Una vez ascendido el Córdoba CF a Primera División, la dirección deportiva encabezada por Pedro Cordero y el presidente Carlos González se ponían manos a la obra para diseñar el plantel deportivo del que dispondría el equipo para la próxima temporada en la máxima categoría del fútbol español. Analizando una por una cada parcela de la plantilla, llamaba la atención cómo la portería se iba a mantener intacta salvo cambio de última hora. El buen hacer de Juan Carlos en el último tramo de temporada vital para el ascenso así como las buenas prestacciones de Saizar antes de su lesión convencieron a los altos cargos por lo que se optó por no reforzar la portería. Aun así, a pesar de esta muestra de confianza, siempre hubo rumores de que hasta el último día se podría hacer un intento en dar un salto de calidad saliendo nombres como Javi Varas.

Finalmente, tras intensos días de mercado, Juan Carlos y Saizar partieron como porteros del primer equipo y con Antonio Sillero y Jon Villanueva como porteros del segundo equipo entrenándose con el primero y esperando una oportunidad.

Juan Carlos

7 | Juan Carlos ha tenido una temporada muy irregular con partidos muy buenos, partidos correctos y partidos donde sus errores han conllevado a una victoria del equipo rival. Tras una gran temporada en Segunda División, toda la confianza de Ferrer y de la afición estaba puesta en él, de forma que ni se contemplaba la opción de que fuese suplente. Ya en el gran debut en el Santiago Bernabéu se mostró correcto y solo encajó dos goles, uno de ellos al final del encuentro, dejando muy buenas sensaciones. Tras la primera jornada, Juan Carlos daba muy buenas sensaciones encajando solo un gol en los empates ante Celta y Almería y realizando una grandísimo encuentro en Córdoba contra el Sevilla a pesar de encajar tres goles. Volvió a encajar tres goles en Mestalla con goles en los que quizás pudo hacer más. En este partido empezaron a sembrar una dudas sobre su persona que no cesarían hasta el final de temporada. A pesar de sus buenas actuaciones en determinados encuentros, gran parte de la afición no terminó nunca de confiar en él mostrándolo como culpable en varios partidos y haciéndoselo ver en forma de pitidos. Tras dos empates, la derrota contra el Málaga supuso el fin de la era Ferrer, entrenador que siempre había confiado a ciegas en él.

Llegaba el banquillo cordobesista Miroslav Djukic, el cual seguió confiando en Juan Carlos durante gran parte del tiempo menos en las últimas jornadas intentando buscar un cambio con su sustitución. El portero de Guadalajara se mostraba irregular combinando buenas intervenciones con claros errores como en el Vicente Calderón donde encajó 4 goles o en Elche donde el equipo se dejó remontar una ventaja de 2 goles. Ejemplo de la temporada de Juan Carlos son dos partidos con dos jornadas de diferencia, Barcelona y Bilbao. En San Mamés realizó un esplédido partido recordando al mejor Juan Carlos de la anterior temporada y, sin embargo, dos jornadas después, recibiría una bochornosa goleada por 5-0, una auténtica humillación. Paradójcamente, ese partido marcó un punto de inflexión ya que después llegaría esa racha de dos victorias y un empate con la que el equipo terminaba una primera vuelta fuera de descenso.

La segunda vuelta no se puede apenas valorar, el equipo saltaba al campo sin alma, sin hambre, sin corazón y esta sensación se plasmaba en cada uno de los jugadores salvo excepciones. En partidos claves como contra el Almería en casa o el Sevilla fuera , Juan Carlos dejó mucho que desear fallando en jugadas clave y recibiéndo multitud de goles a balón parado. Esto le llevó a la suplencia. 4 partidos estuvo en el banquillo, los cuales sirvieron para la destitución de Djukic y la llegada de José Antonio Romero. Juan Carlos regresó a la portería y lo demás es historia. Con el equipo virtualmente descendido, Juan Carlos y Mikel Saizar se alternaron en la portería jugando más el alcarreño. Pitidos, cánticos y protestas de la afición a Juan Carlos por su bajo rendimiento unidos a la situación del club no hacían más que empeorar las cosas. Brillantes partidos en Villarreal o en casa frente al Atlético calmaron los ánimos.

En definitiva, 32 partidos disputados y 56 goles encajados siendo de los porteros más goleados de la categoría. A pesar de todo, de los mejores del equipo en ésta terrible campaña. Su futuro, en el aire.

Mikel Saizar

5 | El guardamente vasco perdió la titularidad tras lesionarse a mitad del curso pasado cuando estaba dando un excelente rendimiento y, a partir de entonces, jamás volvió a ser el que era. En Segunda no volvió a jugar y en Primera División ha aportado más al ambiente del vestuario. No sería lógico suspenderlo a pesar de que en las pocas ocasiones que ha tenido ha decepcionado. Cuando un portero no goza de continuidad y confianza es muy difícil que pueda rendir en condiciones en el campo, y menos en una categoría tan exigente como la máxima categoría española. Saizar disputó la Copa del Rey frente al Granada en el que poco pudo hacer para evitar la elimincación.

En Liga ha disputado un total de 6 partidos con 12 goles encajados, un promedio de 2 goles por partido. Para el recuerdo quedan sus horribles partidos frente al Valencia, Espanyol o Getafe. Fue más un símbolo de aparente cambio más que otra cosa. De hecho, en el mercado invernal estuvo a punto de marcharse al Osasuna y sonaron nombren para sustituirle como Andrés Fernández, del Oporto, Jesús, del Levante, o incluso el autríaco Lidner. Ahora tiene la puerta abierta de nuevo para salir del club.