Yannick Ferreira Carrasco. Llegó sin hacer mucho ruido. Incorporación rápida y a priori sencilla la realizada por el Atlético de Madrid. Llegar para quedarse. Y visto lo visto, si por Simeone fuese, se quedaría eternamente. El belga ha sido tutlar frente al Numancia, Oviedo y Sagan Tosu. La pretemporada está dejando buenísimas sensaciones en un tipo que, reiteramos, llegó callado. Hablar en el campo es la filosofía de muchos y sin duda que Yannick es de ese palo.

Y es que nada más llegar lo dejó claro: “Soy Yannick Carrasco, no vengo a sustituir a Arda Turán”. Filosofía clara. De esas que le gustan al ‘Cholo’. El extremo goza de clase, de agilidad, de una técnica envidiable y de ganas, sobre todo de ganas. Y con eso y trabajo el corazón del entrenador argentino está conquistado. Buscar ser la diferencia. Querer triunfar y ser Yannick Carrasco y no el nuevo Arda Turán.

Y va dejando sensaciones. El jugador de 22 años se va atreviendo con cosas en el verde. Recordada es su carrera frente al Sagan Tosu por la izquierda culminando en un centro que Fernando Torres no consiguió rematar y se perdió por la línea de fondo. Lo dicho, detalles que poco a poco van forjando su figura. El Atlético impone y soltarse es difícil.

Frente al Numacia y Oviedo el jugador sí que se le vio algo más tímido. Sus internadas en banda bien hacen presagiar descaro en sus movimientos pero como se cita anteriormente, debe soltarse y por ende, desplegar su fútbol. Frente al Shangai este martes tendrá la oportunidad de seguir demostrando y de, por qué no, volver a disputar 90 minutos que sigan dejando sensaciones positivas en el ambiente colchonero. Quizá no sea el sustituto de Arda Turán. Quizá, una vez que el público lo vea intente buscarle un parecido inexistente. Pero, y solo quizá, el jugador natural de Ixelles busque diferenciarse del resto.