Esta noche se dieron cita en La Rosaleda el hambre y las ganas de comer, y el carácter resolutivo del Málaga pudo con un Deportivo que ve frenada una racha de cuatro partidos sin conocer la derrota. Se alejaron de ella los de Javi Gracia con esfuerzo y soltura, encomendados a la exclusividad de Charles de cara a la portería blanquiazul. No terminó de aterrizar el Deportivo que, aún con un planteamiento ambicioso, nunca se vió desprendido de la presión andaluza, algo que notó arriba, donde las ideas no llegaban. No las encontró en el talento de Cartabia, ni en la incombustible militancia de Lucas, que no pudo mostrarse en un mal partido de los Víctor.

La Rosaleda se vistió de gala para ver a su equipo volver a ganar, por lo que el Málaga mordió apremiado por la situación para poner contra las cuerdas al Deportivo desde el inicio del partido. Nada pudieron hacer Mosquera ni Borges, superados ampliamente por la tres cuartos capitaneada por Duda. Pretendió hacer daño con su pierna izquierda, sobre todo a balón parado, pero no hizo cosquillas a una zaga que estuvo bien plantada durante toda la segunda mitad. No conseguían hilar los coruñeses en la zona alta, pero se mantenian en pie con orgullo, facilitados por la polvora mojada del ataque local aunque superados en ciertos tramos por el arrojo de Tighadouini y Juankarlos.

Tardó bastante en presentar candidatura, pues no fue hasta la media hora cuando Oriol Riera colocó el esférico en el poste

Alcanzó a dormir el encuentro el Deportivo, con posesiones ligeramente dilatadas, pero sin chispa para comprometer los dominios de Kameni. Tardó bastante en presentar candidatura, pues no fue hasta la media hora cuando Oriol Riera colocó el esférico en el poste tras un arrrastre imponente de Lucas en una buena jugada individual. El de Barcelona recortó con majestuosidad el acecho de Welligton y, con su pierna izquierda, acarició el esférico para que terminase estrellando contra el interior del palo izquierdo. No hizo dudar al Málaga, que siguió acosando la zona baja blanquiazul a base de empuje y el buen trato del balón.

Ineludible destino

Tales virtudes dieron sus frutos en una falta lateral que Tighadouini supo leer al sobrepasar a Lux en un centro chut que no encontró rematador pero sí puerta rival. Era superior el conjunto malagueño y el gol se veía inevitable, encontraban vida más allá de Charles viéndose por delante en un partido entre iguales. Ya había dado muestras de reacción Víctor desde el banquillo dando acceso a Luis Alberto para afinar el ataque, pero seguian sin aparecer las ocasiones, el desborde ni la profundidad. Laure era superado igual que Juanfran en la segunda parte, incapaces de detener una hemorragia que les impediría también mostrarse en ataque.

Lo intentaron los corñeses, robando el esférico al Málaga, comenzando a responder como acostumbra a hacer. Pero no fue este el partido en el que Lucas aparecia, o Luis Alberto acosaba la portería con vista de lince. Los de Javi Gracia lo aprovecharon, encontrando huecos en las espaldas de las laterales para comprometer de manera sentenciosa la puerta herculina. Así lo hizo en una de éstas, en el área coruñesa, donde Juankar caracoleó y batió por bajo al guardameta argentino para sellar una victoria que necesitaban desde hace tiempo.