El conjunto cordobesista no pudo mantenerse en Primera División tras 42 años sin pisar la máxima categoría del fútbol español. Una temporada que se preveía que iba a luchar por no descender pero no pudo ser.

En este sentido, la temporada del conjunto blanquiverde ha estado marcada por la incertidumbre y por el nerviosismo, la cual ha llevado a la formación cordobesa a no encontrar el equilibrio entre los malos y buenos momentos que no se puedo conseguir el objetivo

Un curso en el que el Córdoba ha visto sentarse en los banquillos del Arcángel hasta tres entrenadores. Albert Ferrer, quién comenzó la temporada tras el ascenso la pasada temporada, que sería despedido tras los malos resultados acontecidos. Más tarde, llegaría Miroslav Djukic, que presentaba una pequeña mejoría pero por poco tiempo porque a falta de pocas jornada sería destituido. Por último,  José Antonio Romero, entrenador del Córdoba B, cogiera las riendas del equipo para hacer la machada y obtener la milagrosa salvación.

Finalizadas ya las 38 jornadas de liga BBVA, el Córdoba es equipo de Segunda División. Así lo refleja la clasificación, en la que el cuadro cordobés ha terminado en la 20ª posición con 20 puntos. Solo ha conseguido 3 victorias, 11 empates y 24 derrotas en 38 jornadas. Con un bagaje de 22 goles a favor y 68 en contra que hace imposible la salvación.

La temporada empezaba en el mejor escenario posible, en el Santiago Bernabéu frente al flamante Campeón de Europa, el Real Madrid. Se desplazaron numerosos aficionados cordobesistas para ver de nuevo a su equipo en la élite del fútbol español. El resultado fue de 2-0 para los blancos. En la siguiente jornada se conseguiría el primer punto frente a los pupilos de Berizzo, el RC Celta de Vigo.

En la siguiente jornada, se enfrentaría contra el Almería en un bonito derbi andaluz que acabó con 0-0. En las jornadas 4 y 5 se llevaría sendos correctivos frente a dos equipos que se encuentra en la zona europea y en la 6 conseguiría otro punto frente al Espanyol por otro 0-0. En la jornada 7 otro punto que supo a poco y llevaría 4 puntos de los últimos 32 porque en la jornada 8, el Málaga consiguió una victoria por 1-2 que llevaría a Albert Ferrer a ser sustituido por los malos resultados y el entrenador elegido sería Miroslav Djukic.

Miroslav Djukic, experiencia y sabiduría

Tras la destitución del héroe del ascenso a la máxima categoría, el presidente opta por un entrenador con nombre y experiencia, capaz de poder sacar al Córdoba de tal precaria situación. El elegido fue Miroslav Djukic, sin entrenar desde la pasada temporada, cuando fracasó con el Valencia. Sin embargo, sus grandes éxitos con el Valladolid convencieron a la directiva para firmarle. Aún así, el presidente siempre reconoció que no era su elección personal.

En el primer partido, se conseguiría empatar a uno en casa ante la Real Sociedad y a la semana siguiente, derrota en el Calderón por cuatro a dos, con doblete de Ghilas. Los resultados seguían sin acompañar, pero el equipo ya era capaz de competir y parecía saber a qué jugaba, algo que con Ferrer no se había visto hasta entonces. En la jornada número 11, se conseguiría el empate a cero en casa ante un rival directo como el Deportivo, tras fallar un penalti Fede Cartabia y ser dominador claro del encuentro, aunque también hay que decir que el Deportivo jugó con uno menos la mayoría del encuentro.

A la semana siguiente se empataría otra vez, esta vez ante el Elche, dos a dos, tras desaprovechar una ventaja de dos goles en cinco minutos. Pese a los resultados, la imagen era muy diferente y el equipo, a través de solidez defensiva, iba creciendo poco a poco y la afición lo iba viendo. Entre semana, se jugaría la ida de la Copa del Rey, perdiendo uno a cero en Granada. Más adelante se caería en la competición, tras empatar a uno en un partido histórico por la niebla, que hacía imposible ver nada desde la grada ni desde la tele.

Entre partidos de copa, llegaría uno de los días históricos para la historia blanquiverde. Sería en la jornada 14, y en la catedral del fútbol español. Un gol de Nabil Ghilas daría la primera victoria de la temporada para el conjunto califal. La ilusión de los casi quinientos aficionados que fueron hasta Bilbao fue máxima y pese a seguir colista, el equipo daba otra imagen totalmente. En la siguiente jornada, se empató a cero ante el Levante de Lucas Alcaraz, pero con un dominio claro blanquiverde, que no supo materializar en gol.

Bronca y reacción

Antes de las vacaciones, el conjunto de Djukic visitaría el Camp Nou, cayendo derrotado por cinco a cero, lo que conllevaría una gran bronca del preparador serbio contra sus jugadores, diciendo que solo fueron a echarse fotos y nunca fueron a competir.

Esa bronca daría resultado, ya que tras la vacaciones, se lograría la primera victoria en casa, y la única. Uno de los mejores partidos de la temporada, ante el Granada CF, venciendo por dos a cero, sobre todo tras una primera mitad perfecta. El nivel de Ghilas, Bebé, Florín… rozaba la perfección y el equipo empezaba a dar síntomas de poder competir ante cualquier equipo. Una semana más tarde, se ganaría por cero a uno en un campo tan difícil como Vallecas, y la siguiente semana se empataría a uno ante el Eibar para terminar la primera vuelta. Empate injusto ya que los blanquiverdes cuajaron un gran partido pero un solitario gol de Arruabarrena les dio un punto más que injusto al conjunto vasco.

De la casi sorpresa al descenso

Uno de los partidos que más recordarán los aficionados cordobesistas sería el primero de la segunda vuelta, en la visita del Real Madrid. El conjunto de Djukic se adelantaría gracias al gol de penalti de Ghilas y, siendo muy superiores a los madridistas, vería como Benzema y Bale de falta a dos minutos para el final, remontaban un partido que mereció ganar los blanquiverdes. Una derrota dura por la forma, pero que reforzó el vestuario porque creyeron aún más en sus posibilidades.

En las dos próximas jornadas llegarían las claves de la temporada. La derrota en Balaídos por uno a cero dando una mala imagen dolió, ya que supuso la ruptura de una gran racha de juego y de resultados. En la siguiente jornada, el Almería remontaba el partido en dos jugadas a balón parado, lo que supuso la entrada de nuevo en los puestos de descenso. Es más, muchos jugadores reconocieron al término de la temporada que fue el partido clave que partió el vestuario y provocó rupturas entre jugadores que fueron imposible de recuperar.

Desde entonces, sería imposible recuperar al equipo. Llegarían la derrota ante el Sevilla y el Valencia, dando imagen de que los equipos con poco, ganaban fácil a un conjunto blanquiverde incapaz de competir. Y ante el Getafe en casa se llevaría a cabo un final muy cruel para los califales. Un solitario gol de Florín parecía que hiciese llegar la segunda victoria en casa, pero un gol de Fede Vico en propia a falta de dos minutos y otro de estrategia en descuento, colocaría el uno a dos en el marcador. Esta derrota supuso un fuerte golpe para la afición, que empezó a ver en el palco al culpable de todo esto.

El último partido de Djukic en el banquillo blanquiverde sería en la Rosaleda, donde se perdería por dos a cero ante el Málaga. Más allá del resultado, se pudo ver un equipo que sin hacer nada, era muy superior a los blanquiverdes. El técnico serbio había fracasado con un equipo que él había sido capaz de levantar. Haría falta un tercer técnico en busca de la salvación.

Jose Antonio Romero, hombre de la casa

Con la llegada de José Antonio Romero, el presidente apostaba por alguien de la casa. Tras la aventura de Albert Ferrer y Miroslav Djukic, Carlos González daba el descenso como una realidad, y apostillaba en rueda de prensa que daría un giro de 180º a la gestión del club. Y este giro empezaba con apostar fuerte por la cantera. El cese del preparador serbio daba entrada al técnico hasta entonces del filial, el sevillano pero cordobés de adopción José Antonio Romero, y Luis Carrión, hasta entonces segundo entrenador en el primer equipo, era nombrado entrenador del filial, que tendría la misión de salvar también al segundo equipo cordobesista.

Además, desde entonces, se llevaría a cabo una estrategia de marketing enfocada a promocionar la cantera y todos sus logros, ya que esta ha sido una temporada marcada por los dos descensos de los dos primeros equipos, pero también por logros más que importantes en las categorías inferiores, destacando el ascenso de ambos juveniles a las máximas categorías a nivel nacional. También serviría como un lavado de imagen, ya que José Antonio Romero subiría con Javi Raya y Carlos Losada, personas de su confianza y cordobeses, lo que gustaba a la afición.

El debut lo tendrían en Anoeta, donde una expulsión en los primeros cinco minutos de Pantic marcó el partido. Pese a adelantarse en el marcador gracias al tanto de Florín, la Real Sociedad remontaría, llevándose los tres puntos gracias al tres a uno. Una semana más tarde, llegaría el debut en el Nuevo Arcángel, ante el Atlético de Madrid. El equipo había mejorado su imagen, y con el tema de la sanción del Almería y posibles descensos administrativos, se montaba al tren de la salvación. Sin embargo, el conjunto colchonero venció cero a dos sin despeinarse.

El palo de Coruña

Llegarían dos partidos muy importantes en apenas cinco minutos ante dos rivales directos, como el Deportivo y el Elche. Sacar los seis puntos podría suponer el colocarse a menos de una victoria de la salvación, pero no sería así. Entre semana, uno de los mejores partidos de la era Romero no serviría para llevarse los tres puntos de Coruña, ya que Florín en propia puerta, autor también del tanto blanquiverde, empata el partido en la última jugada. Un gran palo para todo el club, ya que después de estar tan cerca de una victoria mucho tiempo después, parecía imposible ganar.

En las tres últimas jornadas, el único objetivo era despedirse de forma digna. El remate llegaría a los tres días en el Arcángel, que se encontraba ilusionado y con la oportunidad de conseguir una nueva victoria. El Elche realizando un partido más que práctico, venció por cero a dos, lo que provocó la queja del cordobesismo contra los jugadores y el presidente. Un ambiente que no cambiaría hasta el final de la temporada. En esta atmósfera más cercano a un conflicto bélico, el trabajo de Romero y sus ayudantes se volvió imposible y el equipo se dejaría ir.

Pese al punto conseguido ante el Villarreal en el Madrigal, sería insuficiente dada las dos derrotas siguientes, ante Athletic de Bilbao en casa y en la visita al Ciutat de Valencia, donde el ex entrenador cordobesista Lucas Alcaraz remató prácticamente a los andaluces.

El descenso real 

Una semana después se haría efectivo y matemático el descenso, esperado desde hacía meses. Con la visita del FC Barcelona, ante un estadio repleto de aficionados culés y sin apenas afición local, en protesta a la temporada, el conjunto catalán conseguiría una más que abultada victoria por cero a ocho. El descenso ya era una realidad, y el club empezaba a trabajar en la vuelta a la división de plata.

Una despedida amarga

Faltaban tres jornadas y el único objetivo que buscaba el club era terminar de forma digna el curso, pero no sería así. En los últimos partidos se vio una más que mala imagen de jugadores, que lo único que intentaron fue borrarse de los partidos, sin actitud ni ganas por competir. El Granada vencería dos cero en uno de los peores partidos de los blanquiverdes en muchos años.

En la penúltima jornada, ni la visita de Paco Jémez, excordobesista, sirvió para que la afición fuese al estadio. En la despedida de la Liga BBVA del Arcángel acabaría con la peor entrada de la temporada y una afición muy crítica con todos y cada uno de sus jugadores. Solo se salvarían Florín, Khrin y Crespo, ya que la afición entendió que siempre lo dieron todo, mientras que la portería, Ghilas y Fede Cartabia fueron de los más criticados.

Ya en la última jornada, se daría más que una derrota abultada, tres a cero ante el Eibar. El club, como queja por la pésima actitud de los jugadores, obligó al equipo a viajar tanto la ida como la vuelta en autobús. Una vez terminada la temporada, Carlos González pidió perdón a la afición por lo que piensa que fue una mala gestión en todos los aspectos.

Tres días después, el club daría a todos los jugadores y cuerpo técnico vacaciones, dada los lamentables sucesos que ocurrían cada día. Entre otros, en el único entrenamiento a puerta abierta en la era Romero, varios aficionados increparon a los jugadores, desde insultos hasta llegar a parar el autobús con un piquete.

Al final, una temporada para olvidar, con descensos del primer y segundo equipo, y una afición que nunca estuvo ilusionada aunque animó hasta el último momento a unos jugadores que solo estuvieron en los buenos momentos, ya que a partir del bajón y de las quejas, solo buscaron borrarse y salir. Es más, varios jugadores no llegaron a entrar en ninguna convocatoria a partir de la llegada de Romero, siempre por falta de compromiso, según el propio entrenador.

Ahora con la vuelta a Segunda División, se espera un proyecto más que ilusionante, que solo en dos días ha atraído a más de mil abonados, fiel reflejo de una afición que sí es de primera división.

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