Tras la fabulosa campaña 2014/15 del equipo de Luis Enrique, con la consecución del triplete, se produjo una noticia que si bien era esperada, no dejó de ser poco menos que traumática. La marcha del signo de identidad azulgrana personificado, del talento combinativo; la salida de Xavi Hernández en el mercado estival, debe asimilarse paulatinamente tanto por el propio club como por el resto de sus compañeros, que ya no verán sobre el césped una figura omnipotente, a la que siempre dar el balón, ya sea asistido o en modo pelotazo, y recibir a cambio una maravilla, apta de recepción para el menos virtuoso. Su marcha es tan trascendente que prácticamente todos los futbolistas deben asumir un nuevo rol, aunque no se refleje en cambio de posición, sí en lo referente a evolucionar sus aportaciones. El pasado domingo, día 23 de agosto de 2015, en la primera jornada liguera uno de los jugadores del FC Barcelona dio curso sumarísimo a la solicitud para ascender a la categoría de Coronel en el equipo, dejada vacante por Xavi. Andrés Iniesta, de quien todos esperaban, ya dejó claro que sus nuevos galones van a ser defendidos honorablemente cada partido, y que la honra de su ex compañero permanecerá bien alta y cubierta, al menos, por quien fuera durante tantos años y éxitos su principal consorte.

A lo largo de las semanas de esta última década, la mejor en la historia del conjunto catalán, han cambiado prácticamente todos los futbolistas de la plantilla, y el equipo ha seguido girando de una manera estable y casi progresiva. Si esto fue, o ha sido posible es gracias a la columna vertebral que se mantuvo unida hasta este año, el trío de centrocampistas creativos Busquets, Xavi e Iniesta. El fútbol de posesión y dominio total que hoy parece algo normal, hubiera sido imposible de conseguir sin esas tres piezas jugando juntas insustituiblemente durante tanto tiempo, bien en Barcelona, bien en la selección española. El pasado año Xavi Hernández, dada su elevada edad profesional, fue dosificado por Luis Enrique de la mejor de las maneras, saliendo prácticamente en cada segunda parte, cuando el partido necesitaba control, orden, pausa. Mientras, el FC Barcelona se valió de Busquets e Iniesta para dominar el encuentro, con un Rakitic combativo y el tridente ofensivo que hacía que pareciera sencillo vencer aunque no se estuviera dominando. Pero siempre se sintió la presencia del Sr. Hernández. Este año, ya sin él y con Arda Turan, su recambio posicional, ausente hasta enero, no cabe duda de que el dominio de los encuentros, la fluidez del juego, pasa por las piernas de Iniesta.

Andrés es un futbolista exquisito, al que no vamos a descubrir ahora. El paso del tiempo y la manera de jugar de su club, permitieron que por momentos su redimiento pudiera disminuir -casi inapreciablemente-, ya que cuando esto pasaba Xavi podría solucionar el contratiempo. Este curso futbolístico, ya desde la primera jornada de liga, Iniesta ha dado un paso al frente, decidiendo que ya nadie podrá guiar si él no guía, que nadie podrá encontrar a Neymar o Suárez si él no los encuentra. La posición de interior izquierdo ha sido ocupada, en modo de pruebas durante la pretemporada, por otros dos futbolistas de la plantilla; Rafinha y Sergi Roberto. El primero es un genial media punta, pero carece de la templazana de Xavi o Iniesta, y su toma de decisiones no suele ser todo lo acertada que el equipo demanda en dicha zona, siendo, además, un jugador vertical por naturaleza. Sergi Roberto es un futbolista con buen toque de balón de primeras, y grandes virtudes para la llegada en segunda línea, pero se desenvuelve mejor en la posición derecha, por Rakitic, y los intentos de Lucho porque actúe de relevo de Andrés parecen no haber cuajado. Por tanto, todo lleva a pensar que a falta de la prueba con Turan, el FC Barcelona dependerá mucho del talento de Fuentealbilla.

Iniesta ante dos rivales (foto:UGSvision)

En el partido arriba significado, contra el Athletic de Bilbao en San Mamés, se vio un Iniesta con prestaciones excelsas, recordando al de sus tiempo más inspirados. Lejos de mantener su lugar y generar en tres cuartos de campo, se mostró participativo en múltiples parcelas. Cuando el juego no fluyó desde atrás, ya que Busquets estuvo muy presionado y la pareja de centrales compuesta por Mascherano y Vermaelen no se mostró inspirada, Iniesta no dudó en retrasar su posición, introducirse junto a "Busi", y encargarse de compactar al equipo, con gran acierto. Los laterales, Alba, recién salido de una lesión, y Alves, apático en estos primeros partidos, tampoco cumplieron lo que de ellos se espera, y fue Andrés, nuevamente, el que cayó a banda, retrasado y bien abierto, a veces incluso a la zona derecha, opuesta a su ubicación de interior izquierdo, para pedir, y recibir, allí el balón y tocar con sentido. Mostró el amplio abanico de recursos técnicos cuando fueron necesarios: controles orientados para posición favorable, regates a un toque o en transición, coberturas de balón con el cuerpo, y un largo etcétera, todo en beneficio del resto de sus compañeros. En ataque estuvo mágico, superó líneas en conducción o en pase, con aparente facilidad, y si Suárez o Messi crearon peligro, esta vez, más que cualquier otra, fue gracias a él. Iniesta ha llegado a este inicio de año muy motivado, sabiendo que gran parte del éxito futuro de su equipo va a depender de él. Asimismo el verano no le ha afectado en lo físico, lo que sí se notó en el resto de sus compañeros. Uniendo ambos conceptos, por lo tanto; las ganas, la mentalidad, la responsabilidad de saberse esencial, y el tono físico, se puede asegurar que este año la baja de Xavi Hernández será menos dramática de lo que se pensó. Andrés Iniesta ha dado su primer recital, el resto de compañeros deberán permitirle que no acabe los partidos sin aliento, potenciarlo, ahora más que nunca, y todo ello será la fórmula que el FC Barcelona 2015/16 necesitará para no apartarse del trono en el que se sentó la pasada temporada.