Tras Eusebio y Vinyals llegó Gerard López como gran apuesta de Bartomeu para liderar el regreso del filial a Segunda A. No obstante, la andadura no ha empezado como se esperaba y el Barça B ha caído por 2-1 frente al Cornellà en un mal partido de los azulgranas.

En un campo de dimensiones pequeñas con césped artificial y tras encajar el 1-0 en los primeros segundos, al Barça B le ha costado una barbaridad entrar en el partido. No se sentía cómodo sobre el terreno de juego: ni tenía la posesión ni dominaba; el juego estaba marcado por los balones divididos. Tampoco estaban entrando en juego jugadores importantes como Grimaldo, Samper o Dongou. Poco a poco, la cosa se ha ido igualando, aunque los azulgranas seguían sin lograr asociarse en el mediocampo; el balón iba de un sitio a otro sin que ninguno de los dos equipos tomase el control.

En la segunda mitad, el Barça B ha iniciado mucho mejor, y Babunski, el mejor probablemente, ha logrado encontrar -en un pase entre líneas- a Dongou, en lo que ha supuesto el 1-1. A partir de allí, nuevamente las cosas han estado igualadas, y el filial ha sido incapaz de imponer su estilo.

En Cornellà, el equipo de Gerard López tenía una prueba complicada: tal y como se ha descrito anteriormente, jugaba en un campo de dimensiones pequeñas con césped artificial. Debido a ello, que le imposibilitaba realizar su fútbol, ha intentado hacer uno más práctico y, de hecho, así ha llegado el empate: balón de Babunski al espacio y definición perfecta de Dongou. Ha sido un partido con muchos balones divididos, y el filial se ha sentido incómodo en gran parte del encuentro.

Por otro lado, dados el rival y las circunstancias, Gerard López y García Pimienta han optado por salir con Grimaldo y Campins en posiciones adelantadas, pese a que ambos son laterales. La prueba no ha funcionado, pero no por ello dejará de utilizarse si los campos o los rivales invitan a ello.

La derrota deja un mal sabor de boca para los azulgranas, pero no hay porqué encender las alarmas. El Barça B debería de hacer del Mini un fortín e intentar rascar el máximo de puntos lejos de casa. En ello reside la clave de regresar a Segunda A.