En muchas ocasiones la versatilidad en la línea defensiva te permite ese plus de adaptarte a las situaciones y poder convertirte en un comodín de lujo para el técnico. Este es el caso de Pablo Íñiguez que con un futuro prometedor muestra grandes cualidades para poder desempeñar su posición natal en el centro de la zaga o, si lo considera en algún momento de la temporada Marcelino, en el centro del campo para un corte defensivo.

Su gran forma física y su atrevimiento con el corte le convierte en un defensor, que pese a su juventud, hábil y seguro además de un cerrojo para los últimos metros de campo. Un hecho que se ha mejorado, a la vez de madurar, en el Girona FC y eso ha influido en Marcelino a la hora de decidir que contaba con el canterano la próxima temporada.

Su progresión se ha visto truncada en varias ocasiones por lesiones inoportunas debido a que aparecían en el mejor momento futbolístico del jugador y en el tramo donde el central tenía mucha confianza dentro del terreno de juego. Esta temporada, donde turnará convocatorias con el primer equipo y con el filial, espera poder mostrar a la afición amarilla su gran nivel y convencer al técnico asturiano para ser fijo en las convocatorias de los ulteriores años.

Claro ejemplo de la confianza en la cantera

La cantera es uno de los pilares base del proyecto que lidera Fernando Roig. Durante la última década el equipo castellonense se ha dado a conocer por todo el continente en parte gracias al cuidado en las categorías inferior y a los posteriores jugadores que han salido de ella para triunfar en la primera nave del 'Submarino Amarillo'.

Pablo Íñiguez se ha formado en la categorías más jóvenes del Villarreal CF conociendo el entorno que rodea a la entidad a la perfección. Su progresión ha ido dando saltos de gran importancia, sobre todo con su llegada al Villarreal C. A partir de ahí, su carrera ha ido acompañada de una dinámica ascendente con un comienzo poco agraciado pero que le dio la oportunidad de dar el salto al primer equipo.

El descenso del Villarreal CF y la llegada de Julio Velázquez al banquillo amarillo permitió al central comenzar a entrenar con los 'mayores' y a tener esa mejoría de juego al cambiar 180º el registro de entrenamiento. Y ganando la confianza de los entrenadores, pese a la destitución del entrenador y la llegada de Marcelino consiguió tener minutos en la Liga Adelante y demostrar su valía formando pareja junto a Musacchio en los encuentros importantes del tramo final de campaña.

Su próxima temporada se esperaba que fuera de gran importancia en los planes de Marcelino en la vuelta del conjunto castellonense a la máxima categoría del fútbol español, sin embargo tras disputar el primer encuentro frente a la UD Almería y tras varias jornadas, el futbolista sufrió una fuerte lesión en el pubis que le apartó de los terrenos de juego durante un longevo tramo de la temporada. Ello provocó que el jugador se perdiera el curso y se tuviera que buscar una salida para que volviera a recuperar el tono competitivo.

El Girona FC, destino idóneo

El pasado verano estival desde la directiva se decidió ceder al central a tierras catalanas, donde tras un largo tiempo de recuperación física y competitiva tras la larga lesión demostró sus grandes cualidades en defensa, algo que le permitía seguir siendo llamado con las categorías inferiores de la selección española.

Un centro de la línea defensiva por el que competía con un antiguo jugador del Villarreal CF, Florian Lejeune. Ante dos centrales con el puesto asegurado, Íñiguez ha tenido este año para mejorar sus atributos en el centro del campo. Algo que beneficia a Marcelino de cara a una temporada que se espera larga con tres competiciones y un nivel de exigencia elevado.