Ni Trival Valderas ni Conquense pasan por su mejor momento en esta temporada. Ambos llegaban al enfrentamiento de la jornada 7 en la parte inferior de la tabla, con sólo una victoria cada uno, y apenas cuatro y cinco puntos respectivamente en el casillero. La victoria se antojaba vital para consolidar las aspiraciones de dos equipos que, a priori, están llamados a ser rivales directos por la permanencia.

En un primer momento fueron los alcorconeros, en su condición de locales, los que trataron de darle más ímpetu al juego, con algún que otro intento de ataque.

No obstante, costaba encontrar buenas salidas de balón, a pesar de los esfuerzos. El juego se concentraba en el centro del campo.

La afición del Trival, escasa pero voluntariosa, no paraba de animar, aunque el espectáculo de momento no fuera brillante.

El Conquense, que lucía su bonita camiseta suplente, también intentaba de vez en cuando dar un paso al frente. Aquí vemos a Pituli tratando, sin éxito, de superar a la defensa.

El poco peligro real que llegaba era a través de balones lejanos y bombeados que los porteros (en este caso el local Kike) atrapaban sin problemas.

Aunque el terreno de juego, de césped artificial, estaba en buenas condiciones, a veces se hacía difícil controlar el balón.

Como de costumbre, en cada saque de esquina se organizaba el tumulto habitual en las áreas, aunque en ningún momento llegó a haber agresiones ni ninguno de los dos equipos reclamó penaltis.

Sí que hubo algunos momentos de juego brusco, que el colegiado, señor Delgado Domínguez, se encargó de cortar rápidamente.

Manolo, guardameta del Conquense, atrapa un balón ante Altares en uno de los acercamientos del Trival. No tuvo que esforzarse demasiado la defensa durante los primeros 45 minutos.

El primer tiempo no tuvo demasiado interés, pero en el segundo los hombres del Trival estaban dispuestas a que la situación cambiara. Justo antes de que comenzara la segunda mitad, Joaquín, cappitán blanquiverde, reunió a sus compañeros para arengarles.

El efecto de la charla fue fulgurante. No había pasado ni un minuto cuando el propio Joaquín recibió un balón en el área y batió a Manolo por bajo de un potente zurdazo.

El número 10 no disimuló su alegría en la celebración.

El Conquense intentaba igualar, pero no encontaba la manera. Joaquín, omnipresente, se lanzó al suelo para tapar un disparo de Borja Hernández.

Eran buenos momentos para el Trival. Así lo entendía la afición de Valderas, que disfrutaba en la grada.

Joaquín fue protagonista hasta de las malas noticias, ya que tuvo que dejar el campo por lesión.

Su sustituto, Robert, tuvo la fortuna de cara. El primer balón que tocó, lo envió al fondo de la red para marcar el 2-0.

Con sólo un cuarto de hora por delante, todo parecía de cara para el Trival, que ya soñaba con su segunda victoria. Sin embargo, el Conquense no estaba ni mucho menos muerto. Lo demostró Diakité apenas dos segundos después, firmando el 2-1 con un potente remate de cabeza.

El mediocentro no perdió tiempo en celebrar el gol, pensando que la remontada era posible.

De ahí que los de Cuenca empezaran a apretar, concentrando sus ataques sobre todo por el costado derecho, donde Denis no paraba de meter centros al área.

Se veía venir y vino: en uno de esos balones colgados acabó llegando el tanto del empate, obra de Óscar Vega.

Quedaba poco tiempo y se habían restablecido las fuerzas. Ambos equipos querían ganar, pero ninguno estaba dispuesto a perder. Por eso, la lucha en el centro del campo se recrudeció.

Los madrileños lo intentaron con un poco más de ímpetu, pero no bastó para batir a Manolo, ni siquiera mediante jugadas ensayadas.

El triple pitido del árbitro puso fin a un partido del que ambos contendientes se marchan con cierta decepción, porque pudieron conseguir más (sobre todo el Trival), pero relativamente contentos por la importancia del punto conseguido.

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Sobre el autor
Luis Tejo Machuca
Mi mamá me enseñó a leer y escribir; a cambio yo le di mi título de Comunicación Audiovisual de la URJC para que lo colgara en el salón, que dice que queda bonito. Redactor todoterreno, tirando un poco más para lo lo futbolero, sobre todo de Italia y alrededores. Locutor de radio (y de lo que caiga) y hasta fotógrafo en los ratos libres. Menottista, pero moderado, porque como dijo Biagini, las finales no se merecen. Se ganan.