Tenemos siempre que diferenciar aquellos partidos fáciles de dirigir, donde el resultado es amplio y la figura del especialista en reglas de juego y arbitraje no es tan necesaria sobre el verde, y aquellos encuentros de máxima dificultad, que es donde realmente podemos ver de qué madera está hecho el árbitro. En esta séptima jornada, los auténticos protagonistas han sido los árbitros asistentes, que son los que tanto ayudan a la figura del árbitro a la hora de dirigir un partido

Los tenemos de dos clases: por un lado, valientes que arriesgan al máximo antes de señalar cualquier infracción en los fueras de juego, y por el otro, a los asistentes que no arriesgan y ante la duda levantan la bandera indicando posición antirreglamentaria. Estos últimos lo tienen claro: es mejor equivocarse en un fuera de juego que dar por válido una posición antirreglamentaria que acabe en gol. No me agradan los del segundo grupo.

Esta semana ha habido jugadas al límite y los asistentes han sido valientes y han arriesgando en jugadas muy complicadas de ver en directo y en la televisión. Acciones al límite que para poder analizarlas hemos tenido que utilizar la moviola, dando a la pausa. Eso es lo realmente complicado. Prefiero ver sobre el verde a los asistentes que en jugadas al límite y ante la duda dejen seguir, que aquellos que van de listos y ante la duda, la más tetuda.

Undiano Mallenco en el Eibar 3-3 Levante

Encuentro disputado y con decisiones complicadas para el equipo arbitral, dirigido por Undiano Mallenco y asistido en bandas por Cabañero Martínez y Zancada Lobato. En el minuto 64, los jugadores del Eibar pidieron penalti por un choque entre Héctor y Piovaccari. Undiano acierta al no señalar nada. Pocos minutos después, el árbitro asistente señala fuera de juego en un remate de Piovaccari que termina dentro de la portería. La posición del jugador del Eibar es correcta.

Si ponemos en una balanza los aciertos y errores del equipo arbitral en Ipurua, ganan por goleada los aciertos. No podemos echar por tierra un buen arbitraje de Undiano y sus asistentes. La anécdota del partido sucedió al final del mismo, cuando el equipo arbitral debido a un fallo del equipo informático en el vestuario, tuvieron que finalizar el acta del encuentro en una sala anexa.


Álvarez Izquierdo en el Celta 1-3 Villarreal

Buen arbitraje del equipo arbitral en Balaídos en un partido sin decisiones complicadas para los colegiados. Se protestó mucho el primer gol del Villarreal, ya que los jugadores locales pidieron fuera de juego. En este caso, no existe posición antirreglamentaria porque el jugador del Celta, Cabral, al disputar el balón sale fuera del terreno de juego y habilita la posición del jugador del Villarreal. Jugada muy complicada para el árbitro asistente por la rapidez de la acción.

Una buena concentración y manejo de la reglamentación le hicieron tomar la decisión correcta. Punto positivo para el asistente que vio perfectamente la posición del futbolista del Celta que estaba fuera del campo.


Velasco Carballo en el Málaga 2-1 Granada

Encuentro difícil de arbitrar con muchas decisiones complicadas para los colegiados. Tal es así que en el primer minuto del partido ya había polémica. No hay fuera de juego en el gol del Granada y acierta el asistente. Ya en la recta final del partido, Marcos, jugador del Málaga, es expulsado por derribar a un adversario, impidiendo una ocasión manifiesta de gol. Correcto.

En el minuto 80, Iturra toca el balón con mano dentro de su área y el árbitro asistente señala la infracción. En directo y sin ver la repetición me pareció que estaba bien señalada, pero al ver la imagen congelada en mi TV ya me entraron dudas; parece que la mano es involuntaria y por tanto, no debió señalarla.

La anécdota del partido sucedió en el minuto 89 cuando uno de los mejores asistentes que ha dado este país, y que ahora ejerce como delegando de campo del Málaga, Victoriano Giraldez, es expulsado como consecuencia del lanzamiento de dos balones desde la grada al terreno de juego de forma consecutiva, estando el juego detenido para hacer un saque de banda el equipo visitante.