Un desconocido Valladolid se entrenó en los Anexos en lo que fue su segunda aparición pública desde el comienzo del estío. Con un plantel plagado de canteranos, Garitano optó por trabajar con balón, abriendo y cerrando la sesión con partidillos de 10 minutos que seguro servirán al entrenador vasco para tener una visión global de sus jugadores disponibles de cara a la pretemporada.

Las ausencias siguen siendo el plano más amargo del comienzo del nuevo curso. Braulio anunció en rueda de prensa que es una clara declaración de intenciones y que con muchos de los no presentes y algunos de los presentes, el club ha dejado de contar y se les buscará una salida. Ese era el caso de Mariño, cuyo futuro en Valladolid está en el alero. El guardameta gallego cuajó una gran sesión matutina junto a Julio, protagonizando paradas de calidad. Los mediocampistas se dispusieron en un rondo para trabajar el pase y la fluidez de juego en la medular, algo que falló el año pasado y se antoja básico en una Segunda División donde tener el balón es primordial.

Las dos pachangas incluyeron a todos los jugadores a excepción de los metas. En un equipo formaron: Óscar Arroyo, Samuel, Ángel; Anuar, André Leao; Deve, Óscar, Alfaro y Caye Quintana. En el otro: Chica, Cristian, Manel Royo; Álvaro Rubio, Timor; Mayoral, Toni; Dani Vega y Zambrano, cuya presentación se produjo a las 11:00 en el José Zorrilla, convirtiéndose en el primer jugador con ficha del filial que es presentado como un jugador del primer equipo.

Garitano le puso especial ilusión a esta segunda sesión de entrenamiento y primera matutina. Sus gritos desde la banda eran bien audibles y la arenga a sus pupilos, ya desde un principio, denota un compromiso y unas ganas que desde tiempos de Djukic no se veían en los Anexos. El próximo entrenamiento, esta misma tarde a partir de las 19:00 horas en el parque forestal de Las Contiendas tras comer todo el equipo junto.