Tras ocho temporadas visitando el Santiago Bernabéu como jugador, este sábado, Luis Enrique, volverá a pisar el césped merengue, pero como entrenador azulgrana. El actual técnico del Barcelona jugó en el Real Madrid entre las temporadas 1991-96, pero luego se vistió con la camiseta del eterno rival durante (1996-2004). Aunque como entrenador, ya se ha visto las caras con el Real Madrid. Se estrenó en la temporada pasada dirigiendo al Celta, donde en el Santiago Bernabéu perdió (2-0) y en cambio en Balaídos ganó (2-0).

Inolvidables son sus partidos con el Barça contra el eterno rival

Disputó 14 de Liga, con un balance de seis victorias, cuatro empates y cuatro derrotas. Marcó cinco goles en Clásicos como azulgrana. Tres fueron con la cabeza, uno de disparo de fuera del área y el otro de oportunismo. Una muestra del abanico de recursos que tenía Luis Enrique como futbolista.

Especialmente recordadas son sus celebraciones llenas de pasión, sobre todo cuando se producían en terreno hostil. Su primer partido con el Barça en el Bernabéu fue una derrota por 2-0 el 7 de diciembre de 1996. El último sería el 25 de mayo de 2004. Ese día el conjunto que dirigía Frank Rijkaard se impuso por 1-2 con goles de Kluivert y Xavi. El asturiano participó en los últimos 34 minutos de la remontada culé.

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Desde Luis Aragonés en la temporada 1987-88, Luis Enrique será el segundo entrenador del Barça en la historia de los Clásicos con pasado como jugador en el eterno rival, el Real Madrid. Pero el caso del asturiano, no obstante, es todavía más especial teniendo en cuenta que llegó a jugar dos temporadas en el conjunto merengue antes de hacer las maletas rumbo al Camp Nou, donde pasó ocho años mostrando un rendimiento excelso y ganándose a base de goles, garra y esfuerzo el cariño de toda la afición culé.

‘Lucho’ regresará este próximo sábado al Bernabéu con ganas, como siempre, de pasar la mano por la cara al equipo que en su día creyó necesario prescindir de sus servicios. Y, a decir verdad, ya sabe lo que es conseguir la victoria como entrenador contra el Real Madrid de Carlo Ancelotti. Ocurrió la pasada temporada en Balaídos, cuando el Celta de Vigo (2-0) fulminó matemáticamente las posibilidades merengues de luchar por la Liga.

Con el Real Madrid, Luis Enrique fue uno de los protagonistas del 5-0 que los merengues endosaron a los culés en la temporada 1994-95, encuentro en el que marcó uno de los cinco goles.

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En cambio, para el recuerdo barcelonista, Luis Enrique escribió su nombre en la memoria de los culés cuando el FC Barcelona gano al Madrid por 2-3 en el Bernabéu, en noviembre de 1997. Aquella noche, Luis Enrique aprovechó la celebración para mostrar a todo el Bernabéu la camiseta del Barça, con un apasionado beso en el escudo y expresión desafiante hacia las gradas madridistas, bastó también para convertirse en uno de los jugadores más odiados por el seno del madridismo en un gesto con el que se ganó de por vida el odio madridista. En rueda de prensa, cuando desde la prensa de la capital le recordaron el gesto en forma de reproche, contestó de manera contundente: “Si quieren, lloro".

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También hay que recordar, que Luis Enrique y Zidane, ahora vinculados al Barcelona y el Real Madrid como técnicos, protagonizaron en la temporada 2002-03 uno de los piques más recordados de los clásicos. El jugador francés dio un codazo a Puyol y el hoy entrenador azulgrana le pidió explicaciones.

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Luis Enrique es como es y le gusta serlo. Él mismo ha asegurado en más de una ocasión que no se arrepiente de nada, ni tan siquiera de sus polémicas sobre el terreno de juego, reafirmando una personalidad fuerte y construida a sí misma. El Barça le dio la oportunidad de triunfar en la élite del fútbol y él respondió empapándose de barcelonismo por todos los costados, en un sentimiento que a veces ha rebosado en forma de pequeños 'dardos' hacia el eterno rival.

"La época en el Real Madrid no me trae buenos recuerdos", ha sido una de las frases con las que el asturiano se ha negado a hablar de su paso por el conjunto madridista. "Me veo en las figuritas y en televisión y me siento raro de blanco. Creo que el color azulgrana me sienta bastante mejor", llegó a decir también Luis Enrique, dejando claro con qué bando terminó quedándose a pesar de haber militado en ambos.

Años después de retirarse del fútbol de élite recibió la propuesta de entrenar al Barça B, un equipo que consiguió colocar en Segunda División A justo la misma temporada en la que Messi, Xavi, Iniesta y compañía conseguían un 2-6 de traca en el Bernabéu. Y, como es natural, no pudo reprimirse. "¡Qué maravilla ser aficionado del Barcelona y culé anoche. Fuimos infinitamente superiores. Pocas veces he podido ver una diferencia tan grande. ¡Qué maravilla ver a Iniesta, Xavi y Messi, y a Puyol marcando gol! Ayer fue un orgasmo futbolístico. (...) En casa del eterno rival, con un estadio repleto... O sea, una obra de arte al alcance de muy pocos equipos del mundo", lanzó el asturiano a través de las redes sociales para más 'inri' de una herida madridista sangrante y muy profunda.

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En alguna ocasión, Luis Enrique ha llegado a asegurar también que "para un jugador del Barça siempre es gratificante sentirse pitado en el Bernabéu", en una situación de la que Messi podría disfrutar también si consigue batir el récord goleador de Telmo Zarra en el santuario blanco. Y es que Messi, para el asturiano, es el mejor jugador que ha visto nunca. “Si Cristiano Ronaldo es Michael Jordan, Messi es Wilt Chamberlain”, dijo en una de las ruedas de prensa de esta temporada, ya como entrenador del Barça. Luis Enrique no nació culé. A pesar de todo, nadie podrá negarle jamás que siente los colores más que nadie.

Esta sábado, Luis Enrique tendrá en frente a un Real Madrid que se reforzó con parte de los mejores jugadores del mundo y que viene imparable, al igual que el conjunto azulgrana, por lo que podemos afirmar, que puede ser uno de los Clásicos más igualados de los últimos años.