Eduardo Berizzo ha sido una de las revelaciones del Celta esta temporada. En un principio parecía que su única misión era dar continuidad al proyecto de Luis Enrique, que tan bien había finalizado la temporada pasada. Durante las primeras jornadas, el equipo deslumbraba, haciendo el mejor inicio de temporada de los últimos quince años: en las once primeras, tan sólo perdió un partido. La noche cúlmen de esa buena racha fue la victoria en el Camp Nou por 0-1. Pero también fue el principio de una serie de diez partidos sin ganar que pusieron a Berizzo con pie y medio fuera de Vigo.

El argentino cambió de sistema,y los resultados volvieron a llegar. El equipo consiguió la salvación muy pronto, con un fútbol muy vertical, y encaró las últimas jornadas con serias opciones de clasificarse para la Europa League. Finalmente no se conseguiría, pero el trabajo de Berizzo dejó muy buen sabor de boca en Vigo.

(0-3: Muy mal / 4: Mal / 5: Regular / 6: Bien / 7: Bastante bien / 8: Muy bien / 9: Fantástico / 10: Excelente / S.C: Sin clasificar).

Eduardo Berizzo

7 | Un notable es lo mínimo que se merece la primera campaña del técnico argentino al timón del Celta de Vigo. Llegó a Vigo con la simpatía de la afición, ya que fue uno de los ídolos del Celta de Champions, pero pocos sabían de su trayectoria como entrenador. De O'Higgins se trajo consigo a Pablo Hernández, un corpulento mediapunta, internacional con Chile, cuya irregularidad le ha granjeado la desconfianza de la afición.

Berizzo anunció cuatro fichajes más, y así sucedió. Sergi Gómez y Carles Planas llegaron gratis procedentes del Barça B para apuntalar la zaga, el joven Radoja se postuló como sustituto de Oubiña en el centro del campo. Larrivey completó la plantilla.

Un inicio histórico

Berizzo comandó el mejor inicio del Celta en quince años

En los primeros encuentros Berizzo dio continuidad al 1-4-3-3 de Luis Enrique. Pese a su supuesto bielsismo, el argentino no revolucionó el sistema. Sergio fue el elegido como portero titular tras la venta de Yoel, y Radoja se hizo con el puesto del lesionado Oubiña desde su llegada. Además, Larrivey le ganó la batalla a Charles, y Planas sustituyó a Mallo, ausente en los primeros partidos por los problemas físicos derivados de una lesión en el hombro de la temporada anterior. El resto del once titular de la temporada pasada se mantenía.

La fórmula funcionó. El Celta completó el mejor inicio de Liga desde la temporada 99/00. El juego del equipo recordaba en cierto modo al del año pasado, pero quizás el equipo de Berizzo tenía más énfasis en la presión, además del recurso aéreo que suponía Larrivey.

Si la afición ya estaba contenta con ese comienzo de temporada, la victoria (0-1) en el Camp Nou terminó por disparar las ilusiones. El Celta de Berizzo se imponía al Barcelona de Luis Enrique, aunque con una buena dosis de suerte. El gol de Larrivey, tras una asistencia deliciosa de tacón de Nolito, ponía la guinda a un Celta que parecía imparable.

Falta de reacción ante la debacle

Nadie podía suponer lo que vendría después. El siguiente partido fue en casa, ante el Granada. El Celta tuvo alguna ocasión, pero el encuentro terminaría 0-0. Fue el inicio de una racha de diez partidos sin ganar, y siete sin marcar. Y, entre medias, la eliminación copera.

Pese a lo que digan los números, sería injusto no reivindicar el buen juego del equipo, y la mala suerte, en varios de los choques que perdió el Celta. En partidos como los del Eibar, Málaga o Almería, los de Berizzo no merecieron perder. A eso se le sumaron varias decisiones arbitrales ciertamente injustas, como el penalti en el Bernabéu por el piscinazo de Cristiano Ronaldo.

Berizzo salvó la cabeza ganando al Córdoba

Fueran justas o no, la racha no terminaba, y la confianza del equipo empezó a decaer. El punto conseguido ante el Valencia le dio un cierto crédito a Berizzo, pero el argentino se mostraba incapaz de darle la vuelta a situación. Las dos derrotas consecutivas ante Getafe y Espanyol, con un juego gris y una defensa llena de desajustes, pusieron en la picota al argentino. El Celta, tras un inicio sensacional, veía la zona baja de la clasificación estaba cada vez más cerca.

Dos puntos de los últimos treinta eran demasiados para cualquier entrenador. El argentino asumió su responsabilidad, declarando que entendería una destitución. Una parte del consejo directivo ya presionaba por echarle cuanto antes, pero Mouriño decidió no precipitarse, y darle una última oportunidad al Toto.

Un nuevo sistema, el 1-4-2-3-1, y un nuevo Celta

La última semana de enero fue de tensión en Vigo. Todos esperaban el anuncio de la destitución de Berizzo, pero nunca llegó. Lo que si llegó fue el Córdoba, un rival débil, propicio para dar por finalizada la mala racha. O para dar por finalizada la etapa del argentino como entrenador del Celta.

El Toto decidió morir con las botas puestas, y dispuso el once más ofensivo de toda la temporada. Radoja se quedó en el banquillo, y la función de pivote la ejerció Augusto Fernández. A su lado, otro antiguo jugador de banda: Michael Krohn-Dehli. Santi Mina, Orellana y Nolito formaron la línea de tres mediapuntas, volviendo así al 1-4-2-3-1, un sistema que no se veía en Balaídos desde Abel Resino.

El resultado fue espectacular. El Celta ahogó al Córdoba en su área, y solo la falta de acierto de Larrivey impidió un resultado más abultado. Nolito asumió su rol de estrella, y ganó el partido para los suyos. Berizzo sobrevivió, y el Celta por fin rompió su mala racha.

Berizzo ha crecido como entrenador

Ese partido supuso una liberación. Los jugadores parecieron quitarse un peso de encima, y el Celta volvió a funcionar. Berizzo había dado con la tecla. Augusto y Krohn-Dehli se convirtieron en la pareja perfecta. Uno robaba, el otro construía. Uno corría, el otro hacía correr el balón. Por delante, la irrupción de Santi Mina, con siete goles en la segunda vuelta; la calidad de Orellana, un diablo que se movía por todo el frente de ataque; y la efectividad de Nolito, con 13 goles y 13 asistencias.

La fórmula funcionó y el Celta completó una segunda vuelta espectacular, tanto en juego como en resultados. El equipo de Berizzo parecía capaz de ganar a cualquiera, y su juego llamaba la atención de aficionados y expertos. No en vano, el Celta consiguió ganar al Atlético de Madrid (2-0), y el derbi contra el Deportivo en Riazor (0-2). Especialmente destacada fue la goleada por 6-1 al Rayo Vallecano, con cuatro goles de Santi Mina.

Al final de la temporada, al Celta quizás le faltó un poco más de suerte para llegar a Europa, pero Berizzo demostró ser un entrenador capaz de conseguir ese objetivo.

Un entrenador para muchos años

Berizzo ha crecido como entrenador en Vigo, al mismo tiempo que ha dejado su impronta en el juego del equipo. Ha conseguido integrarse totalmente en el vestuario, y la afición está con él. Ha transformando al Celta que había dejado Luis Enrique en algo nuevo. El 1-4-2-3-1, la presión, y la reconversión de Augusto y Orellana están bajo su patente.

Resumen temporada 2014/2015 del Real Club Celta

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