El Sporting de Gijón se llevó tres puntos vitales de su visita a Leganés merced a un gol en propia puerta de Velasco. El encuentro, feo y trabado, apenas tuvo ocasiones claras para ambos conjuntos, que optaron por un juego directo y poco florido. Con esta victoria, los de Abelardo se colocan como líderes provisionales y se aseguran permanecer hasta la semana que viene en posiciones de ascenso directo.

El choque comenzó lento, con un terreno de juego poco cuidado que convertía los pases rasos en pura incertidumbre. El Leganés atacaba sin orden fijo, colgando balones al área y confiando en las segundas jugadas. Los asturianos, por su parte, se sentían cómodos defendiendo por arriba. Luis Hernández y Bernardo —en especial este último— fueron de nuevo los dos claros baluartes de la defensa sportinguista, repeliendo cualquier balón que asomaba en las inmediaciones de Alberto.

Bernardo y Sergio Disputan la posesión (Foto: Apo Caballero, VAVEL)

Los equipos todavía seguían tanteando sus fuerzas cuando llegó el primer tanto. Corría el minuto 11 cuando Muñiz colocó la pelota en el flanco izquierdo para ejecutar una falta cometida sobre Pablo Pérez. El mediapunta gijonés, explotando una vez más una de sus grandes virtudes, colocó un balón teledirigido hacia el corazón del área. Ningún rematador pudo contactar con el envío, pero Velasco desvío el cuero lo suficiente como para que Serantes no tuviese ninguna opción de atajar el esférico.

Apenas se notó el gol en el devenir del encuentro, que discurría pausado y con pocos acercamientos claros. La medular seguía sin dar señales de vida, y los dos conjuntos basaban sus aproximaciones en balones largos desde la defensa. Mandi y Sergio no perdieron la compostura defensiva en ningún momento, pero la falta de acierto y la poca confianza en el césped condicionaron su peso en la construcción del juego sportinguista.

Los madrileños tuvieron los mismos problemas a la hora de generar peligro, ya que a pesar de mostrarse intensos y atrevidos, sus llegadas morían antes de suponer un quebradero de cabeza real. A la media hora de juego, Mandi consiguió filtrar una pelota buscando la carrera de Muñiz. El gijonés logró recoger el pase y, con la defensa pepinera reculando hacia su meta, buscó a Pablo Pérez, que no llegó por un palmo a su envío cruzado. Sería uno de los acercamientos más claros del primer tiempo, que concluiría con un Sporting que gestionaba su ventaja con inteligencia y pasando pocos apuros.

Arreón pepinero en la segunda mitad

El comienzo de la segunda mitad mostró a un Leganés más activo, dispuesto a subir una marcha para conseguir la igualada. El paso hacia delante también se tradujo en más espacios atrás, un factor que los de Abelardo no llegaron a explotar efectivamente. Cerca de la hora de partido, un pase largo de Sergio permitió a Pablo Pérez encarar la portería de Serantes con el único obstáculo de Mantovani. Con un elegante sombrero, el asturiano hizo que el defensa se pasase de frenada, pero su chut desde fuera del área se fue muy desviado. La salida de Ndi dio algo de pausa a las transiciones gijonesas, que seguían muriendo no obstante a escasos metros de la portería rival.

A falta de brillantez creativa, hoy en el municipal madrileño se vio a un Sporting con oficio, trabajo y seriedad defensiva

Con la sombra del final acechando a los madrileños, los ataques se multiplicaron. Borja Lázaro, que entraría en el minuto 73 en el campo, gozaría de la mejor ocasión para su equipo. El madrileño se encontró con un balón dividido dentro del área, al que no dudó en golpear con violencia sobre el marco de Alberto. El cancerbero, rápido y ágil como en el encuentro ante Las Palmas, repelió el balón por encima del larguero. Pocos minutos después, y a raíz de una jugada de similar factura, Eraso enchufaría un fuerte disparo a la media vuelta que se iría no muy lejos de la portería del catalán. Fueron las últimas ocasiones para un Leganés valiente y combativo que moriría volcado sobre la portería rojiblanca.

Con el pitido final llegó el éxtasis para los de Abelardo. La celebración de los asturianos reflejó la importancia que tenían estos tres puntos, ya que estos partidos son esenciales a la hora de presentar tu candidatura para el ascenso. Butarque se ha convertido por méritos propios en un fortín para el 'Lega', y todo equipo dispuesto a puntuar en él tiene que hacer gala de solidez y calidad. A falta de brillantez creativa, hoy en el municipal madrileño se vio a un Sporting con oficio, trabajo y seriedad defensiva. No son malos ingredientes para seguir aspirando a lo más alto.