Pese a tener una plantilla a priori competitiva y con la que la lucha por Europa es más una obligación que una utopía, esta Real Sociedad no parece carburar en este inicio de temporada, y se sustenta en una línea muy fina que es la excusa ante la mala suerte que ha podido tener en alguno de los encuentros, pero que está lejos de justificar el mal momento actual del equipo.

David Moyes no acaba de dar con la tecla

Pese a contar con un entrenador de renombre, la mejoría mostrada por el equipo, siendo escasa en lo deportivo pero destacada en lo físico, no es acorde a su caché como manager. Así, el escocés no acaba de dar con la tecla correcta para hacer jugar bien a un equipo que cuenta con jugadores para ello, sobre todo después de las importantes apuestas realizadas en verano.

Moyes, fiel al 4-2-3-1 sustentado por la seguridad defensiva

La fidelidad al esquema de juego de 4-2-3-1 sigue siendo total, siendo este sustentando por el pilar defensivo, pese que en las últimas jornadas se le está viendo tambalear al haber recibido cinco goles en los dos últimos partidos. Por su parte, en el medio campo ha tratado de apostar por una pareja que todo el mundo pedía y en la cual se confía, pero que no parece dar el nivel que se pretende de ellos. Esta es la formada por un Illarra incuestionable y fijo en el once. Y un Rubén Pardo que no parece dar el salto de calidad definitivo, pese a que la continuidad está siendo buena para él. En el tercer pilar, aparecen los fallos estructurales severos, es el ataque y la definición a gol la asignatura pendiente de este equipo, donde tan solo se salva un Imanol Agirretxe que ha aprovechado las ocasiones que se le han dado.

Carlos Vela en modo 'Eco Pro plus'

Uno de los mayores 'peros' que se puede sacar a esta Real Sociedad es la baja forma del jugador franquicia del equipo, Carlos Vela. El mexicano, que últimamente ha actuado como capitán en el cuadro txuri-urdinno parece encontrar el tono físico y el nivel futbolístico que tantas veces ha demostrado, lo que le hace un jugador más predecible y fácil de defender. Hecho este que limita las posibilidades de ataque del equipo. Pese a esto, el mexicano no recibe ningún correctivo en forma de suplencia, por lo que aun sin estar al cien por cien tiene la titularidad asegurada siempre que esté disponible, palabras estas de su entrenador David Moyes a principio de temporada.

Tampoco ayuda a la faceta ofensiva el nivel de jugadores como Bruma, Xabi Prieto o Jonathas de los que se espera que ofrezcan algo más al equipo en forma de posibilitar ocasiones de gol, las cuales están siendo escasas en este inicio.

La mala suerte como gasolina al desaliento

Una de las frases más repetidas por David Moyes en las ruedas de prensa a acabar los partidos esta temporada ha sido la siguiente: “Hemos merecido más, el equipo se ha esforzado pero hemos tenido mala suerte”, con lo que ha intentado justificar los resultados que no han sido positivos. Desmarcándose a veces de buscar un análisis más profundo y hacer un diagnóstico de los fallos cometidos para así poderlos evitar en el siguiente.

¿Es todo es cuestión de mala suerte o hay fallos que abordar?

Este discurso primeramente era aceptado, pues pudo llegar a ser justificable, pero en la situación actual, parece falto de argumentos ya que, ¿dónde queda la mala suerte en ocho partidos con una dinámica similar? Pregunta esta de difícil respuesta, pero que se ha de plantear en Zubieta de forma seria ya que en términos objetivos, el descenso está cada vez más cerca mientras que Europa se aleja más y más.