El arranque de partido ante el Sevilla en el Santiago Bernabéu siguió con la tópica habitual de inicio vibrante. Los hispalenses, con un trivote engañoso que permite a Iborra, nueva incorporación sevillista para la mediapunta en el mercado de invierno desde el centro del campo, para acompañar a Bacca arriba. Las bandas, ocupadas por Vitolo y Deulofeu, llevaron a los dominos de Casillas la primera ocasión, aunque el arquero merengue respondió a tiempo.

Sevillanos y madrileños, se hacian la foto oficial con sus respectivos onces iniciales.

Abandonaba Sergio Ramos en los primeros instantes de partido por lesión. El camero notó molestias en la parte posterior de su muslo, y ante el mihura del fin de semana, echó cuerpo a tierra dándole la alternativa a Nacho.

Como contraprestación, James encontró portería pronto, aunque pasada la primera decena de minutos, tras un pase - uno más - magistral de Marcelo, que parece haber creado una sociedad ilimitada con el colombiano, que le ha cogido el gusto a marcar de cabeza. Como ya hiciera ante la Real, el cafetero se escondió por detrás de la defensa, en el segundo palo, para hacerse con el centro del brasileño preciso a su testa, y cruzarle el cuero a Beto, que se vencía antes de tiempo hacia su lado izquierdo.

Con el tanto, lejos de afianzar su dominio territorial, los de Carlo Ancelotti comenzaron a plantear un partido sin centro del campo. Sin la zona ancha, en la que Isco comienza a sentirse como pez en el agua, las idas y venidas estuvieron a punto de salirle cara al Sevilla, que hasta en dos ocasiones encaró el arco de Casillas, respondiendo primero Nacho, al corte, y luego el propio arquero de Móstoles, a los intentos de un activo Iborra.

El frío volvía a jugarle una mala pasada al conjunto de Ancelotti, que perdía a otra pieza antes del ecuador del primer tiempo. El autor del primer tanto, James, decía basta, y era Jesé el elegido por el italiano para suplir al colombiano en el campo.

Lo abrupto del encuentro afectaba al Madrid principalmente, pero también a su rival. En un encontronazo con Beto, Benzema salió lastimado, pero más aún el portero portugués del cuadro hispalense, que requirió de varios minutos de asistencia por parte de los galenos sevillistas, que trataban de cortar la dolencia que impedía al luso reponerse y volver al partido en óptimas condiciones.

Entre dudas, entre calentamientos para evitar más molestias. Apareció Isco. Robó en tres cuartos, se deshizo de Carriço a pesar de su claro intento de hacerle falta para abrir a Benzema, que de primeras buscó invertir el ataque, de derecha a izquierda. Allí, falló primero el malagueño en la recepción del cuero, pero le dejó el balón franco a Jesé, que con su pierna derecha logró superar al aún frío portero del filial.

La tensión se elevaba con entradas por detrás de destiempo de Diogo, Navarro o M'Bia, y protestas de los sevillistas por juego de brazos de futbolistas blancos en saltos, buscando más el aprovechar la coyuntura que ateniéndose a la realidad.

El tiempo de descanso sirvió, entre tanto, para calmar los ánimos, tras una nueva intervención decisiva del arquero hispalense a un tiro de Khedira cruzado, que amenazaba con hacerse un hueco en el marcador.

Segunda mitad.

En el arranque del segundo tiempo, Bale salió con una marcha más que el resto, y se lo mostró a Kolo, al que dejó en velocidad para plantarse ante Rico, aunque escorado. El galés, que tenía solo a Benzema a su lado, prefirió terminar la jugada en vez de buscar a su compañero, que se quedó con las ganas de empujar a gol, tras el fallo del jugador de Cardiff.

Disfrutaba el Madrid de minutos de dominio, con las piernas de Varane y Nacho como cortafuegos de máximo nivel para las ocasiones de peligro que lanzaba el Sevilla a la contra. Pero con el paso de los minutos las tornas se volcaron. El cuadro hispalense se volcaba sobre el arco de Casillas, mientras que los blancos se dedicaban únicamente a salir al contragolpe.

El dominio de los de Emery se traducía en una constante presencia del balón en el área blanca, y el cántaro se rompió, de ir tanto a la fuente. Una acción de gambeteo de Vitolo por la izquierda le llevó hasta la línea de fondo y en el pase de la muerte se encontró a un compañero, Iago Aspas, que llegaba solo en el punto del área y empalaba a gol.

Diez minutos, un gol de distancia entre ambos equipos, y la cercanía en el choque entre ambos equipos después de muchos minutos de distancia. El Sevilla se abonaba al acoso para buscar el derribo, y el Madrid a la velocidad de sus hombres de arriba para pasar los compases finales sin agobios.

Sin más tiempo que para rondar el tanto con varios envíos a balón parado al corazón del área, que entre la zaga merengue y la actuación segura de Casillas en los balones aéreos, terminaron con el amago de remontada sevillista.

Los tres puntos se quedaron en Chamartín, tras el pitido del colegiado y el rugido de la grada. El objetivo de ampliar la ventaja con Barcelona y Atlético se consumaba para los blancos, mientras que los instantes finales dejaban un sabor amargo en los de Emery, que plantearon un partido sin complejos aunque sin premio final.

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Sobre el autor
Daniel Mullor Cabrera
Joven apasionado del fútbol sala y la fotografía, intentando fusionar las dos pasiones de mi vida.