Es bien sabido que el Espanyol B cambia radicalmente cuando se desplaza a terreno ajeno. Ese es el talón de Aquiles de los periquitos, que por culpa de dejarse tantos puntos puede acusarlo cuando se decidan los puestos definitivos. Sería muy injusto que una apisonadora se quedara sin el premio de los playoffs por culpa de errores puntuales, esos que dan puntos a los rivales. Lo mejor de esto es que ante equipos de nivel, que han hecho una buena inversión, el Espanyol B ha podido sacar un empate, ya sea con el Sant Andreu, Huracán o Hércules. Para visitar el campo del Alcoyano había que agarrarse a ese clavo ardiendo.

El Alcoyano puso toda la carne en el asador desde el principio haciendo un juego digno de un equipo grande. Los deportivistas llevaron el balón de aquí para allá mientras el Espanyol B aguardaba a que el Alcoyano hiciera algo más que tener la posesión.

Dicho y hecho. Navarro en primera instancia y luego Bello pusieron a prueba a Koke pero al antequerano estuvo atento a las primeras ocasiones del partido. El que tuvo la más clara no fue un jugador local, sino Julián Luque, que lleva unas semanas en un gran estado de forma y podría tener minutos en Copa del Rey. El cántabro probó suerto con un chute ajustado desde fuera del área. El disparo era ajustado pero por el otro lado, así que el disparo se marchó lamiendo el poste.

Los de la moral ya eran dueños del partido y solamente les faltaba sellar ese dominio, aunque no era fácil marcar al mejor filial del Grupo 3. Entonces llegó el momento del famoso error puntual. A la salida de un córner el esférico se quedó en el área, tras tocar en un defensor periquito, y nadie supo qué hacer. Nadie menos César Remón. El capitán se sacó un trallazo para fusilar a Koke, que, evidentemente, no pudo hacer nada.

Tras el gol del Alcoyano el partido se relajó hasta la segunda mitad, en la que los de Planagumà se impusieron a los locales. Marc Fernández entró por el lesionado Pirulo y el que fuera hombre clave para la historia del Sabadell también lo fue para los intereses del Espanyol B.

Los periquitos renacen en la segunda parte

Los hombres de Cano se fueron arrinconando en su área para intentar parar las acometidas de un Espanyol B sin Jairo, Jordán ni Eric. El peso del equipo recaía en las botas de Luque, Carmona y en Mamadou, la pantera de Senegal. Sin embargo, no fue el rápido africano el que marcaría el gol del empate, que pudo haber llegado en cualquier momento de la segunda parte visto el dominio del Espanyol B.

El héroe espanyolista iba a ser Carmona. Ese jugador que acaba de salir de una lesión y que viste con chalecos y camisa, como si todavía estuviera en Milán. Por las barbas de Pirulo, aquel jugador que fue vital para rescatar un punto contra el Lleida en la primera jornada iba a serlo también para hacer lo propio en el último partido de la primera vuelta. Carmona solamente tuvo que darle con fuerza a la asistencia de Marc Fernández para batir a Jero en el descuento.