Celso Borges se encuentra en el momento más complicado desde que llegó al Deportivo de la Coruña en el mercado invernal. Su peso específico en el juego, tanto ofensivo como defensivo, se ha ido diluyendo conforme el eco de su impacto se fue apagando.

'Llegar y besar el Santo'

El internacional costarricense llegó en un periodo clave, cuando ni Juan Domínguez ni Haris Medunjanin parecían capaces de gobernar el medio del campo blanquiazul. Ambos gozaron de numerosas oportunidades para demostrar que podían ser los dueños del timón deportivista pero ante la falta de continuidad en su rendimiento se buscó un recambio. Borges, que llegó del AIK precedido de una notable fama adquirida en el pasado Mundial de Brasil, parecía el remedio a todos los males que acuciaban al cuadro del entonces entrenador, Víctor Fernández.

Como se suele decir, el mediocentro "tico" cayó de pie en el Dépor. Estrenó titularidad en Vallecas con apenas tres entrenamientos en las piernas y las maletas por deshacer. No solo aportó jerarquía al centro del campo sino que fue el autor de los dos goles del conjunto gallego aquella velada. Uno de ellos de penalti, tirando de galones y demostrando personalidad. El equipo parecía haber encontrado al líder que necesitaba, al menos sus primeras apariciones alimentaron esa sensación.

El Deportivo de La Coruña lleva nueve partidos sin conocer la victoria y las buenas sensaciones adquiridas desde que comenzó el 2015 se han ido consumiendo como la cera de una vela encendida. Paralelo a este pobre rendimiento están las últimas actuaciones de Celso Borges. Tanto Víctor Fernández como Víctor Sánchez del Amo le han mantenido en el once, a pesar de las voces que claman un relevo. Este recambio llegará obligatoriamente el próximo fin de semana en el partido ante el Atlético de Madrid ya que Borges cumplirá sanción por acumulación de amonestaciones.

De ser un llegador a sufrir en su posición

Uno de los avales con los que llegó el costarricense fue su llegada desde segunda línea. Era una faceta del juego a explotar, ya que la incidencia ofensiva de jugadores como Cavaleiro, Lucas u Oriol deja mucho espacio para segundas jugadas si se dispone de un atrevido llegador. En el propio debut ante el Rayo Vallecano pudimos apreciar esta característica de Borges, que a pesar de anotar un doblete llegó una y otra vez desde esta demarcación con sensación de peligro. Tras su fulgurante incidencia en los primeros encuentros, el saldo en acciones de peligro del costarricense ha caído empicado. A pesar de ello, en San Sebastián, el pasado domingo, pudimos verlo con algo más de frescura para sumarse al ataque, incluso dispuso de un par de ocasiones.

Su lentitud de piernas no solo se ha evidenciado en sus llegadas al área. En la faceta defensiva, Celso Borges ha estado claramente perjudicado por la abismal distancia que separaba a los mediocentros de la defensa a la hora de replegar. El "tico" no es un adalid de la velocidad y cuando el conjunto gallego ataca en 60 metros sufre en demasía. Tanto es así, que Álex Bergantiños, en principio mediocentro posicional, ha tenido más peso ofensivo que el centroamericano; siendo más palpable este hecho en las segundas partes cuando la fatiga empieza a hacer mella en los futbolistas.

Parece que el bosnio, Haris Medunjanin, lleva la delantera a la hora de ser el recambio para el próximo fin de semana, por delante de Juan Domínguez. Aun así, Víctor Sánchez del Amo dispondrá por primera vez de una semana de entrenamientos íntegra para ver a sus jugadores y elegir cuál de ellos se adecúa más al plan a seguir. Celso Borges tendrá que esperar hasta la visita a Málaga para comprobar cuál será su rol en el Deportivo de la Coruña a partir de ahora. En sus botas -y en su cabeza- estará la clave para dirimir si puede seguir siendo el dueño del timón blanquiazul.