Se respiran tiempos de cambio. Esta temporada ha sido clave por muchos motivos. Sin duda, los guajes y Abelardo han sido los artífices de una de las mejores etapas que se recuerdan en el sportinguismo. Quizá por eso, por devolver esa filosofía y esa esperanza, la afición se ha visto más dispuesta que nunca a pedir un cambio.

Numerosos aficionados se aprovecharon de asociaciones como Tu Fe Nunca Decaiga o de colectivos como La Norte 5 para que hicieran de altavoz de un clamor que se ha oído alto y claro esta temporada. “Diles que se vayan”, “directiva dimisión” o “por un Sporting libre, Fernández vete ya” son algunos de los ruegos que la afición dirigía al palco cada día de partido. 

Un vaivén de ventas sin concretar

A pesar de los incontables rumores, la realidad es que el Sporting continúa en las mismas manos desde hace más de veinte años. Ni las ofertas venidas de Europa, Galicia o incluso Asturias, ni las propuestas de Tu Fe Nunca Decaiga han sido suficientes para decantar el sí de la familia Fernández.

Un sí que está haciéndose esperar demasiado. A pesar de la certeza que mostraba Amado en la Junta de Accionistas celebrada a principios del pasado mes asegurando que “el Sporting no corre riesgo de descenso administrativo”, la realidad es que la situación del club gijonés sigue siendo crítica.

Y es que cuando las barbas de tu vecino el Elche ves cortar, los pelos empiezan a ponerse de punta. Las deudas que acumulan el club, no solo con los jugadores o con proveedores, sino con la Agencia Tributaria ahogan. Comenzar un ascenso con tal agobio no parece un plan muy atractivo y menos para un equipo que como bien afirma Abelardo, quiere mantenerse en Primera por muchos años.

Ahora, la prioridad de Javier Fernández parece centrarse en buscar un Director Deportivo y un gestor económico competentes. Un objetivo que de momento no tiene nombres sobre la mesa y que parece estar en total discordancia con lo que solicita la afición.

El sueño extradeportivo: un Sporting de los aficionados

Y es que aunque en las últimas jornadas la afición rojiblanca estuvo más centrada en el ámbito deportivo, no han olvidado su otro sueño, el extradeportivo. El de tener un club de los aficionados con unos representantes a la altura de los ‘guajes’ de Mareo y de Abelardo. Un sueño que de momento se ha quedado varado, aunque no aparcado. “Directiva dimisión” y “Fernández vete ya”. Los cánticos no cesaban ni pasaban desapercibidos ni en el aeropuerto ni en la Plaza Mayor.

A la expectativa

Las riendas, una vez más, vuelven a estar en manos de la familia Fernández. No obstante, hay algo diferente. Esta, parece ser la última oportunidad y, por tanto, la idónea para poner por fin los puntos sobre las íes en el club. Transparencia, saneamiento y control. Estos deben ser los pilares sobre los que sustentar la entidad gijonesa en su camino hacia Primera División.

La temporada ha terminado e, irónicamente, la situación del Sporting de Gijón sigue siendo la misma. Nada ha cambiado ni mejorado desde entonces. Ni siquiera la Junta de Accionistas en la que más de uno de los miembros del Consejo de Administración salió colorado, ha servido para obligar a tomar medidas definitivas. Una vez más, esperar y soñar parecen ser las únicas opciones para una afición que quiere un cambio real.  

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Sobre el autor
Laura Castro García
Periodista deportiva. Coordinadora y redactora de la sección Real Sporting de Gijón. Contacto: [email protected]