El joven extremeño de 20 años ha encandilado a los técnicos e hinchas rojiblancos, perfilandose así como el principal candidato a ser el sustituto de Arda Turan.

Óliver, que ha vuelto después de un año y medio cedido, esta cada vez más cerca de ser el futbolista que todos esperan que llegue a ser. Su paso por el Villarreal no fue nada del otro mundo, pero tras una gran temporada en el Oporto donde logró siete goles y seis asistencias en 39 partidos y nombrado jugador revelación del año, fue uno de los más deseados por el club portugués este verano, pero Simeone paró esta opción porque quería contar con él en sus filas, y el canterano esta demostrando que fue una buena decisión.

Tras la marcha de una de las estrellas del Atleti, la gente pensaba que viniese quien viniese saldría perdiendo el club, pero la solución resultó estar en casa y a coste cero. El turco, que se fue dejando 35 millones de euros en las arcas rojiblancas, parece que va a tener un sustituto de garantias, con experiencia además en la Champions y encima de la casa. 

Óliver, que ha sido un fijo esta pretemporada, ha mostrado una gran evolución futbolística, dejando atrás al niño tímido que era para convertirse en un hombre que busca el balón y no tiene miedo de intentar, y muchas veces con éxito, virguerías dignas de un jugón. También ha demostrado ser capaz de dirigir el juego en el centro del campo como un autentico experto y de dar pases milimétricos cual francotirador. Todo esto es señal de la madurez obtenida por el jugador en el año que ha pasado en un grande, jugandolo casi todo en las tres competiciones; por todo ello, Diego Pablo está depositando su confianza en Óliver en la temporada que parece que al fin va a disponer de muchos minutos jugando para el equipo de toda su vida.

Se esperan grandes cosas de este joven, en un año en el que la plantilla del Atlético de Madrid, de no sufrir ninguna baja sensible más, puede ser la más competitiva en mucho tiempo y en la que más dificil va ser hacerse un hueco y mantenerlo en el 11 inicial. ¿Conseguirá Óliver hacer olvidar a Arda a los aficionados colchoneros? Solo el tiempo lo dirá.