La visita de Osasuna al Heliodoro Rodríguez López hacía presagiar que el duelo que enfrentaba al líder de Segunda División con el Tenerife sería un choque, cuanto menos, entretenido. El partido, frenético y con mucha acción, tuvo de todo y pudo acabar de cualquier manera, pero finalmente se selló con, quizás, lo más justo: empate.

Agné no quiso tocar el esquema de semanas anteriores y apostó de nuevo por el 4-3-3, dando entrada a Cristo González en punta y a Omar por el sancionado Suso. En Osasuna, el 5-3-2 de Martín Monreal dio buenos resultados durante el inicio del choque, pero su equipo estuvo a merced del Tenerife durante muchos minutos.

Sin que nada hubiera ocurrido aún en el encuentro, llegó el primer tanto de la tarde. Roberto Torres hizo gala de su buen golpeo a balón parado y puso el balón, en una falta lejana, en la escuadra de Dani Hernández, que nada pudo hacer ante tal zapatazo.

Sin hacer nada mal, el Tenerife se vio por detrás

El Tenerife comenzó perdiendo un partido en el que todavía no había hecho nada mal, pero aun así se puso el mono de trabajo y se le vio dispuesto a remontar el choque. Osasuna no creaba peligro con el balón, y la buena labor de Cristo González en ataque generaba dudas entre la zaga rojilla, pero el gol del empate tardó en llegar.

Entre tanto, Dani Hernández protagonizó la primera de las acciones desafortunadas que tuvo el choque. En un centro desde la banda, el meta chocó cabeza con cabeza con Miguel Flaño, abriéndose una brecha en la ceja que lo dejó 'grogui' durante buena parte del primer tiempo, si bien no tuvo que ser sustituido.

Omar anotó un gol psicológico

No fue hasta el borde del descanso cuando Omar puso la igualada. Cristo sirvió un buen servicio que no acertó a rematar Aurtenetxe, pero Omar recogió el balón con inteligencia para marcar al borde del descanso. Tras los primeros cuarenta y cinco minutos, el empate campeaba en el marcador con la sensación de que el Tenerife podía imponerse en la segunda mitad si seguía en la misma línea. 

Con el paso por vestuarios los hombres de Raúl Agné parecieron coger oxígeno y salieron dispuestos a buscar el triunfo. Los primeros minutos del segundo tiempo fueron enteramente blanquiazules, sin que el gol llegase a pesar de merecerlo.

Alberto vio una roja evitable

Pero el choque cambió radicalmente cuando, en un balón aéreo, Alberto golpeó a un jugador rojillo con el codo. El colegiado no se lo pensó dos veces y expulsó justamente al majorero, que dejó a su equipo con diez hombres para más de cuarenta minutos de juego.

Oier desniveló al balance minutos más tarde, en un córner mal defendido por los tinerfeños, que sin embargo no se vinieron abajo con el gol. Más bien todo lo contrario: espoleados por la afición, los de Agné tiraron de orgullo para poner el objetivo en la meta de Nauzet, llegando con peligro pero sin acierto para definir.

La mala noticia llegó con la lesión de Nano, que se llevó un duro golpe en la cabeza tras un choque con un jugador de Osasuna. Al tinerfeño se lo tuvo que llevar la ambulancia tras sufrir convulsiones, pero su estado se mantuvo estable tras llegar al hospital y las pruebas confirman que no reviste gravedad su percance.

Nino perdonó y Osasuna lo pagó caro 

Pero al choque todavía le faltaba mucho por suceder en los últimos compases. Con un Tenerife volcado Nino pudo sentenciar ante Dani Hernandez, perdonando a su exequipo y fallando lo que parecía imposible. El gol llegó sobre la bocina para los blanquiazules, que lo merecieron ampliamente durante la segunda parte, y se llevaron un preciado botín gracias al tanto de Germán Sánchez.

Aunque el punto no sirve para que el Tenerife abandone la zona roja, el impulso para los tinerfeños en forma de moral puede ser notable de cara al futuro. Por su parte, Osasuna continúa líder tras resolver uno de sus peores partidos en la presente campaña.