Parecía que no sería titular a principio de temporada, pero Álex Granell Nogué ha terminado siendo uno de los grandes descubrimientos de la temporada. Una revelación que lidera a uno de los aspirantes al ascenso como el Girona, y que ya ha llamado la atención de clubes de Primera División.

Trayectoria

A Granell le ha llegado tarde la explosión como futbolista.  Con 26 años (hará 27 en agosto) el mediocentro se encuentra en un punto de inflexión en su carrera. Nacido en Olot, municipio de Girona, Álex conoce perfectamente lo que es pasar momentos duros en el fútbol, un hecho que hace que desee con más ganas que nadie la victoria en cada encuentro. Una ambición que le acompaña para no querer volver donde tantos años pasó, en categorías como la Tercera División Española.

Granell fue descartado por el propio Girona en cadetes, y tras jugar en la Primera División Juvenil se convirtió en un trotamundos de la Tercera División Española, concretamente del Grupo V (Cataluña). Cinco equipos en cinco años desde que debutará en la división con el Palafrugell F.C.

El C.E. Banyoles y  el A.E.C. Manlleu fueron sus destinos antes de llegar al U.E. Llagostera, donde se encontró con su gran valedor: Oriol Alsina. Tras una buena temporada, en 2011 se marchó cedido al Olot, donde realizó una gran campaña, con nueve goles en 34 partidos, su mejor cifra goleadora hasta la fecha. Ese mismo año la U.E. Llagostera consumó su ascenso a la Segunda División B, por lo que a Granell se le abría la puerta de regresar y jugar en una división superior, con 23 años.

En tan solo media temporada Granell confirmó su progresión, y a mitad de temporada el Cádiz, que luchaba por el ascenso, contrató sus servicios. Pese a jugar 19 partidos y anotar dos goles el mediocentro abandonó el club para volver a Catalunya, fichando por el Prat, que terminaría descendiendo a la Tercera División.

Sin embargo a Álex Granell se le abrió una oportunidad única. Oriol Alsina, que acababa de llegar al Girona (del que se marcharía ese mismo verano por discrepancias con la directiva) y que conocía bien al jugador le contrató para jugar en Segunda División. Casi un año después, Granell es fijo en el centro del campo de Machín, junto a otros dos jugadores de la casa como el también sorprendente Pere Pons y Eloy Amagat. 3126 minutos repartidos en 37 partidos (36 de ellos como titular), cinco goles y diez asistencias, cifras que definen su importancia en el segundo clasificado de la Liga Adelante.

Un golpeo de balón excepcional

Probablemente sea el aspecto más destacado de Álex Granell como jugador. Bien en el doble pivote que formó con Pere Pons a principio de temporada o ahora en el esquema 5-3-2 de Machín, donde a menudo se escora más a la izquierda, el golpeo de balón de Granell siempre ha sido decisivo.

Cinco goles, algunos de ellos antológicos, y diez asistencias son unas cifras más que respetables.  Su buen desplazamiento le permite lanzar al equipo desde atrás, con un pase preciso buscando al carrilero que intenta sorprender o simplemente cambiando el juego en horizontal para desahogar al equipo.

Encargado a menudo del balón parado, tiene un gran control de balón, un gran lanzamiento de falta y es una opción importante para la estrategia del equipo en este aspecto. A su buen toque de balón hay que sumar su capacidad para abarcar mucho campo, a menudo escorándose a la izquierda donde puede lanzar buenos centros o buscar balones a la espalda de la defensa rival.

A nivel defensivo es un jugador al que quizás le falte algo de fuerza en los choques, pero que tiene bastante sacrificio y con buena colocación, si bien le beneficia el esquema del Girona donde está más protegido en la fase del repliegue.  De sus botas saldrán los peligros de un Girona que necesita la victoria ante el Zaragoza para mantenerse en los puestos de ascenso directo.

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