El sueño de ascender a la Liga BBVA continuará siendo posible una semana más para la Unión Deportiva Las Palmas. El conjunto comandado por Paco Herrera logró sacar partido del resultado cosechado en el José Zorrilla durante el pasado miércoles, donde el gol materializado por Sergio Araujo vale un nuevo billete para la gran final, la segunda de manera consecutiva. Los amarillos plasmaron sobre el césped su claro deseo de lograr la consecución final del gran objetivo, haciendo gala de un juego alegre y vistoso que pudo suponer un mejor resultado, mientras que en los peores minutos, la experiencia acumulada salió a relucir para evitar cualquier tipo de contratiempo. 

Hernán Santana recupera la titularidad

Los cambios en la formación inicial anunciados por el máximo responsable técnico amarillo finalmente sólo encontraron una variación, pues nuevamente, Raúl Lizoain se encargó de custodiar el arco grancanario. El guardameta insular volvió a contar con una nueva oportunidad de mostrar sus cualidades en el recinto de Siete Palmas, donde la afición tiñó las gradas de amarillo para arropar a su conjunto. Un equipo que contó con una línea de cuatro defensores compuesta por Ángel y David Simón en los laterales, mientras que el centro de la zaga pasó a ser ocupado por Aythami Artiles y el capitán David García, al igual que en el primer intercambio de golpes acontecido en Pucela

En la media cancha llegó la única novedad, pues Juan Carlos Valerón cedió su plaza a Hernán Santana, por lo que finalmente el de Zárate fue acompañado por Javi Castellano en tareas más defensivas, con Culio y Roque Mesa completando la escolta. 

Como hombres más adelantados, Jonathan Viera y Sergio Araujo volvieron a pugnar por agradar al respetable, luciendo públicamente unas condiciones técnicas dignas de ser expuestas en la Primera División. El grancanario y el argentino formaron un frente de ataque en el que el portador del dorsal número diez siguió siendo la máxima referencia ofensiva, mientras que las dotes técnicas del jugador de La Feria en una posición más retrasada con raíces de inicio en banda izquierda permitió que Las Palmas contara con infinidad de ocasiones para decantar la balanza a su favor. 

Un rival combativo

Por su parte, el Real Valladolid se presentó en Gran Canaria con el encuentro disputado el pasado miércoles como referencia. El grupo de futbolistas liderado por Rubi contó con un nivel de intensidad bastante elevado que le aportó la oportunidad de acabar con el dominio palmense, aunque sólo fuese por momentos. Con Javi Varas bajo palos, el máximo responsable técnico del conjunto pucelano se vio obligado a suplir la baja de Chica con Chus Herrero, que actuó en el lateral derecho, mientras que el izquierdo volvió a ser defendido por Peña. En el centro de la zaga, Rueda y Samuel continuaron encargándose de defender las acometidas de Sergio Araujo.

En la media cancha, Sastre sustituyó a Timor y contó con el acompañamiento de André Leao, mientras que en posiciones más adelantadas, Óscar y Hernán Pérez mostraron el deseo de poner en jaque a la defensa palmense, muy seria en todo momento. El centro del campo vallisoletano intentó por todas las maneras contrarrestar las grandes dosis de trabajo realizada por los amarillos, pero finalmente no encontró premio.

Como máxima referencia, Roger volvió a formar en punta de ataque, siendo el hombre más adelantado de un equipo que apenas creó peligro por los dominios defendidos por Raúl Lizoain, pese a que cualquier síntoma de aproximación metía el miedo en el cuerpo de un respetable que finalmente pudo elevar los brazos al cielo de la isla de manera triunfal. Al igual que un grupo de futbolistas que contará con una nueva oportunidad de sellar el retorno a la máxima categoría. 

Dominio amarillo y posterior igualdad

El balón comenzó a rodar y con ello un nuevo partido de promoción de ascenso en el Estadio de Gran Canaria. El recinto de Siete Palmas volvió a acoger un partido de vital importancia para los intereses de la Unión Deportiva Las Palmas, que desde el inicio mostró su claro deseo de aumentar la renta global de la eliminatoria. El gol materializado por Sergio Araujo en Pucela aportaba una pequeña ventaja que parecía no ser suficiente para los palmenses, pues no especularon y dominaron la posesión desde los primeros compases. 

Las acciones se sucedían y todo bajo el control del centro del campo amarillo. Las Palmas rondaba el arco defendido por Javi Varas pero no encontraba la profundidad necesaria para ponerle en apuros, salvo lanzamientos lejanos que finalmente se marchaban desviados o llegaban sin peligro a las manos del arquero. La falta de ocasiones destacadas permitió que el equipo visitante pusiera la réplica en forma de dominio, pero no de ocasiones. Los saques de esquina se agrandaban para los dos conjuntos, que antes del minuto 20 ya habían sacado tres cada uno, pero sería en ese minuto cuando la Unión Deportiva intentaría asestar el primer guantazo. 

Un robo de Jonathan Viera en tres cuartos de cancha permitió que el de La Feria encarara el marco contrario y, desde fuera del área, impactó un fortísimo disparo que fue repelido por el guardameta foráneo, mientras que en segunda instancia, Sergio Araujo remató a bocajarro, pero nuevamente Javi Varas evitó que el conjunto insular se adelantara en el marcador y aumentara la renta en resultado global. No obstante, caer a las primeras de cambio no entraba en los planes del conjunto visitante, un equipo que no llegó a crear peligro pero sí contó con momentos de dominio que los locales supieron solventar para llegar al tiempo de descanso sin novedades en el marcador (0-0). 

Las Palmas otorga el perdón

Tras la reanudación, el Real Valladolid adelantó líneas y el cuadro de Paco Herrera aprovechó para tener las mejores ocasiones del encuentro. Todo ello después de atravesar varios minutos de tanteo, en los que el cuadro visitante intentó asumir el control del juego, pero acabó siendo en vano. Nuevamente, el juego brusco planteado por los pucelanos acabó siendo castigado por un árbitro que, en el minuto 70 de partido, enseñó la segunda cartulina amarilla a Hernán Pérez, que paró una incursión ofensiva de David Simón realizando una acción a destiempo.​

En la misma jugada, Javi Varas fue amonestado, acentuando por completo las numerosas cartulinas recibidas durante la contienda, en la que el juego duro y la intensidad elevada acabó siendo su principal enemigo. A raíz de dicha acción, la Unión Deportiva aprovechó para sacar partido del refresco aportado por Vicente Gómez y Asdrúbal, mientras que posteriormente la entrada de Juan Carlos Valerón aportó la calma necesaria. Antes de producirse, el cuadro palmense malogró infinidad de ocasiones que pudieron ahorrarle el sufrimiento al respetable. 

Sergio Araujo tuvo en sus botas varias acciones de claro peligro para fusilar la meta visitante, al igual que Jonathan Viera, pero los disparos se marchaban desviados por centímetros o acababan siendo repelidos por Javi Varas. El balón no quería entrar y en la última acción del partido se agrandó dicha teoría. 

Final sufrido

En el minuto 91, el partido estaba completamente roto. El Real Valladolid estaba abocado a claudicar y la Unión Deportiva no encontraba la manera de sentenciarlo. Asdrúbal se plantó cara a cara ante Javi Varas y, en su intento de driblarlo, éste derribó al de Guanarteme, cometió pena máxima y acabó siendo expulsado. No obstante, no era el día del delantero procedente de Boca Juniors. El portador del dorsal número diez encaró el punto situado a 11 metros del arco adversario y, tras efectuar su lanzamiento, el balón acabó marchándose por encima del larguero. 

Los nervios florecieron y el encuentro entró en una dinámica de la que los visitantes pudieron salir beneficiados, pues un error producido por las altas pulsaciones permitió a éstos contar con una acción de peligro a balón parado, pero finalmente la defensa palmense solventó de buenas formas, haciendo gala de una madurez digna de encontrar pronto premio. La Unión Deportiva Las Palmas volverá a estar presente en una final por el ascenso a Primera División y la encara presumiendo de una experiencia acumulada que se postula como la principal fuente regenerativa de energía positiva.