Después de la tormenta llega la calma. Tras un inicio titubeante con derrotas en Anoeta ante la Real Sociedad y en el Santiago Bernabéu ante el Atlético de Madrid, Ancelotti parece haber encontrado la tranquilidad. Las goleadas ante el Deportivo de la Coruña (2-8) y ante el Elche (5-1) hacen que el técnico de Reggiolo pueda cerrar una semana magnífica. Para ello, deberá ganar la partida táctica a su homólogo en la Plana Baixa, Marcelino. El técnico asturiano, a la espera de la recuperación de Giovani Dos Santos, se encomendará a la fuerza de El Madrigal y al sistema equilibrista y aguerrido que ha encontrado.

4-4-2 en el Bernabéu y 4-3-3 fuera

La maratón de partidos de la semana llega a su fin. Tras disputar dos partidos en apenas tres días y después de cosechar sendas goleadas, los de Ancelotti llegan a Villarreal con el objetivo de sumar una tercera victoria consecutiva que les aúpe a lo más alto de la clasificación. Y, para ello, el técnico italiano seguirá con su idea de rotar jugadores.

Al haber jornada liguera entre semana, Carlo decidió cambiar ciertas notas de su pentagrama para hilar una nueva melodía en el Santiago Bernabéu. Para ello, el de Reggiolo dio entrada a Illarramendi y a Kroos en el pivote, con Isco y James por delante, sirviendo de lanza para Cristiano y Bale. En esta ocasión, Karim Benzema descansó y tanto el portugués como el galés se erigieron los hombres más adelantados del equipo.

Mapa de calor de Illarramendi, James, Kroos e Isco.

Como se puede comprobar, Ancelotti alineó más pulmón en el centro del campo con la inclusión de Isco en lugar de Karim. Esto hizo que el conjunto de Concha Espina dominara de inicio a fin el encuentro ante el Elche. La transición de balón desde la zona defensiva a la ofensiva fue fluida. Illarramendi y Kroos, hombres que conformaron el doble pivote, se asociaron a las mil maravillas con James e Isco, que empezaron el encuentro abiertos y, a medida que avanzaban los minutos, se iban asociando por el centro, para dar mayor fluidez a la salida de balón.

En el aspecto defensivo, el 4-4-2 que alineó Ancelotti también funcionó como se esperaba. Bale y Cristiano, como hombres más adelantados, presionando la salida de balón, sepultados por Isco, Kroos, Illara y James. El resultado fue notorio: robos de balón en zona 'tres cuartos' y ocasiones de peligro.

En la flamante goleada del pasado sábado en Riazor (2-8), Carlo Ancelotti dispuso de su 'once' tipo, erigido en el 4-3-3 que tanto le gusta, con Cristiano, Bale y Benzema descolgados arriba. Para el encuentro en El Madrigal, Karim parece que entrará de nuevo en el equipo en lugar de Isco, que volvería al banquillo. De este modo, el técnico italiano volverá al trivote Kroos, Modric y James.

Esta inferioridad en el centro de máquinas ya la sufrió el Real Madrid ante el Atlético en la Supercopa de España. El músculo que alineó Simeone devoró al trivote de Ancelotti. Pero en esta ocasión, el conjunto blanco supo sobreponerse en A Coruña y consiguió una contundente victoria. Las ayudas puntuales de Bale al trivote resultaron beneficiosas, y es que el galés es el hombre que más retrocede su posición de los tres de ataque.

El Villarreal, un equipo muy compacto

Marcelino García Toral es un técnico exigente y disciplinado. Sabe transmitir la idea de juego que tiene en mente y exprime a sus jugadores al máximo. En las cinco jornadas que se llevan disputando de la Liga BBVA, el equipo de la Plana Baixa se está erigiendo como uno de los que mejor fútbol practica. Sabedores de qué hacer en cada momento y de cómo se tiene que jugar, los discípulos del asturiano han entendido la filosofia de su entrenador: unidad.

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Y es que el Villarreal es un equipo compacto, en el que las líneas no se separan más de siete metros. En el último partido disputado en El Madrigal ante el Rayo Vallecano, se puede comprobar la maraña defensiva a la que fue sometido el conjunto de Paco Jémez. Dos líneas de cuatro jugadores en no más de cinco metros de distancia hizo difícil la circulación de balón del equipo madrileño.

Clave 1: la profundidad de los laterales

Los aficionados madridistas están acostumbrados a ver cómo sus laterales 'viven' en ataque. Desde que Roberto Carlos aterrizara en el Santiago Bernabéu allá por el 1997, las internadas del brasileño se han ido haciendo rutinarias en Concha Espina. Ahora, 17 años después del debut del brasileño, su alma máter en el lateral zurdo, Marcelo, está recordando al '3' blanco. En el flanco derecho, en aquella época Míchel Salgado no se prodigaba tanto en ataque, cosa que ahora Dani Carvajal hace.

En el encuentro ante el Elche, tanto Marcelo como Carvajal parecían extremos, como se pude ver en el mapa de calor. En la parte superior, el brasileño protagonizó varias internadas peligrosas y, lo más importante, creando superioridad en esa zona del terreno de juego. Abajo, Carvajal centró su actividad a la altura del centro, sin olvidar algunas internadas junto a James. La profundidad de ambos laterales trae consigo un beneficio para el Real Madrid: la repoblación en el centro.

Con Cristiano y Bale por el centro, el Madrid ganaría en efectivos. Las bandas son para los laterales.

Con las incursiones del '3' y el '2', tanto Cristiano Ronaldo como Bale deberán irse al centro en busca de un remate, dejando así todo el lateral para sus compañeros. De este modo, el Madrid generaría superioridad en el centro, aumentando así sus opciones de éxito en el remate.

Clave 2: el hambre voraz de Cristiano

Si algo tienen en común el Ancelotti del 4-2-2 y el del 4-3-3 es Cristiano Ronaldo. Como se pudo ver la temporada pasada, el crack portugués no solía entrar en las rotaciones. Daba igual dónde se jugara, que Cristiano estaba allí. Lo único que le retuvo de jugar más partidos fueron las lesiones, que solían salir por la falta de descanso.

Esta temporada Cristiano lo ha jugado todo y a un nivel enorme. En Riazor marcó tres y en el Bernabéu cuatro, lo que hace que sea el pichichi de la Liga con nueve tantos, cinco más que sus inmediatos perseguidores. Quiere el pichichi pero no se conforma con eso. Desde su llegada al Bernabéu se propuso ser el mejor jugador de la historia blanca y va camino de lograrlo. Ante el Elche sumó su gol número 186 en Liga, igualando a un mito como Santillana, y tiene en el punto de mira a Di Stéfano (216) y a Raúl (228).

Clave 3: la presión del Submarino

Si algo se le ha dado mal al Real Madrid en el inicio de temporada es la presión asfixiante de sus rivales. La sufrió ante el Atlético de Madrid en la Supercopa, repitió en Liga la Real y prosiguió, de nuevo, el equipo de Simeone. Y de nuevo el conjunto de Chamartín se volverá a enfrentar a ello.

El Villarreal es un conjunto al que le gusta 'morder' al rival. Asfixiar la circulación de balón cuando no se tiene la posesión y mover rápido el juego cuando sí se tiene. El Rayo, que se adelantó 0 a 2 en El Madrigal, sufrió en sus propias carnes el despliegue físico del conjunto castellonense. En la imagen el balón empieza en el flanco izquierdo, pero la presión de los jugadores locales obligan a que el esférico llegue al portero, desbaratando así cualquier ocasión de peligro.

Las dos últimas visitas del Real Madrid a Villarreal no han sido del todo fructíferas. Dos empates en las últimas intentonas de los blancos de salir victoriosos de un feudo en el que esta temporada únicamente ha salido victorioso el FC Barcelona (0-1), que sufrió la presión asfixiante del conjunto de Marcelino.