Peticiones varias y amistades en la grada engalonaban el Santiago Bernabéu en un nuevo partido.

Iker Casillas, Marcelo, Sergio Ramos, Pepe y Arbeloa en defensa; con Kroos, Modric, Isco, Bale y James en el centro del campo y un solitario Cristiano en punta fue el once inicial que se truncó a los dos minutos de empezar por la lesión de Bale, quien fue sustituido por Chicharito.

Los de Javi Gracia llegaban al coliseo madridista con la intención de poner en un aprieto al Real Madrid, que a su vez miraba hacia el frente y hacia arriba, viendo cómo la victoria del Barcelona les situaba en una posición de imperiosa necesidad de triunfo para no despedirse precipitadamente de sus opciones de título.

Bale se echó mano al gemelo y cuerpo a tierra. La musculatura del galés dijo basta en ese momento y Chicharito fue la elección de Carlo Ancelotti para sustituirle en el campo. El de Cardiff dejaba su lugar en punta al jugador mexicano, que en dos ocasiones probó los guantes de Kameni con sendos cabezazos con mala intención para con el guardameta camerunés.

Una clara falta sobre Cristiano en el carril zurdo del ataque merengue la botó el portugués al segundo palo con gran potencia. Allí, libre de marca, apareció Sergio Ramos en posición dudosa para hacer bueno el servicio del luso y poner en ventaja a los suyos.

A pesar de las protestas de los jugadores blanquiazules ante el colegiado, el tanto subió al marcador y le daba la victoria parcial a los suyos.

Apenas unos minutos después, un mal despeje de Marcelo le dejó un balón franco a Darder en el corazón del área blanca que el mediocentro del cuadro boquerón no acertó a impulsar hacia los tres palos de Casillas, y el cuero salió desviado ante los lamentos de un Javi Gracia que no se sentaba ni un segundo.

Los restantes minutos del primer acto transcurrieron sin más intención que la de contemporizar, sin una búsqueda clara de la portería contraria por ninguno de los dos equipos.

La grada se debatía entre tiritonas esporádicas por el juego del equipo. No pasaban excesivos problemas los de Ancelotti, pero tampoco salía natural el continuar animando, en una tarde que parecía de trámite cuando en la hoja de ruta constaba como de gran importancia.

Despertó de su letargo Cristiano a los suyos con una excepcional maniobra por derecha. De espaldas, el portugués sintió la llegada de Angeleri. Le recibió, le fijó y con un suave pero certero toque de tacón tras arrastre se fue del defensor malagueño ejecutando un caño que precedió al inicio de los aplausos y los gritos en favor del futbolista de Madeira.

Segunda Mitad

El guión, tras las pertinentes charlas de los entrenadores no se vio afectado. El Málaga, parapetado atrás y formando más que correctamente sin perder la posición en defensa. El Madrid, sin inquietar en exceso con un movimiento de balón constante pero cansino, que no lograba encontrar el hueco que el rápido movimiento del balón combinado con la fatiga suele encontrar en las defensas rivales.

Modric trataba de sacar el balón jugado, y en un choque con un jugador del Málaga su rodilla derecha se vio afectada. Cambio, uno más por lesión, y el silencio.

Aparecía entonces Cristiano para despertar al equipo. Con una arrancada brutal por la izquierda tras hacer una pared con Isco llegó con el balón controlado hasta el área visitante. Se la sirvió a James, que recortó a Samu y éste le derribó de forma clara. Desde los once metros, sin embargo, Cristiano no se mostró tan acertado como lo hizo en la carrera, y se estrelló con su disparo en el palo derecho de Kameni.

No perdonó el Madrid en la siguiente jugada. La cabalgada del portugués había despertado el adormecido genio merengue, y en una sensacional jugada de combinación entre el de Madeira y James, encontró el colombiano un hueco desde la frontal para, de primeras y tras una genial asistencia del portugués ponía el balón en la escuadra de la portería de Kameni, que a pesar de rozar el balón no pudo evitar el enorme gol del cafetero.

Se crecía en la presión el Madrid, subiendo líneas y buscando robar arriba. Sin embargo, el Málaga respondió con una gestión de la saliad de balón magistral, de izquierda a derecha, para terminar con un centro de Amrabat buscando la cabeza de Juanmi

Marcelo y Cristiano, discuten con el árbitro la colocación del balón en una falta.

Anotó Juanmi por parte malaguista y el tanto tuvo dos efectos en el apartado anímico y físico de ambos conjuntos. Para el Madrid representó una losa en ambos aspectos; para el Málaga una excusa para espolear a sus tropas y apretar en el tramo final.

Un minuto después de que una indecisión en la salida de Casillas provocase una ocasión clara para Amrabat y una pitada para el capitán, llegó el tanto de Cristiano. Arrancó Pepe por el medio, se la sirvió a Chicharito en su entrada por derecha que por fuerza se fue de Angeleri, y el mexicano oteó el frente. Se encontró a Ronaldo, desmarcado, en boca de gol. El azteca se la sirvió al de Madeira y éste no perdonó.

El choque se dio por acabado con el portugués y James abrazados, con Cristiano disculpándose con el cafetero por no devolver el balón en la última acción. Tres puntos más en la carrera por la Liga para los blancos, un punto de parón para el Málaga que sale del Bernabéu tras un gran partido pero sin el premio de los puntos.