Los Racing-Sporting son siempre sinónimo de fútbol del norte, de dos históricos del fútbol nacional, de dos equipos de dos ciudades del Cantábrico que comparten varias similitudes. En resumen, un encuentro de dos ciudades que viven el fútbol. Pero si por algo es importante este partido nórdico, es por la “Mareona”. Los menos de 200 km que separan Gijón de Santander y las apenas dos horas de viaje que conlleva el desplazamiento, hace que sea una de las salidas “obligadas” para los aficionados rojiblancos, que no dudan en señalar esta fecha en el calendario en el momento que se hacen oficiales los horarios en los que se disputa el encuentro.

Hasta Santander se desplazaron cerca de 4.000 sportinguistas, según fuentes del Racing, que llegaron a ocupar la zona habilitada para ellos, que se encontraba en el fondo sur del mítico “El Sardinero”. Decenas de peñas (muchas de las cuales llegaron a colgar el cartel de completo) y aficionados a nivel individual, iban tiñendo de rojiblanco las calles más céntricas de la ciudad conforme iba pasando la mañana. Gaitas, tambores, bufandas al viento, cánticos… La “Mareona” se hizo notar, como siempre, con el respeto y la simpatía que le caracteriza, demostrando el porqué es una de las mejores aficiones de España y cae simpática vaya por donde vaya.

En los minutos previos al partido, en los aledaños de los “Campos Sports del Sardinero” se vio la imagen de lo que verdaderamente es y debería de ser el fútbol, una fiesta. Las dos aficiones, dieron una vez más un ejemplo de hermandad y deportividad, algo que hace falta recordar en los tiempos que corren. Y es que la imagen de estas dos ‘piñas’ compartiendo cánticos, intercambiando bufandas e incluso anécdotas, era la tónica dominante.

Una vez en el estadio y comenzado el partido, las dos aficiones, muy entregadas, no cesaron de animar a sus respectivos equipos, sin cánticos ofensivos hacia el contrario y con mucho respeto. Dando pues, una bonita imagen a un encuentro con ambiente de primera división (como suelen decir los jugadores: “Uno de esos partidos que cualquier jugador desea jugar, por el ambiente"). Uno de los momentos más emotivos del encuentro se vivió cuando las dos aficiones, unieron sus voces para cantar al unísono el nombre de Manuel Preciado. Presente en la mente de todos los aficionados locales y visitantes.

Fuente: Marca.com

Manolo Preciado, también presente

El que fuera entrenador del Racing de Santander y del Sporting de Gijón, estuvo presente en la mente de ambas aficiones y de algunos de los jugadores que disputaban el encuentro y que llegaron a debutar hace años de la mano del cántabro en ese mismo estadio. Casos como Nacho Cases, Sergio Álvarez y Juan Muñiz. Y es que la figura del cántabro es y ha sido clave para enlazar la hermandad de estos dos equipos, de estas dos aficiones carismáticas, simpáticas, como lo era el del “Astillero”. Ambas aficiones quisieron hacerle su particular homenaje dedicándole pancartas, bufandas e incluso cánticos al unísono. Por eso, Manuel Preciado, estuvo más presente que nunca.