En la jornada 31 se veían las caras en el Santiago Bernabéu, Real Madrid y SD Eibar, cada vez queda menos para el final de liga y los puntos son de vital importancia tanto para los merengues que quieren recortar distancia al FC Barcelona como para los visitantes que necesitan salvar la categoría lo antes posible.

La tarde en el Bernabéu comenzó con un once atípico por parte de Carlo Ancelotti. Arbeloa, Illarramendi, Jesé y Chicharito entraron en el equipo titular con la intención de dar descanso y suplir bajas con garantías, aunque soportando el siempre presente peso de la duda cuando los titulares no están sobre el verde.

Conjura blanca sobre el césped antes de entrar a vestuarios.

Keylos Navas; Sergio Ramos, Arbeloa, Varane y Marcelo en defensa; Modric, Isco e Illarra en la medular y Jesé, "Chicharito" y Cristiano Ronaldo en ataque fué el once formado por Carlo Ancelotti.

Haciendo valer sus galones de local, el Real Madrid dio el pistoletazo de salida marcando el tempo del choque. Los blancos rondaron el 80 % de posesión en los primeros compases y trataron de generar peligro en el área armera arrancando desde las bandas, pero Irureta no se vio obligado a intervenir.

La ocasión más clara en la primera mitad por parte del Eibar la desaprovechó Borja haciendo falta a Illarra dentro del área de meta.

El primer cuarto de hora no trajo consigo la potencia de fuego necesaria en ninguno de los dos bandos. Tímidos intentos de disparo del Real Madrid definieron ese tramo, marcado por la imprecisión ofensiva. Hasta que despertaron los locales. En el minuto 17, Ronaldo fusiló desde dentro del área a Irureta con un obús que ya sonaba a gol, pero el esférico rebotó en la zaga eibarresa y se marchó a córner.

Tras el saque de esquina y varios rechaces a puerta que Irureta o el palo despejaron, Chicharito, finalmente empujó el cuero a gol, pero se encontraba en posición antirreglamentaria. El Bernabéu suspiraba por un gol que se había resistido, pero la bestia blanca ya anunciaba su despertar.

En el minuto 21, una falta cometida sobre Modric, vió a un Ronaldo iluminado, el ariete luso, no dudo en coger el balón: centrado, con una distancia suficiente para que el balón haga las diabluras que la bota le dicte y finalmente se introduzca en el marco rival.

El primer gol blanco llegó para alivio de Chamartín, y lo hizo con un arte que parecía haber olvidado su goleador por excelencia.

Al igual que ocurrió contra el Granada, el calor del público y la liberación de las cadenas del 0-0 animó al Real Madrid y avivó el fuego de la escuadra de Ancelotti. Isco, Modric e Illarramendi manejaron a su equipo con comodidad y profundidad, encontrando huecos en una defensa armera que echaba de menos un mayor hermetismo.

Cristiano rozó el doblete cuando recibió un pase desde la derecha de Chicharito al contraataque, pero a pesar de disparar a puerta vacía no logró conectar adecuadamente con un esférico al que llegó demasiado apurado.

En el minuto 31 Chicharito se reivindicó a ojos de Ancelotti con un testarazo matador tras un centro desde la derecha. La satisfacción de aprovechar las oportunidades que le son concedidas se reflejó en dos dedos agradeciendo al cielo el regalo en forma de gol y una afición coreando el nombre del menudo delantero mexicano.

El '14', más creyente que nunca en lo divino y lo terrenal mientras vista el blanco madridista. Y con ello, el 2-0 iluminó el marcador del Bernabéu.

Murió la primera parte con una conclusión en la que el 3-0 fue más palpable que cualquier atisbo de reacción armera. Irureta consiguió blocar las balas de fogueo que siguieron acosando su portería.

Segunda mitad:

No cambió un ápice el guión de la historia de la batalla entre vikingos y armeros con la reanudación tras el descanso. El esférico siguió apreciando el tacto de las botas madridistas y se jugó a lo que los pupilos de Ancelotti quisieron.

Entre la calma, Modric tuvo en sus pies el tercer gol después de una buena jugada trazada por Marcelo y Jesé, pero su disparo demasiado centrado se topó con Irureta.

Se dolía Chicharito con dolor en el pecho, tras un choque en una jugada de ataque.

Pepe y Keylor Navas, protagonizaron el susto del partido, cuando ambos chocaban en un salto en busca del balón.

La segunda mitad pasó a ser plana y más monótona que la primera, ofreciendo menos detalles que saborear para la afición madridista. El ataque del Eibar no existió y la sensación reinante era la de que el partido ya estaba decidido, lo que terminó de dormir las emociones.

La tarde calurosa y soleada comenzó a desaparecer y la lluvia hizo acto de presencia antes de que el Madrid concluyera el capítulo goleador.

La afición blanca seguía alentando a los suyos de cara a un tercer gol, que llegaría de las botas de Jesé alrededor del minuto 83.

No quedó más fútbol que ofrecer en la recta final de encuentro. La victoria del Real Madrid fue, una vez más en el Bernabéu, contundente y con la autoridad del local que quiere hacer valer el poder de su feudo. El Eibar trató de contener la voracidad de su rival mientras pudo, pero cuando este se desató la escuadra armera pasó a ser endeble. Los goles de Ronaldo, Chicharito y Jesé redondearon una tarde en la que el Bernabéu, tras superar a una revelación como el Eibar, ya puede centrarse en la Champions League.

Los jugadores merengues salieron del vestuario a animar a los suyos después del partido.