Dongou quiere pero no puede. El camerunés no está siendo un jugador determinante en este inicio de temporada y, de seguir así, quién sabe cuál será su futuro.
Tras tres temporadas en Segunda División B con el filial blaugrana, se esperaba que se desempeñara con soltura en la categoría de bronce, cosa que no está ocurriendo. Ante esta situación, dos motivos salen a la palestra: el primero es que quizá no tenga el nivel suficiente. Dongou difícilmente llegará nunca a ser un fijo en el primer equipo; lleva ya muchas temporadas a punto de explotar y nunca termina de hacerlo. Esto podría ser una de las causas por las que no esté dando la talla.
La otra alternativa es que sea por cuestión de confianza y aquí el mejor ejemplo lo tiene en el primer equipo con Sergi Roberto: Luis Enrique le ha dado confianza y él ha respondido de forma excelsa, sorprendiendo a todo el mundo y convirtiéndose en un jugador multiusos. No obstante, el caso del camerunés difiere en que él siempre ha contado con el apoyo de sus entrenadores y, por tanto, lo juega prácticamente todo; en su caso, el concepto de confianza podría aplicarse de la siguiente manera: igual si en un partido mete dos o tres goles se crece y se activa, cosa que el equipo agradecería una barbaridad. Aun así, parece complicado viendo el arranque de campaña.
El filial acumula hasta ahora 8 goles en 11 encuentros, una cifra paupérrima para lo que se esperaba. Por tanto, Dongou debería intentar dar un paso adelante, olvidarse del pasado y tratar de guiar al equipo ofensivamente. De no lograrlo, podría ser definitivo para él: en enero habrán tres incorporaciones ofensivas que serán las de Dani Romera (Almeria B), Seung-Woo Lee (tras finalizar su sanción) y Rafa Mujica (Las Palmas). Además, tampoco se descarta moverse más si hay aparecen opciones jugosas en cuanto a calidad-precio. La idea es ampliar el fondo de armario ofensivo del equipo, que Dongou tenga mayor competencia y tenga, consecuentemente, que sacar lo mejor de sí mismo para ser titular.