Año 0. La primera piedra. Estabilidad institucional, un proyecto en ciernes y una afición que recuperaba la ilusión. Caras nuevas, energías renovadas, banderas al viento. El sueño era frágil y el objetivo firme: había que refrendar con resultados las sensaciones que dejaba el verano, hacer realidad las esperanzas del pueblo de Mestalla, demostrarle al mundo, pero sobre todo al propio valencianismo, que el Valencia había vuelto. Y toda la responsabilidad recaía sobre los hombros de un entrenador, Nuno Espírito Santo, que era prácticamente un desconocido, sin experiencia en la élite, y que contaba, además, con el agravante de ser una apuesta del dúo Mendes-Lim. La primera imposición a ojos de muchos.

Nueve meses después Nuno y el proyecto han pasado la reválida con nota. Récord histórico de puntos en Liga, clasificación para la Champions League conseguida y sobre todo, las sensaciones. Mestalla volvió a soñar con discutir la hegemonía de los dos gigantes y sus moradores tienen motivos para mirar al futuro con optimismo.

El camino no fue fácil. Este es el resumen de nueve meses plagados de sonrisas, abrazos, miradas de complicidad, esfuerzo, sudor y goles. Nueve meses plagados de fútbol en estado puro. Nueve meses en los que el Valencia recuperó el espíritu: bronco y liguero.