El equipo de Gaizka Garitano, como el propio club anunció, ya ha vuelto a la capital del Pisuerga tras seis días duros de trabajo que comenzaron el pasado lunes y finalizaron ayer, por la noche, cuando la escuadra pucelana se enfrentó al Pontevedra de Segunda División B. Dobles sesiones duras de entrenamiento, baños en las mágicas aguas del Río Tea con crioterapia de recuperación incorporada y dos choques que dejan dos victorias pero pocas conclusiones más que, como dijo el propio Gaizka Garitano tras el choque ante el Pontevedra, el seguir cogiendo minutos y ritmo de competición para las piernas de sus pupilos.

Seis días duros de entranamientos que han venido bien al equipo

El 0-3 ante el Celta B del pasado miércoles dejó, sin lugar a dudas un mejor sabor de boca a la plantilla que el 0-2 ante el conjunto de Luisito. El Pucela fue de más a menos en el choque de ayer y solo le salvaron los goles, uno de ellos de Guzmán, que se destapa como máximo goleador de la pretemporada con tres tantos. Lo que sí se ve es una solidez defensiva. Solo un gol encajado, el pasado sábado 25 de julio, en Sestao, ante el Athletic y de penalti. El equipo comienza a asimilar los conceptos de su entrenador de cara a ser un conjunto fuerte atrás, al que cueste mucho hincar el diente.

Con la vuelta a casa, el Real Valladolid descansará en la jornada de hoy, domingo, pero volverá al trabajo mañana, martes, con una doble sesión de entrenamiento preparada y poniendo ya el punto  de mira en el partido del próximo miércoles ante el Río Ave portugués. El Pucela afronta las tres semanas últimas de preparación con el objetivo de llegar lo mejor posible al primer y difícil partido de liga ante el Córdoba en tierras andaluzas del próximo 22 de agosto. 

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Sobre el autor
Alvar Salvador
Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid. Colaborador en Es Radio Valladolid.