El San Fernando CD continúa sin dar un golpe de autoridad en el Grupo X y el Ceuta sigue, una semana más, invicto. Si la afición azulina se marchó la pasada semana satisfecha de El Arcángel por el empate, en esta ocasión, la sensación es bien distinta. El equipo de Pepe Masegosa dejó escapar la oportunidad de vencer con claridad a un rival directo y asegurarse, de esta manera, el liderato a pesar de descansar la próxima semana. Pero no pudo ser.

Mejor imposible

Y eso a pesar de que el choque no pudo empezar mejor. Bastante ambiente en las gradas (la llamada de la directiva para teñir Bahía Sur de azul tuvo éxito) a pesar de las inclemencias meteorológicas y un arranque triturador del conjunto local. A los tres minutos, prácticamente en la primera llegada del partido, Francis sacaba su varita mágica en forma de pase picado para que Edgar se reencontrase con el gol. El killer madrileño superó a Garrido con un toque suave pero suficiente para abrir el marcador.

Edgar enchufó la primera ocasión que tuvo a los tres minutos de encuentro

Ya se sabe que los delanteros viven obsesionados con la red. Y el ex del Guadalajara no es una excepción. No veía puerta desde la jornada inaugural y se mostraba apagado, sin apenas confianza. Esta mañana, por suerte para él, enchufó la primera que tuvo. Estaba claro que iría a por más.

El buen juego de su equipo también invitaba a eso. A querer más. A fiesta azulina. El Ceuta parecía no comparecer en el maltrecho césped de Bahía Sur. El míster Juan Ramón se guardó en el banquillo a Prieto, hombre gol de los ceutíes y al explosivo Villatoro. Parecía una decisión errónea, ya que Chakir y Corbacho apenas inquietaban a Zamora, pero en esto del fútbol cualquier acción puede ser un punto de inflexión.

No obstante, este no llegó hasta bien entrada la segunda mitad. Hasta entonces, el San Fernando fue netamente superior a su inmediato perseguidor en la clasificación. Los azulinos, con el mono de trabajo enfundado, se sentían cómodos presionando al rival y eran sumamente verticales con el balón en los pies, sobre todo buscando a un Ñoño que volvió loco a Salim.

El San Fernando volvía a ser el equipo eléctrico que acostumbra y Edgar estaba en su salsa. El ariete dispuso de una gran oportunidad ante Garrido después de una cepillada que aprovechó para rematar de zurda con potencia. El arquero despejó y, en la continuación, tuvo que emplearse a fondo para repeler un potente disparo de Francis. El 2-0 estaba al caer.

Un San Fernando eléctrico se colocó 2-0 a la media hora

Y llegó a la media hora, poco después de una de las primeras broncas de la grada hacía un trío arbitral demasiado meticuloso, sobre todo el asistente de tribuna, que encendió a la afición con sus continuas llamadas de atención al técnico local Pepe Masegosa. Ñoño botó un saque de esquina desde la izquierda que nadie logró rematar ni despejar. El esférico quedó suelto dentro del área, coto exclusivo de los matadores. Allí, Edgar fusiló a Garrido ante la atenta de Solano. La retaguardia ceutí pidió fuera de juego del central cañaílla que, literalmente, pasaba por allí como un espectador más para celebrar el 2-0.

El panorama se despejaba. A pesar de la lluvia, el futuro más inmediato del San Fernando se vislumbraba feliz. El Ceuta tan solo había mostrado algo con destellos de calidad de Luis Zambrano, el mismo que se sacó una volea desde la frontal para inquietar por única vez a Zamora en la primera mitad.

Cambio radical

Lo que ocurrió a la vuelta de vestuarios es digno de análisis. Zambrano, posiblemente el mejor jugador visitante en lo que se llevaba de partido, dejó su lugar a Villatoro y los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron ya con la primera acción forastera con peligro nada más sacar de centro. Antes de la segunda sustitución, Ceballos y Chakir dejaron claro que nada estaba decidido. Ambos chocaron en la banda derecha peleando un balón dividido y quedaron bastante conmocionados. Algo había cambiado en el ambiente. Juan Ramón siguió moviendo el banquillo dando entrada a Ismael y, lo que fue más determinante, Masegosa también.

Villatoro y Prieto resucitaron al Ceuta y el San Fernando sin Pablo Vázquez se desdibujó

El sevillano decidió guardar a Pablo Vázquez, con molestias, para introducir a Sergio Castillo. El central malagueño volvía tras tres partidos de sanción por su expulsión ante el Sanluqueño y se le notó excesivamente falto de minutos. Para colmo, su entrada desdibujó totalmente al San Fernando, que perdió a su ancla. Gabi pasó a ser el pivote defensivo del equipo y, quien sabe si por el empuje visitante o por la esperanza de cazar un contragolpe, los cañaíllas se replegaron confiando plenamente en su capacidad para guardar el resultado.

Pero esta mañana, esa solidez defensiva brilló por su ausencia. Una falta lateral para los visitantes se tradujo en un control de espaldas de Corbacho que, con un rápido disparo a la media vuelta, hizo imposible cualquier estirada de Zamora. El miedo, con el 2-1, se volvía a palpar en Bahía Sur.

De inmediato, Masegosa sustituyó a Mario por Carlitos. Nueva vuelta de tuerca. Gabi pasaba al lateral diestro y el chiclanero salía para hacerse dueño de la sala de máquinas azulina, que necesitaba un nuevo jefe. Con todo, la sonrisa se había esfumado del rostro de cualquier aficionado dando paso a la tensión. Al agobio y la impotencia.

Tampoco era un duelo para que Tati decidiera con un chispazo de calidad. El terreno de juego, con la lluvia, estaba en unas condiciones ya lamentables y el San Fernando pedía a gritos un par de piernas frescas pero, sobre todo, potentes. Un todoterreno que empujara a los azulinos a salir de la situación en la que se encontraba.

El Ceuta, por su parte, se jugó la última baza. Prieto por Chakir. Lo que se estaba viviendo en Bahía Sur era una verdadera partida de ajedrez. Y se la llevó (o por lo menos la empató) el cuadro norteafricano. A los ocho minutos de ingresar al terreno de juego, concretamente en el minuto 72, Prieto daba la razón a los isleños más pesimistas cazando un balón en el área en otra jugada a pelota parada. Empate a dos. Volver a empezar.

Querer y no poder

Fue entonces cuando el San Fernando se dio cuenta del orden y la solidez con la que cuenta un equipo que sigue sin conocer la derrota. El Ceuta empató y se replegó, consciente de la importancia de las tablas. El Club Deportivo lo había tenido todo a su favor para ganar plácidamente, pero se durmió en los laureles y permitió que un rival con oficio se llevara dos puntos que escuecen por su significado.

El San Fernando fue incapaz de aprovechar la expulsión de Salim en el 83'

Ni tan siquiera la expulsión por doble amarilla de Salim en la recta final permitió a Carlitos y compañía encontrar el camino para el tanto heroico. Dani Martinez y el propio Carlitos tuvieron las ocasiones más claras en el tramo final, pero siempre con más corazón que cabeza. Ya se sabe que, cuando las piernas no responden, poco se puede hacer.

Por el contrario, Prieto, mucho más fresco, pudo culminar la remontada forastera si Zamora no llega a rozar con la mano el disparo con el que finalizó una de las contras más peligrosas del duelo.

En definitiva, el San Fernando sigue sumando, pero, en esta ocasión, se siente vacío. Todo funcionó a la perfección en la primera mitad. Con el 2-0, el cuadro de Pepe Masegosa ya soñaba con una jornada de descanso placentera al tener un colchón importante sobre sus rivales. Sin embargo, la Tercera División invita siempre a olvidar las confianzas. A luchar hasta el final y no despistarse. Porque si lo haces, cualquiera es capaz de aguarte la fiesta.

El Ceuta supo jugar sus bazas y se mantiene ahí, a tres de los isleños. Junto a Córdoba y Sanluqueño, está claro que librarán una lucha sin cuartel por el primer puesto. Como en el origen de los tiempos, imperará la ley del más fuerte. El que falle siempre lo pagará muy caro.