El pasado lunes, un día después de la derrota frente al Málaga CF, el serbio Miroslav Djukic era destituido como entrenador del conjunto cordobesista. Sorprendentemente, en el mismo comunicado, se anunciaba como relevo y de forma interina al por entonces entrenador del filial José Antonio Romero. Un hombre de la casa y con varios años de cordobesismo a sus espaldas. Todo hace indicar que estará hasta final de temporada, y la primera final que debe afrontar es en San Sebastián. Sin contar las palabras que concedió a la televisión del club, mero trámite y no accesible a todos los aficionados, compareció este viernes ante los medios para mostrar sus primeras impresiones como primer entrenador del club, cuál es su objetivo y cuál es su método para lograrlo.

En primer lugar, habló sobre este sueño que se le hace realidad y se ha mostrado "satisfecho por la oportunidad y con mucha fuerza, con mucha energía". No quiso incidir mucho más en ello y dar más protagonismo a su plantilla. Sobre cómo se ha encontrado al vestuario, ha revelado ser “un vestuario con mucha disposición, con aceptación y ganas de afrontar la realidad y la dificultad”. Desde el primer instante, les ha querido dejar claro que hay que "aplicar el concepto de que hay ganar en todos los partidos que nos queda hasta final de temporada”.

Busca un equipo con “espíritu, equilibrio, seguridad y mucho compromiso” y “los once que salten al campo y los tres cambios tienen que llevar ese principio en mente”. El sevillano ha entrado con fuerza gestionando la mentalidad, lo que más le gusta. Para él, “tienen que tener una buena gestión mental para tomar decisiones concretas, reales y con el mayor acierto posible para obtener los tres puntos”. No cree que falte compromiso, solo ha que reforzarlo. Dentro del terreno de juego, desea que el equipo “ocupe todos los espacios del terreno de juego y tengan un equipo equilibrado”.

Sobre la convocatoria y, en especial, sobre López Silva, ha declarado que lo ha visto “muy comprometido y con ganas de participar” ya que “es un momento para que el jugador se active”.

Para acabar, fue preguntado sobre la situación del club, el próximo encuentro, y su forma de afrontarlo. Dejó las cosas muy claras al afirmar que “no hay otra declaración que ir a ganar a Anoeta, y a los once encuentros que quedan. Son 33 puntos que quedan y se quieren conseguir”. Para alcanzarlos, "la formula es trabajo, entrega y constancia; y ese es mi ADN en la vida”, dijo Romero. Sobre el equipo vasco, “es un equipo muy arraigado con la filosofía del entrenador, y que hay que estar preparado para las rápidas transiciones y su juego combativo”. Finalmente, dijo una frase que marca todo: “Es un escenario importante que no tiene solo el club, sino Córdoba y la afición. Nosotros tenemos que sumar con la afición y esa suma da un producto, que es la permanencia en Primera”.