No fue suficiente con intentarlo. Después de haber empatado a un gol en la ida, el equipo juvenil de Tenerife se vio incapaz de doblegar en su Ciudad Deportiva al Rayo Vallecano. Conscientes de que sólo les valía ganar o empatar con dos goles o más por equipo, y de lo complicado que era hacer eso en Vallecas. A pesar de ello, lo intentó y a punto estuvo de conseguirlo, de dejar en el dique seco al campeón del grupo madrileño de la División de Honor juvenil.

Nerviosismo inicial

En los primeros minutos de partido el Tenerife se mostró más competitivo que el Rayo. Los isleños se propusieron amargarle la fiesta a los locales y salieron a presionar la salida de balón rayista y a combinar con mucho criterio y rápido para mover a la defensa. El Rayo sólo podía optar a buscar a Juancho y que el colombiano intentara encontrar huecos donde la defensa del Tenerife no dejaba. El equipo visitante empezó a hacer lo mismo con Giovanni, con una diferencia: el gol.

Antes del tanto hubo varias alternativas para ambos. La más clara, una volea de Jorge Shafa que besó el lateral de la red porque el canterano franjirrojo la pegó mordida. El Tenerife también tuvo varias llegadas, pero ninguna ocasión tan cercana al gol como esta de Shafa.

El gol visitante fue poco forzado. Javi Ruiz intentó despejar un balón, pero el guardameta dejó el esférico prácticamente muerto en los pies de Giovanni, que sólo tuvo que encararle y colocar bien el disparo para poner el primer gol en el marcador. El Tenerife se adelantaba y dejaba, en ese momento, eliminado al Rayo en su propia casa. Algo, en principio, inesperado.

Una y no más

Eso pensó el Rayo, que desde ese momentó dejó de complicarse la existencia con las salidas de balón y empezó a combinar más en ataque para ser dueño del balón, marcando el estilo propio del Rayo para intentar buscar el empate. Juancho continuó siendo el más activo de los de Diego Merino -hoy expulsado-, pero esta vez asociándose más con Uche y Shafa, permitiendo la llegada de los Clavería, Pep Biel y Kike.

Precisamente este último, Kike, iba a lograr el empate. Tras mucho insistir y después de dos ocasiones claras, el Rayo iba a igualar el marcador. Shafa se metía en el área por banda izquierda, centraba al segundo palo, donde aparecía el centrocampista para poner de cabeza el 1-1. Además, en el minuto 44, tanto psicológico que iba a venirle muy bien al Rayo y, obviamente, no tan bien al Tenerife.

¿Segundas partes nunca fueron buenas?

Es lo que se dice de las películas. Pero en la filmografía del Rayo juvenil iba a ser justo al revés, por lo menos en este encuentro. Los franjirrojos borraron prácticamente del mapa al equipo de la cantera tinerfeña, dejándoles atacar sólo a base de contraataques y replegándose bien para evitar sustos. Alguno sí que hubo, pero entre la defensa y Javi Ruiz lo solventaron rápido.

Fue la segunda mitad del ataque, de la posesión, pero no tanto de las ocasiones. Al Rayo le costó mucho pisar área canaria. Hacía todo bien, menos el último movimiento, lo que le hacía asustar al Tenerife, pero timidamente, sin intimidar del todo a Airam. El guardameta visitante hizo dos intervenciones de mérito a disparo lejano de Pep Biel, pero no pasó muchos más apuros hasta el tramo final del encuentro.

En el minuto 79 Juancho caía en el área después de soltar un balón y el colegiado señaló penalti. Acción cuanto menos dudosa, pero sí que puede ser considerada como falta y, por tanto, pena máxima. Con el poco tiempo que faltaba, era el ahora o nunca para los locales.

El rayista Shafa cogió el balón, tratándolo con el respeto y cariño que se merece. Lo puso sobre el punto blanco a once metros de la portería, cogió carrerilla y...falló. Paró Airam, pero en el rechace no iba a perdonar el extremo franjirrojo para poner por delante a su equipo y dar el paso definitivo a la remontada.

Bronca y final

No todo iban a ser risas y sonrisas. Dos minutos después del gol, Nadjib se lanzaba bruscamente al suelo contactando con los tobillos de Juancho y se llevaba automáticamente la tarjeta roja y su consiguiente expulsión. Acción suficiente para que jugadores de ambos equipos demostraran su carácter y alguno intentara mostrar también su fuerza. Entre algún que otro empujón leve, Joni Montiel y Gome llegaron literalmente a las manos, pero fueron separados por sus compañeros y por el reparto de amarillas del colegiado. Para terminar esta jugada, un miembro del cuerpo técnico tinerfeño también enfiló camino a vestuarios

Para calmar las cosas, y aprovechando el revuelo, el Rayo sentenciaría. Un fallo defensivo de la defensa canaria dejaba la pelota muerta en el área y, tras el intento de Juancho, el balón le llegaría a Franchu, que remató a placer y sentenció, si no lo estaba ya, el partido y la eliminatoria. El punto final lo pondría Pajuelo. Shafa volvía a colgar un balón al segundo palo, esta vez desde la banda contraria, y el delantero extremeño ponía de cabeza el cuarto para los cuartos.

No dio tiempo ni a sacar de centro. El árbitro pitó tres veces y señaló los vestuarios. Final, el Rayo Vallecano a cuartos de final y el Tenerife, aunque luchó hasta el final, se quedó en octavos del trofeo juvenil. El lunes será el sorteo que decrete el rival del equipo franjirrojo en cuartos de final.

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Sobre el autor
Toni López
Periodismo en la URJC en Vicálvaro. Moviéndome por Radio Marca y Unión Rayo, antes por COPE, ABC Punto Radio y Radio 21. Amante del deporte en general, fútbol y fútbol sala en particular. Practicante cuando me dejan. Periodismo como vocación. Gracia cordobesa y orgullo madrileño.