Hace apenas unos meses que el nombre de Santi Mina, una de las más recientes perlas salidas de A Madroa, comenzaba a sonar con fuerza en el panorama nacional. El vigués se había ganado una plaza en el once titular de Berizzo y se convertía en una de las piezas clave del Celta. Su actuación estelar llegó ante el Rayo Vallecano en un partido que los célticos vencieron gracias a dos goles de Larrivey y, especialmente, a las cuatro dianas del joven Santi, que se convertía en el jugador de menor edad en toda la historia de la Liga que logró un póker de goles.

Mina se convirtió en el jugador más joven en anotar cuatro goles en un partido de Liga

El ‘7’ celeste ganaba cada vez más galones y todo parecía indicar que desarrollaría una exitosa carrera en Vigo. Equipos de todo el mundo centraban sus miradas en la “Mina de Oro” que tenía el Celta. Llegó el mercado estival y la entidad olívica decidió remitir a la cláusula de diez millones del delantero a todos los clubes que se interesaron en él. Con la incorporación de Iago Aspas se perfilaba una línea atacante de ensueño para los celestes: junto al moañés estarían Nolito, Orellana y Santi Mina. La delantera deseada por cualquier seguidor celtiña. Sin embargo el Valencia, dispuesto a abonar la cláusula de rescisión de Mina, presentó una oferta que el vigués no rechazó.

El futbolista recomendado por Jorge Mendes no termina de ganarse la confianza de Nuno y el valencianismo ya que, por el momento, ha desempeñado un rol más bien secundario. Ha participado en seis de los diez compromisos ligueros disputados hasta el momento, en cinco de ellos partiendo como titular pero habiendo completado un único partido. Mina ha tenido la oportunidad de debutar en la UEFA Champions League, jugando dos encuentros aunque siendo sustituido en ambos. El atacante no ha sido capaz todavía de estrenarse como goleador, aunque bien es cierto que la temporada no ha hecho más que empezar. Ahora se reencuentra con el club que le acompañó en su meteórica progresión como futbolista. Vuelve a Balaídos el más reciente hijo pródigo del Celta.

Condenado al ostracismo

Una situación similar ha vivido Yoel Rodríguez. En su última temporada de celeste ganó el pulso por la titularidad a Sergio y disputó la mayoría de los encuentros del Celta. Sus buenas actuaciones bajo palos no pasaron desapercibidas en Mestalla y el Valencia decidió contratarle. No obstante, se encontraba con un duro rival con el que pelear por la titularidad. El buen hacer de Diego Alves provocó que Yoel participase únicamente en cinco encuentros, encajando un total de diez goles.

En el tramo final de la pasada temporada parecía llegar la gran oportunidad de Yoel en el Valencia: Diego Alves sufría una rotura de ligamento y menisco en la rodilla derecha que le mantendría alejado de los terrenos de juego durante cerca de un semestre, y el portero vigués se postulaba como candidato para suplir al brasileño. Sin embargo, Nuno optó por contratar al australiano Matt Ryan en lugar de apostar por el excéltico.

En el mes de agosto la suerte parecía volver a ponerse de su lado, ya que Ryan cayó lesionado en la eliminatoria previa de Champions ante el Mónaco. Pero una vez más, Yoel se veía relegado al banquillo mientras el canterano Jaume Domènech se erigía como titular. Podría decirse que, sin tener en cuenta las lesiones, Yoel es el cuarto portero de la plantilla ché. El vigués ha pasado de ser una pieza clave en el Celta a permanecer oculto en el ostracismo de la suplencia.