El Real Valladolid volvía a sus fueros tras cosechar un punto en el archipiélago hostil, Gran Canaria. Se avecinaba la lidia definitiva por el ascenso, coger el último tren directo a Primera o esperar en el andén y seguir luchando por un nuevo billete. El rival no era ni mucho menos un enclenque de la categoría pese a ser un recién ascendido: el Leganés, décimo clasificado, siguiendo la estela que dejan los más exánimes competidores el playoff.

Por parte de los locales, Rubio y Sastre volvían al once titular, en detrimento de la afición, que se ausentó en el Zorrilla. El Real Valladolid comenzó dominando, aunque las hordas madrileñas no dieron ni un paso atrás. Hernán Pérez andaba enchufado, buscando un gol que le redima totalmente y le granjee unos aplausos que, sin duda, bien merece. Roger sacaba las garras, apoyado por un una medular muy acertada. El león quería su gacela, convertido en Marc Valiente galopando a por Serantes. El guardameta esquivó el segundo zarpazo de los pucelanos y entonces, ante la amenazadora ofensiva cárdena, el Leganes sí dio un paso atrás.

El Real Valladolid comenzó el partido a un buen ritmo competitivo

Ante el desequilibro entre los dos equipos, los oriundos de Butarque tiraron de orgullo y zancadillearon la esperada temprana victoria vallisoletana. Los nervios empezaron a inundar el verde . Un día más la superioridad no bastaba para ir por delante en el luminoso. Una vez más el Real Valladolid no terminaba de apuntalar el partido en los primeros 45 minutos. Una vez más, siendo un equipo tremendamente superior, parecía estar a la misma altura.

Además de los nervios, la lluvia también inundó el verde. El partido, como el tiempo, estaba gris. El Pucela se apagaba mientras 'el Lega' despertaba de su estado de duermevela. Diamanka profundizaba para Chuli, pero su necio control permitía a Javi Varas seguir con la portería a cero. No sería hasta el minuto 35 cuando también Chuli, solo como un poste de telégrafo en plena pradera albivioleta, recibía un balón que se colaría entre las redes del meta sevillano. Celebraciones después, el coletilla decretaba posición antirreglamentaria y el luminoso seguía inalterado.

Bajo una gran cortina de lluvia, llegó el gol anulado a Chuli

Y Tláloc bajó de los cielos

La lluvia no daba tregua. Tláloc apareció de entre los cielos para darles a los locales un gol tremendamente oportuno. El dios ancestral, el jugador ancestral: el señor Álvaro Rubio, Don Álvaro Rubio. Tras el bote de una falta, Óscar cabecea al palo largo de Serantes, donde dos héroes secundarios se hicieron protagonistas. Entre Rueda y Álvaro Rubio, entre los más veteranos junto al '10' de este ilustre equipo, se fecundó un tanto que descendía desde las condensadas nubes hasta las maltrechas redes rivales.

Chuli seguía buscando el empate, pero nadie podía acallar la magnificencia de un hombre que tras muchos años en blanco, sin aparecer por la parcela atacante, sumaba un nuevo tanto que se une al que convirtió en la primera vuelta frente al Alavés.

Con el campo intratable, el juego se dificultaba por ambas partes, más para los pepineros, cuya mitad de ataque estaba totalmente encharcada. Los de Rubi triangulaban sin prisas, acercándose a la línea de atrás rival. Eraso y Erik Morán solo pudieron parar al colombiano Mojica con faltas, aunque hoy los extremos blanquivioletas no tuvieron tanta relevancia como en anteriores citas. El grueso pucelano se encontraba en el centro del campo y en el enganche con Óscar que, sin dudarlo, probaba suerte desde la lejanía. El equipo local se veía más cómodo, con espacios, distribuyendo el cuero hacia bandas y laterales, haciendo Peña de carrilero y Roger de punta libre que caracolea por las inmediaciones defendidas por Mantovani, Gutiérrez y Soriano.

La sentencia, firma de Roger

Los madrileños levantaban sus espadas, con Chuli a la vanguardia de la ofensiva. Varas como una gran muralla, impedía que los de negro penetraran en un castillo en construcción, con los cimientos débiles, endureciéndose para enfrentarse a la dureza del playoff.

Chuli fue el jugador más activo del Leganés, pero Varas supo como anularle

Cimientos que se secaban, porque la lluvia amainaba y la sentencia llegaba a tierras convulsas. Rubén Peña cometía un soberano penalti sobre Óscar, que se ponía solo, mano a mano con Serantes. El coletilla lo castigó con cartulina amarilla, aunque de haber sido de color rojo, no hubieran cabido las protestas. El cazador Roger se disponía a lanzar la pena máxima, a sentenciar la guerra circunscrita bajo unas últimas gotas. Engañó al arquero, lanzó fuerte, con seguridad, a su derecha. Subía el gol del killer valenciano, los portones se cerraron y las contiendas pepineras desertaron de cumplir la orden 227. Ahora sí que sí, moralmente, los de Asier Garitano dieron un paso atrás.

El Real Valladolid intensificaba su plan de destrucción. Omar entraba en el terreno de juego, sustantivando la idea de Rubi de no dejar títere con cabeza, contentar a una afición temerosa por un posible no-ascenso y, sobre todo, afianzar una victoria física y moral.

Tres puntos para seguir soñando

Los estertores del partido dejaron al Valladolid sin Chica, lesionado. El resto fue un aullido visitante, que tras varias ocasiones erradas, más bien defenestradas por el magnánimo Javi Varas, veía la liguilla de ascenso cada vez más lejana. Y es que el meta ex del Sevila hizo un partido de bandera, digno de mención. Álvaro Rubio también quedó tocado y fue sustituido por Jeffren, el hispano-venezolano ex del Barcelona y Sporting de Lisboa, del que se esperaba mucho y del que ahora mismo no se espera nada.

Con los locales cansados y los visitantes anulados, el partido tocaba a su fin. Los tres puntos concretan definitivamente al Real Valladolid en el playoff y lo acercan a un hipotético ascenso directo, si es que los que están por encima pinchan reiteradamente. Por su parte, el Leganés se aleja del Zaragoza, rival a seguir en la lucha por conseguir el sueño de Primera División. El próximo encuentro de los de Rubi será en el Nuevo Colombino, frente al Recreativo de Huelva en su lucha por la permanencia. El próximo del Lega será en Butarque, frente a otro rival duro de roer, Las Palmas.