Partido no apto para cardíacos el vivido en la noche del sábado en La Romareda. El Real Zaragoza se impuso a la Unión Deportiva Almería por 3-2 con un tanto de Leandro Cabrera en el último minuto del envite. Diana que dio la vuelta al marcador después de que Quique González y Morcillo hicieran lo propio con el gol inicial de Wilk. Ángel Rodríguez firmó de nuevo las tablas ante la momentánea victoria rojiblanca.

Se presentaban ambos conjuntos en el fuedo maño con sendos inicios ligueros diametralmente distintos. Mientras que los de Popovic no lograban pasar del empate ante el Mirandés en Anduva, el cuadro que este sábado hacía las veces de visitante se impuso por tres tantos a dos al Leganés en su estreno en el Mediterráneo.

Tomando como referencia la primera fecha del campeonato, pocos cambios presentaban uno y otro equipo en sus onces titulares, sustituyendo Aria al lesionado Hinestroza en el bando local y no introduciendo Sergi Barjuan modificación alguna en su alineación de inicio.

Con todos los protagonistas de la contienda sobre el césped de La Romareda y el reloj marcando las 22:30 horas, Pizarro Gómez decretaba el inicio de un choque que comenzaba con el Zaragoza bien plantado sobre el terreno de juego, con las líneas muy juntas y cediendo el balón a su rival, que no lograba desentrañar el entramado defensivo del conjunto blanquillo.

Algo menos de un cuarto de hora habría que esperar para poder presenciar la primera ocasión del envite. Correría a cargo del Almería, después de que Corona sacara un balón jugado desde atrás y filtrara entre líneas para Quique González, cuyo tiro con pierna izquierda desbarataba Bono, mandando el cuero a saque de esquina. La incidencia sobre el juego del equipo visitante crecía, haciendo alarde de un fútbol más vertical y obligando al Zaragoza a esperar su oportunidad a la contra.

Cinco minutos después respondía el cuadro local, que con una rápida combinación entre el japonés Aria y Ángel, culminada con disparo cruzado del punta canario, llevaba el "uy" a las gradas, sonido que se volvería a escuchar tras una nueva ocasión del futbolista nipón, que tras revolverse dentro del área finalizaba con un chut que se marchaba besando el lateral de la red de la meta defendida por Casto. El equipo entrenado por Popovic, espoleado por su afición, se quitaba de encima la presión de los almerienses y comenzaba a cercar con mayor asiduidad el arco del cancerbero unionista, que volvía a aparecer desviando a córner un lanzamiento lejano de Wilk alcanzada la primera media hora del choque.

El Zaragoza golpea; el Almería se repone

La escuadra local iba a ver premiada su insistencia con el primer tanto del partido, que llegaba tras un saque de esquina botado por Pedro y que era rematado por Wilk en el área pequeña tras ganarle la posición a Fran Vélez. El marcador se estrenaba y traía consigo una explosión de júbilo al graderío, pero poco o nada le iba a durar la alegría al conjunto blanquillo, puesto que apenas dos minutos después llegaba la réplica rojiblanca, en una jugada iniciada con un nuevo saque de esquina colgado al área por Montoro, rematado de forma defectuosa por Vélez para que le cayera a Quique González, en fuera de juego no señalada por el colegiado. El posterior centro del pucelano no iba a ser despejado por Bono con suficiencia y el cuero le acabaría llegando a Morcillo, que con pierna izquierda mandaba éste al fondo de las mallas.

Con el luminoso en tablas, la intensidad del choque crece y éste se convierte en un correcalles donde los centros laterales se convierten en la principal baza de un Zaragoza que buscaba contentar a su afición brindándole el primer triunfo de la temporada, mientras que los visitantes perseguían que la calma imperara haciéndose con el control del esférico, erigiéndose Miguel Ángel Corona como principal valedor de tal fin. Nada más ocurriría en los primeros cuarenta y cinco minutos, que alcanzaban su final con ambos equipos dejando patentes los motivos por los cuales están llamados a ocupar las altas esferas de la tabla clasificatoria.

Con el retorno de los 22 hombres de vestuarios volvían a empezar las hostilidades entre uno y otro conjunto. El Zaragoza se encontraba con dificultades a la hora de sacar el balón jugado desde atrás, acompañado por unos picos más altos de posesión por parte del cuadro visitante. Con todo esto, iba a llegar la culminación de la remontada de los de Sergi Barjuan, mediante una contra de libro montada por los hombres de ataque del cuadro andaluz. Casto atajaba un córner zaragocista y ponía el balón en juego hacia Chuli, que conducía para, seguidamete, abrir hacia Iago Díaz, que ponía en bandeja un pase de la muerte hacía Quique para que éste sólo tuviera que empujarla a la red.

El Almería le daba la vuelta al luminoso y el Zaragoza se veía en la necesidad de reponerse al golpe asestado por su rival, por lo que los siguientes minutos iban a ser de acoso y derribo sobre la portería de Casto, eso sí, con más ímpetu que precisión. Para ello, Popovic introducía las primeras variantes en su esquema, dando entrada en el minuto 62 a Jaime y Ortuño en detrimento de Aria y Jorge Díaz.

Pronto surtirían el efecto deseado por el preparador bosnio los cambios, ya que únicamente dos minutos le bastarían a Romero para colgar un balón al área hacia Ángel y que el ariete insular ganara la posición con su cuerpo y superara a Casto con un tiro cruzado con pierna derecha para volver a llevar los iguales al marcador de La Romareda. El choque se convertía en un toma y daca que, se antojaba, podía decantarse para cualquier lado. Y en estas, llega una nueva ocasión para el cuadro aragonés con un lanzamiento de falta de Jaime desde el balcon del área que era desbaratado con una intervención de relumbrón por Casto.

Cabrera decide

Nadie quería perder. Se alcanzaban los últimos compases del juego y el ritmo era frenético. Ritmo que lograba adormercer el Almería con la inclusión de Soriano al césped en lugar de Chuli. No obstante, no todo estaba dicho en La Romareda. El campo se inclinaba hacia la meta almeriense y las últimas oportunidades llegaban para un Zaragoza que buscaba más que su rival. Una nueva jugada a pelota quieta iba a ser determinante en el devenir de la confrontación. Jaime ponía un balón al área que era rematado por Cabrera a bocajarro y que volvía a ser repelido por Casto.

En la jugada siguiente tenía lugar el golpe que terminaría por dejar KO al Almería. Un nuevo saque de esquina botado por Pedro era rematado en el área pequeña por Leandro Cabrera, que daba la victoria a su equipo ante una inoperante salida del cancerbero unionista. La afición zaragocista estallaba y el árbitro señalaba el final del encuentro que dejaba al equipo foráneo cariacontecido por la dureza de la derrota y a los locales celebrando y saboreando las mieles del triunfo.

La próxima jornada, el Zaragoza rendirá visita al Leganés, el domingo 6 de septiembre a las 19:15 horas, mientras que el cuadro rojiblanco recibirá a Osasuna en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con idénticos día y hora que su rival de este sábado.