizado con el paisaje y todo el mundo parecía ajeno a tal desorden. El Espanyol B se encargaría de establecer su propio orden. A ningún anfitrión le gusta que le desordenen su casa.

Dos conjuntos con grandes plantillas sobre el césped dispuestos a dar caviar a los allí presentes. Ni de beluga ni de trucha. Caviar blanquiazul y rojinegro para atiborrar a un público sediento de fútbol y castigado por el parón de selecciones. El remedio estaba en la Dani Jarque y sin receta médica.

Toma y daca constante, dominio ligero del Espanyol B y respuestas del Reus a la altura de las circunstancias. Dos estilos contrapuestos enfrentados para afincarse en la parte alta de la clasificación. Jordán y Jairo volvían al filial después de pasar dos jornadas con el primer equipo. Las dos joyas de la cantera se unían a la fiesta. El catalán en la sala de máquinas y el sevillano en la punta de lanza, ojo avizor a cualquier jugada que reclamase su sello.

El Reus prefirió esperar a la contra al Espanyol B; sin embargo, estos volvieron a recurrir a sus eternas posesiones con actuaciones inmejorables de los hombres de banda. Rober y Luque, asociándose con Llonch, generaron la mayor parte de jugadas del filial espanyolista. La banda derecha era una auténtica autopista sin peaje por la que había que pasar sí o sí. No obstante, Carmona, justo en la otra banda, fue el primero en probar suerte para los locales. El descarado extremo se las ingenió para salirse con la suya y lograr disparar, aunque no vio puerta.

El Reus golpea pero no noquea al Espanyol B

En la siguiente jugada el Reus cumplió su objetivo. Lo había estado buscando varias veces pero la dupla Raíllo- Héctor estuvieron bien al quite. No pudieron hacer nada ni ellos ni sus compañeros. Mucho menos pudo hacer Andrés al ver cómo Jaume se elevaba por encima de todos a la salida de un córner y remataba a su palo largo. La estirada del alicantino al lento son del balón fue inútil. Imparable.

​Menos de cinco minutos para que finalizara la primera parte. Un hombre todavía no había dicho nada. La defensa rojinegra le dio la palabra, algo que le faltó a la hora de comunicarse con Badía. Cesión corta de cabeza para el cancerbero visitante que se queda muerta en los tres cuartos de campo del Reus. Edgar Badía reaccionó rápidamente pero Jairo Morillas, el “rifle” de Gilena, se le adelantó a él y a la defensa. Como una exhalación se hizo con el balón, se hizo un autopase al ver la aparatosa salida del guardameta catalán, se acercó lo máximo que pudo a la portería y hundió el balón para poner el empate. Una escena del Coyote y el Correcaminos apasionante. Por momentos parecía que le iban a coger pero finalmente el Reus se topó con una caja de explosivos de la marca ACME.

En el segundo tiempo comenzó la debacle del Reus. El conjunto reusenc probó a controlar el partido pero el entramado defensivo del Espanyol B malbarató cualquier posibilidad de obtener un mínimo de tranquilidad con el balón en los pies. Pol Llonch, un experto en recuperar balones, se hinchó a correr detrás de sus presas para arrebatarles el balón. El trabajo del blanquiazul no quedó en eso ya que también fue un gran conductor de contragolpes. En uno de ellos, Marc Fernández cayó dentro del área del Reus y Cassama fue expulsado como consecuencia. Jairo cogió el balón y mientras espanyolistas y reusencs discutían con el colegiado se preparó para tirar la pena máxima. Máxima concentración y gol desde los once metros. El Espanyol B se ponía por delante merecidamente.

Mamadou se luce desde el banquillo

Si el filial periquito había sido superior al Reus en la mayor parte del parte todavía lo fue más aprovechando su superioridad numérica. El Espanyol B sacó el exprimidor y Planagumà a su naranja particular. Natxo González no podía hacer otra cosa que mirar cómo se hundía fabuloso yate. Mamadou Sylla tenía por delante poco menos de 20 minutos para hacer cualquier cosa reivindicarse. En Olot también salió del banquillo para dar la victoria al Espanyol B y ahora lo haría para poner tierra de por medio con el Reus. Dos jugadas calcadas para marcar dos goles en menos de un cuarto de ahora: internada para la banda, resistencia al choque con el zaguero y definición después de perfilarse; y eso que al senegalés se le vio apático a la hora de presionar.

Cierto es que el Espanyol B había sido mejor pero tanto castigo era excesivo para el Reus, que nunca perdió la cara al partido. De esta manera, el filial del Espanyol se ponía líder provisional del Grupo 3 a la espera de lo que hicieran Sant Andreu y Badalona. Por su parte, el Reus perdía de forma estrepitosa su primer partido de la temporada.

Espanyol B (4) Reus (1)
Andrés 5 Badía 5
Rober 6 Olmo 6
Raíllo 6 Ñoño 5
Héctor 5 Cassama 4
Ángel 5 Moyano 5
Llonch 6 Jaume 7
Jordán 6 Xisco 6
Luque 6 Álex 5
Carmona 6 Sellarés 5
Fernández 5 Masqué 5
Jairo 8 Guedes 5
Sustitutos
Mamadou 8 Vitor 5
Traoré 5 Jorge 5
Sales 5 Muneta 5