Sorprendió Simeone con el once y tiró de rotaciones. Savic se estrenaba con la rojiblanca, Siqueira volvía a ser dueño de la banda izquierda , Saúl ocupaba el centro del campo y Carrasco vivía su debut como titular. El destacado Ángel Correa esperaba paciente en el banquillo su turno mientras veía cómo Fernando Torres -"El trabajo paga"- acompañaba a Griezmann en la delantera, a quien las rotaciones ni le acechan ni se le acercan. 

Griezmann no se hace esperar

El trabajo paga y Fernando Torres era elegido para acompañar a Griezmann en la delantera rojiblanca

Había quien no se había acomodado en su sitio cuando pronto apareció la magia de El Principito. En el minuto cuatro recogió Griezmann dentro del área un balón que había empalmado Gabi tras el saque de un córner. Aprovechó la inocente ocasión el francés y sacó petróleo, pues no suele fallar en esas. Y no falló. Firmó el primero de la tarde a la media vuelta y asentó el partido para el dominio colchonero. No es Pau Gasol (palabra de Simeone), pero siempre está.

Se vilumbraba la banda izquierda del Calderón como el correcaminos del ataque Atlético, con Siqueira asociándose con un enérgico Carrasco durante la primera mitad. Pero nada de otro mundo. A Simeone no le convencía y movía sus piezas y disponía el centro del campo según las exigencias del encuentro, hasta el 4-1-4-1 que suele utilizar cuando Saúl está en el campo. El Getafe apostaba por salir a la contra. Logró su primer tiro a puerta a la media hora de juego y uno peligroso minutos después de Vigaray que se marchó por el lateral de la red. No hizo falta que apareciese Oblak en esta última, pero sí en la tercera ocasión azulona. Y en la cuarta, provocada por un error de Óliver que regaló el balón para una nueva contra visitante.

Correa despierta el juego

Se pausó el ritmo y perdieron control los de Simeone. Un desierto, no había nada ni nadie que centrase el juego. Aún así el 1-0 fue suficiente para llegar al descanso. Pero el Atlético, Simeone, el Calderón y cualquiera que estaba viendo el partido sin vida que se estaba viendo en el estadio madrileño querían más. Así que Carrasco cedió su hueco al revulsivo Correa para los siguientes 45 minutos. Y no lo dudó desde el primer minuto en el verde, encarando con rebeldía, esa que le caracteriza y que está enamorando poco a poco al Vicente Calderón. 

Quería Angelito despertar el partido después de que la pausa imperase en el vaivén del juego. El duelo se había teñido de verde, el color que lucía en la tarde madrileña el Getafe, y el argentino quería pintarlo de rojiblanco con frescura. Por aquel entonces ya no estaba Fernando Torres en el césped y sí Jackson. El Niño no pudo firmar su gol 100 con los colores de su casa, así que colombiano y argentino, sobre todo con la alegría del segundo, asumían galones de cara al gol, sin olvidar a Griezmann. Porque a Griezmann nunca hay que olvidarle. 

Pedro León tuvo en sus pies el empate, pero perdonó delante de Oblak mandando el balón fuera

Tenían en sus pies el balón y las ocasiones que parecían haberse desvanecido aparecían por izquierda, derecha y centro.El Atlético levantó el ánimo con la entrada del joven futbolista argentino y de Tiago. Con el portugués se retomó el control del partido, del centro del campo. Una veteranía que templó el pulso y devolvió dominio al Atlético. Aunque seguía sin ser suficiente. Tuvo tiempo el Getafe para tener su ocasión más clara. Pedro León perdonó el empate. Tras un error de Siqueira, se encontró solo, delante del portero, en la línea frontal del área y Oblak en el punto de penalti. Disparó el jugador azulón y se fue a la derecha de la portería del Atlético. 

Se acercaba el Atlético, pero el fuego seguía siendo el jueguete porque el segundo no llegaba. Jackson probaba fortuna de todas las formas posibles, Griezmann demostraba su toque en juego colectivo y Correa despuntaba a cada paso que daba. Ángel tiene eso que le hace diferente y que despierta el juego. La empatía, las ganas, la chispa, el contagio que hace de un partido pastoso en una batalla por pintar. Busca a sus compañeros, envenena sus disparos a puerta y no tiene tiempo para protestas. Hacía lo imposible enel ataque colchonero, con jugadas elaboradas cuando nadie se las espera.

Pisó campo rival el Getafe y una vez más el equipo siguió jugando con fuego. No se quemó, cierto es, pero de nuevo y en casa el Atlético no aniquilaba el encuentro. Los de Escribá le pusieron difícil salir con el balón jugado al Atlético. Pero cuando lo hizo, cayó el segundo. Quién si no, Griezmann volvió a aparecer una vez más. Tiago midió el pase a un gran desmarque de Jackson y del francés. El cafetero asistió al galo y este firmó el segundo y último de la tarde, ese que junto al primero hacían que el Atlético durmiese líder de Primera con 12 puntos.