El 2014 llega a su fin y con él un año cargado de emoción en la UD Almería. Entre ilusión y desilusión, alegrías y tristezas, el conjunto rojiblanco consiguió una permanencia más en Primera, prolongando así lo que es la época más dorada de su historia. En su quinta temporada en la máxima categoría del fútbol español, y tras haber retornado de dos campañas en Segunda, los almerienses se ganaron de forma épica una sexta presencia en la élite, la que disfrutan en la actualidad.

Atrás quedaron 365 días vibrantes para el seguidor rojiblanco, que además de lograr el objetivo de la salvación, vio como su equipo se expandió hacia tierras asiáticas en aquella exótica pretemporada. La irregularidad en el ámbito puramente deportivo dejó al final de este periodo de tiempo una triste noticia para el almeriense. El técnico de la casa Francisco, entrenador con más partidos dirigiendo al conjunto del Mediterráneo en Primera, puso fin a su etapa en el Almería.

Comienza el año con la permanencia entre ceja y ceja

El Almería comenzaba el 2014 fuera de los puestos de descenso de la Liga BBVA tras haber ganado el último partido antes del parón navideño al Betis y salir así del pozo de la clasificación. El nuevo año se planteaba difícil para los de Francisco. El objetivo seguía siendo el mismo que al comienzo de temporada, pero el grado de realidad era cada vez mayor, ya que toda la institución mediterránea sabía que el combinado rojiblanco era uno de los equipos más débiles del campeonato y que estaba destinado a sufrir hasta la última jornada.

El año empezó de la mejor manera, con victoria por 3-0 al Granada, pero esa alegría se esfumaría por completo en la visita a Bilbao, donde el Athlétic sobrepasó a los andaluces con un contundente 6-1. Sin pasar por el Juegos Mediterráneos, el Almería visitó el Madrigal, donde de nuevo le esperaría una derrota. Los planes de Francisco volvían a torcerse, y pese a que el calendario del mes de enero se suponía difícil, ellos querían el mayor número de puntos para salir de la zona baja de la tabla. El Almería cambiaba de dinámica en su vuelta a la ciudad bañada por el Mar Mediterráneo, donde unos días más tarde, tras ser derrotado en Elche, realizaría una de las mayores hazañas de la temporada, vencer al líder de la competición que posteriormente se convertiría en el campeón de la Liga, el Atlético de Madrid, por 2-0, ambos goles marcados por el centrocampista Verza.

La irregularidad se apoderó del equipo de Francisco, y los resultados se alternaban siendo el más común el de derrota. Pinchazos antes rivales de “su Liga” y tres goleadas seguidas encajadas ante Barcelona, Sevilla y Rayo supusieron un punto de inflexión en el vestuario urcitano. Se jugaban el todo por el todo ante la Real Sociedad, en su feudo, ante la afición almeriense, dispuesta apoyar al su equipo para así salir de la mala racha en la que se veía inmerso. El partido finalizó con un 4-3, con gol de Hicham en el descuento y con la euforia de todo un estadio que sufrió hasta el pitido final.

El Almería no sabía ser constante y por lo tanto, las derrotas y el desánimo llegó de nuevo. El puesto del entrenador pendía de un hilo y aun más tras las cuatro derrotas consecutivas, llegando a la Jornada 35 en las peores condiciones anímicas posibles y en puestos de descenso, y cada vez con menos margen de error. Las continuas enmiendas que se prometían en rueda de prensa por parte del equipo rojiblanco no llegaban a cumplirse, dejando un aspecto de pasotismo sobre el verde. En Almería hacía falta un milagro, o una buena dosis de fútbol, ganas y humildad que consiguiesen llevar a cabo una remontada épica.

Y la épica llegó

La visita al Estadio Cornellà-El Prat era la última oportunidad de la que disponía el conjunto almeriense para permanecer un año más en la máxima categoría del fútbol español. El equipo blanquiazul, al que solo le hacía falta un punto para tener la permanencia matemática, quería la victoria y fueron al ataque, marcando así el primer gol del encuentro y hundiendo toda esperanza de la afición rojiblaca. Fran Vélez, recién ascendido del filial, y el cuestionado Suso fueron los encargados de dar la vuelta al marcador y conseguir esa victoria que tanta falta hacía para la entidad urcitana.

El siguiente rival era el Betis, equipo matemáticamente descendido, pero que por respeto a su afición, prometieron no dejarse ganar. Así fue, el equipo verdiblanco luchó por los tres puntos en Almería, llegándose a los minutos finales con victoria sevillana, pero una vez más, el equipo de Francisco tiró de casta para anotar dos goles y poner el 3-2 en el descuento, desatando la euforia en el Estadio de los Juegos Mediterráneos que ya veía posible la permanencia de su equipo en la Liga de las estrellas.

Restaban dos jornadas y el calendario, además de decisivo, era bastante complicado. La siguiente cita pasaba por Granada, una ciudad en las mismas condiciones que la almeriense. El equipo presidido por Alfonso García estuvo acompañado por un desplazamiento masivo de la afición rojiblanca que creó un gran ambiente en el Nuevo Los Cármenes, pese al mal trato recibido por parte de la directiva granadina al no cumplir con los precios de las entradas pactados, incrementando así su valor. Tras una gran cita futbolística, el Almería vencía por 0-2 a un Granada al cual peligraba su permanencia debido a los últimos encuentros.

Solo quedaba poner la guinda al pastel y completar una de las mayores épicas en la historia de este club. Los leones del Athletic, que aplastaron por 6-1 a los andaluces en Bilbao, visitaban la ciudad custodiada por La Alcazaba en la última jornada del campeonato. El partido culminó con un 0-0 caracterizado por la pasividad de ambos equipos sobre el césped pero que servía al Almería para volver a ser equipo de Primera División un año más.

Como si de un ascenso se tratara, toda la ciudad almeriense celebró esa permanencia por la que el equipo había luchado desde el comienzo de la temporada y que no llegó hasta la última jornada del campeonato. Una nueva temporada se acercaba pero antes quedaba todo un verano que iba a dar un plantel totalmente renovado al equipo de Alfonso García.

Un verano muy movido

La UD Almería comenzaba la pretemporada con muchas caras nuevas en el equipo. Los estandartes de la temporada 13/14 que consiguieron la permanencia bajo las órdenes de Francisco, como Aleix Vidal (Sevilla), Suso (Liverpool), Esteban (Oviedo), Rodri (TSV 1860 Munich), Nelson (US Palermo), Barbosa (Sporting de Braga) o Torsglieri (FC Metalist Jarkiv) salieron del club rojiblanco.

Desde la directiva tenían muy claro que querían crear un equipo ganador, con jugadores de calidad que rindieran al máximo en cada partido y sobre todo, alegraran los corazones y acrecentara la ilusión de los hinchas rojiblancos.

Por ello, comenzaron a aterrizar en la provincia almeriense jugadores procedentes de equipos nacionales e internacionales tales como el delantero israelí Tomer Hemed (RCD Mallorca), el defensa argentino Mauro Dos Santos (Real Murcia), un joven jugador con grandes aptitudes como el centrocampista ghanés Thomas Teye Partey (RCD Mallorca), el vallisoletano Quique González (CD Guadalajara), la gran estrella asiática Teerasil Dangda (Muangthong United), el brasileño Wellington Silva cedido por el Arsenal FC, el lateral valenciano Ximo Navarro (RCD Mallorca), el internacional franco-congoleño Thievy Bifouma (RCD Espanyol), el joven portero Julián Cuesta (Sevilla FC), Fran Vélez procedente del filial de la UD Almería y el cancerbero coruñés Rubén Martínez (Rayo Vallecano).

Las nuevas incorporaciones y los jugadores de siempre, los que se consideran de la casa como Miguel Ángel Corona, Fernando Soriano, José Antonio Verza, Ángel Trujillo o Sebastián Dubarbier conformaban una plantilla en la cual su entrenador Francisco Rodríguez depositaba una gran confianza con una base fija en el trabajo y el sacrificio continúo. Eran las armas por las que siempre abogaba para poder conseguir de nuevo la permanencia durante la nueva Liga BBVA. Pero para ello debían pasar por una pretemporada en la que se enfrentaron con victoria al Águilas (0-5) y la UCAM CF (1-2).

Tras estos partidos y un bagaje de entrenamientos centrado en el aspecto físico ante todo, el equipo almeriense debía viajar hasta Tailandia. La Liga Profesional de Fútbol le propuso al club rojiblanco la posibilidad de realizar una gira asiática para promocionar el fútbol español. Una nueva aventura que el conjunto urcitano no se pensó dos veces, y desde el 28 de julio hasta el 8 de agosto los almerienses jugarían dos partidos amistosos en las ciudades asiáticas de Bangkok contra el Muangthong United, equipo del que procedía Teerasil Dangda, y en la isla de Phuket, ante el Phuket FC.

En el primer partido ante el Muangthong United, la zaga andaluza solo pudo empatar por la mínima. Los jugadores estuvieron muy por debajo de su mejor nivel a causa de las altas temperaturas y el mal estado del terreno de juego. En el segundo y último encuentro contra Phuket FC, los unionistas lograron ganar 1-3. A pesar de las inclemencias meteorológicas el público asiático no dejó de apoyar y animar a los rojiblancos. Los jugadores, tras su marcha de tierras tailandesas, se mostraron muy agradecidos por todos los obsequios, atenciones y cariño recibido.

Una vez acabada la gira, los almerienses regresaron a España donde tuvieron unos días de vacaciones para reencontrarse con sus familias. Después volvieron a los entrenamientos para preparar el encuentro ante el Albacete (1-2) y el partido de presentación contra el Córdoba (1-1) antes del comienzo de la Liga BBVA 14/15.

Nueva temporada, nuevos retos y nuevas ilusiones

La UD Almería comenzaba la temporada 2014-15 con ilusiones renovadas, después de una buena campaña y con una plantilla aparentemente más competitiva que la del anterior campeonato. Todo era felicidad a mediados de agosto, cuando iban a comenzar el campeonato jugando contra el Espanyol. Fue un inicio que despertó muy buenas sensaciones, con un Edgar Méndez que se convirtió en toda una sensación, sin embargo, cuando todo hacía indicar que los tres primeros puntos de la temporada en el Juegos del Mediterráneo llegarían, en un fatídico último minuto los pericos empataron.

Tras esto tocaba visitar al Getafe, donde los de Francisco jugaron un partido bastante malo y recogieron la primera derrota de la temporada. Ya de vuelta a casa llegaba un Córdoba recién ascendido que pese a su inexperiencia logró sacar un punto de un estadio que comenzaba a hacerse débil ante su afición. Ese día se vieron las debilidades de un Almería que por juego merecía más de lo que lograba, pero que dejaba signos de debilidad y bastantes errores defensivos. Así se llegaba a Anoeta, un campo que conllevaba mucha dificultad y en el que parecía improbable sacar los tres puntos. Pero él fútbol tiene ese punto de locura que lo hace tan especial y que hizo al Almería jugar un gran partido ante el equipo Txuri Urdin y ganar 1-2, cosechando la primera victoria de la temporada en la cuarta jornada. De vuelta a casa y ante el actual campeón de liga se jugó un partido muy serio y sólido defensivamente pero se cayó 0-1. Un partido que ilusionaba, pero en el que se volvían a escarpar puntos.

A continuación tocaba un partido ante un rival directo para la salvación. La suerte y una genialidad de Edgar Méndez batieron al Deportivo en los últimos minutos del encuentro, logrando tres puntos que daban mucho aire respecto a los puestos de descenso. La victoria fue un buen bálsamo para los rojiblancos, pero traería detrás una racha fatídica. Los de Francisco entraron en una mala dinámica que les llevó a estar ocho encuentros consecutivos en Liga sin ganar. Empataron con Elche y Granada y perdieron frente a Villarreal, Athletic, Levante, Barcelona, Rayo Vallecano y Eibar. Es cierto que ante el FC Barcelona se pudo ver a un Almería que estuvo cerca de lograr un empate, pero al final un dicreto equipo azulgrana fue rescatado por Luis Suárez.

El fin a una etapa en el banquillo rojiblanco comenzaría con el empate a dos frente al Elche y tendría un punto clave en la igualada sin goles ante el Granada. En el Nuevo Estadio Los Cármenes el conjunto almeriense mostró una pobre imagen, dejando algo tocado a Francisco. Posteriormente, en un partido en el que el Rayo Vallecano pudo perder en el Mediterráneo, el equipo madrileño lo terminó arrebatándo para llevarse los tres puntos.

Después hubo un inciso con la Copa del Rey. La ida de los dieciseisavos de final disputados en el Benito Villamarín podría haber servido para que el equipo cogiera confianza, puesto que llegó a ponerse 0-4 en el marcador. Sin embargo ese encuentro evidenció los problemas defensivos de los rojiblancos al encajar en apenas 12 minutos tres goles y dejar el resultado final de 3-4. Ese sonrojarte parcial de tres goles a cero frente a un Betis que milita en Segunda se vio agravado por un bochornoso partido en Ipurúa, ya en Liga. El 5-2 ante el Eibar, club que se estrena este año en Primera, terminó siendo concluyente para la directiva del Almería. Francisco era destituido, dejando atrás 52 partidos dirigiendo al conjunto urcitano en la élite del fútbol español y levantando discrepancias en la hinchada rojiblanca.

La era post-Francisco

Se presentaba una semana muy convulsa con el equipo sin entrenador y con una nube de nombres que se cernían sobre el Mediterráneo. Sin tiempo para la elección, Miguel Rivera, técnico del filial almeriense que disputa sus partidos en Segunda B, sería el encargado de preparar el encuentro ante el que era líder de la Liga, el Real Madrid. Frente al club blanco, y como pasase ante el Barcelona, los almerienses se mostraron muy serios durante gran parte del partido, sin embargo terminaron perdiendo el encuentro. Tras pararle Casillas un penalti a Verza con el luminoso reflejando 1-2, los vigentes campeones de la Champions aceleraron en los minutos finales para dejar un abultado resultado de 1-4.

Mientras la temporada avanzaba sin dar tregua entre Liga y Copa, la directiva anunciaba el nuevo entrenador. Juan Ignacio Martínez sería el elegido para cambiar la dinámica del equipo y conseguir el reto de la salvación. El técnico alicantino debutó en la Copa del Rey, en la vuelta de los dieciseisavos de final ante el Betis. Logró vencer por primera vez en la actual temporada en casa por un resultado de 2-1, teniendo el encuentro un tenso final en el que los verdiblancos llegaron a fallar un penalti. La victoria no sólo permitió al Almería avanzar en dicho torneo hacia los octavos de final, sino que además dejó un gol de bella factura de Jonathan Zongo desde el centro del campo que recorrió medio mundo.

El debut liguero de Juan Ignacio Martínez se dio en el último partido del año, en la visita del Almería al Celta de Vigo. Un planteamiento con fijación en la parcela defensiva, anunciado por el nuevo entrenador desde su presentación con el conjunto almeriense, dio sus frutos y terminó dando la victoria al conjunto sureño. Antes del descanso, en una contra, Hemed hizo un gol que valía su peso en oro al ser después defendido con uñas y dientes con un excelente trabajo en equipo. Esos tres puntos hacen sumar 13 al conjunto rojiblanco y les permiten finalizar el 2014 fuera de los puestos de descenso.

El cambio en el banquillo causó efecto. Dejó atrás una pésima racha de resultados, encadenó dos victorias consecutivas y permite soñar con una nueva permanencia que será el deseo principal de los almerienses para el nuevo año 2015.