El presidente del Real Club Celta de Vigo, Carlos Mouriño Atanes, ha concedido una entrevista al diario La Voz de Galicia en el que ha repasado varios temas que afectan a la actualidad del club.

Carlos Mouriño empezó defendiendo la confección de la plantilla del primer equipo, aseverando que la poca profundidad de la misma sirve para “incentivar a la cantera”: “Nosotros creemos que tenemos jugadores en la cantera que no están preparados para salir de cara pero que pueden cubrir perfectamente las bajas de cualquier jugador que se produzca”, añadiendo que intentaron fichar a Denis Suárez hasta el último momento. Una cantera que, conforme el Celta ha ido elevando su nivel, ha perdido más peso en el primer equipo, algo que el presidente analizó con normalidad: “Es evidente, pero no significa que la descuidemos ni que nuestro proyecto siga siendo de cantera. Pero las canteras no siempre dan los jugadores que requiere el primer equipo”.

En ese sentido, el presidente desveló que el equipo estadounidense Colorado Storm se ofreció al Celta para convertirse en una franquicia del club vigués: “Para ello tendríamos que dar un paso, y me gustaría más tratar de subir al Celta B a Segunda. Sabemos que es muy difícil subir cuando los jugadores son casi todos juveniles. Para eso paso habría que traer jugadores de fuera y más veteranos, pero si lo conseguimos y te sitúas en Segunda sería un paso extraordinario, para que nuestros jóvenes pasaran más rápido al primer equipo. La cantera es nuestra prioridad principal”, aseguró Mouriño.

Sobre la renovación de Berizzo y Nolito, Mouriño aseguró que, por ahora, no tienen prisa por llevarlas a cabo, pero que sí tienen la idea de tener a un entrenador de largo recorrido. El presidente también elogió a Miguel Torrecilla, director deportivo, por su acierto con los fichajes.

Carlos Mouriño también se refirió a la construcción de una nueva ciudad deportiva, una vez que las instalaciones de A Madroa se quedan cada vez más pequeñas, lo que limita las capacidades de ampliación de la cantera: “La ciudad deportiva está bastante parada, pero vamos a seguir presionando. Es debido a que la burocracia es muy grande, que las gestiones se paralizan y que llevar adelante un proyecto como este no es fácil”, aseguró. Todo lo contrario a lo que concierne a la nueva sede, que está “encaminada al 100%”.