En un día en el que el español Javier Fernández se proclamó campeón del mundo de patinaje en Shangài, el conjunto de Joan Francesc Ferrer “Rubi” protagonizó su patinazo particular cayendo por cero goles a uno ante el Albacete en un Estadio José Zorrilla al que, a pesar del buen tiempo y buen horario, solo acudieron 10.000 espectadores.

El conjunto local mostró una buena cara en la primera parte del partido, a pesar del mazazo inicial, pero presentó un encefalograma plano en la segunda, sin ideas, inoperante y dubitativo. Rubi tampoco estuvo acertado desde el banquillo ni en los cambios, sustituyó a Omar, uno de los mejores, mediado el segundo tiempo, y de nuevo, en su planteamiento inicial, volvió a fijarse más en el rival, que en su propio equipo.

Jarro de agua fría en el primer minuto del choque

Visto y no visto. Aún los espectadores que se desplazaron hasta el José Zorrilla no habían ocupado sus asientos cuando Samu cabalgaba por banda izquierda haciendo un roto a un Chus Herrero superado de inicio a final por el joven jugador, de tan solo 22 años, natural de Belmonte, y el balón, tras golpear en ambos postes llegaba hasta Portu que hacía el primer y único tanto del encuentro.

Samu, de tan solo 22 años, hizo un roto a Chus Herrero

De nuevo gol en contra rápido, al igual que en Ponferrada y de nuevo tocaba remar y remar para acabar muriendo en la orilla como en tantas otras ocasiones esta temporada. El Albacete, un equipo aseado y con buen trato de balón (sacaba el balón sin pelotazo al estilo Pep Guardiola en los tiempos de esplendor máximo del Fútbol Club Barcelona, con Pulido y Núñez abiertos) se presentó sobre el césped del santuario blanco y violeta sin ningún tipo de complejo a pesar de la diferencia existente entre ambos equipos, echando un vistazo a la tabla clasificatoria.

Con Keko, un exjugador del Real Valladolid de quilates, y que hace méritos para formar parte de un equipo con aspiraciones superiores al Alba, los de Sampedro sorprendieron a propios y extraños para llevarse de tierras pucelanas un triunfo que les vale para escaparse, aún más, de los puestos de descenso.

Foto: Real Valladolid.

Sin garra, sin ideas

Dos fases claramente diferencias en el partido que se ha disputado en la tarde de hoy, sábado. Una primera mitad, sobre todo los minutos finales, en los que los locales, a rachas, pudieron igualar la contienda con disparos de Óscar y centros de Omar, uno de los más destacados. Y una segunda en la que al Pucela se le vio sin ideas, sin estilo y en ocasiones, sin garra, no hay más que mirar la actuación de un Jeffren al que el técnico de Vilassar de Mar le ha dado más oportunidades que el once blanco y violeta rendimiento.

Las bajas de Mojica y Hernán Pérez, de gira con sus selecciones, se dejaron notar, y al equipo de Zorrilla se le vio sin profundidad, la que tienen tanto el colombiano, como el Paraguayo. En caso de que el equipo no consiga el ascenso directo, la presencia de ambos en playoffs es más bien reducida, agarrémonos los machos y esperemos que el 7 de junio, el equipo que preside Carlos Suárez esté ya en la máxima categoría del fútbol español.

Rubi, desacertado

Tampoco estuvo acertado el comandante de la nave pucelana en la tarde-noche del sábado. La presencia de un Javi Chica en una posición que no es la suya, y con el bajón tanto físico como futbolístico del dos del pucela, estuvo menos justificada que nunca, más cuando los rivales a los que se iban a medir tanto el ex del Betis como Chus Herrero, eran Keko y Samu, dos relámpagos con el cuchillo entre los dientes dispuestos a meterte en un lío en cualquier minuto del partido. En los cambios tampoco estuvo inspirado Joan Francesc Ferrer, que se llevó la reprimenda al sentar a Omar, posiblemente el mejor del Pucela, y dejaba al equipo sin bandas y sin centros, cuando incorporaba a Tulio de Melo, un jugador que vive de lo que el entrenador acababa de enterrar.

Solo entrenadores como Mendilibar o Djukic, con un estilo de juego, han triunfado en Pucela

De nuevo volvió a mirar, de inicio, al rival, a fijarse en el contrario, en lugar de concienciar a los suyos de que, haciendo lo que saben, son capaces de vencer a cualquier rival, en cualquier campo. Solo entrenadores como Mendilibar, Djukic, o Pepe Moré, hace ya unos cuantos años este último, que no se fijaba en el rival y que apostaba por un estilo de juego claramente definido para su equipo, han triunfado, a orillas del Pisuerga, como entrenadores del Real Valladolid. Que se vaya dando cuenta el inquilino actual de la banqueta pucelana.

Difícil panorama

La segunda derrota consecutiva tras el desastre de Ponferrada, una mala imagen y , sobre todo, un difícil panorama es el que le espera al Pucela, que además de caer en su feudo ante un conjunto de la parte baja de la Liga Adelante, ha visto como en el mismo día de hoy, han ganado Betis y Las Palmas. Los ánimos en la afición pucelana están por los suelos, sabedores de que así, abordar la difícil tarea del ascenso, y atreviéndonos un poco más, del ascenso directo, se antoja una utopía.

Mucho han de cambiar las cosas en estos últimos once partidos de competición para que el Real Valladolid disfrute, la temporada que viene, de la primera división del fútbol español. La recuperación, en forma de buen juego y resultados ha de llegar y todo debe empezar por conseguir la victoria el próximo sábado en una plaza complicada como Montilivi y ante un rival de altura como el Girona.