Desde que se estrenó como técnico celtiña, Berizzo encontró en Cabral y Fontàs a su pareja indiscutible de centrales. La compenetración entre el argentino y el catalán aportó una gran fiabilidad a la zaga del Celta, por lo que esta temporada ambos se erigían de nuevo como titulares.

Cabral y Sergi aportaron una gran seguridad defensiva

No obstante, una lesión apartaba al '3' celeste de los terrenos de juego, dando a Sergi Gómez la oportunidad de reivindicarse y no la desaprovechó. Su buen entendimiento con Cabral, así como la gran labor defensiva de los laterales Mallo y Jonny, ayudó a que el Celta mejorase en defensa y encajase menos goles. De hecho, fue entonces cuando el Celta mejor jugó y logró vencer a Sevilla, Barcelona y Villarreal. Todo cambió a raíz del partido ante el Real Madrid, debido a la sanción de tres partidos impuesta a Cabral por dirigirse al árbitro con el término “cagón de mierda”. Su ausencia provocó el regreso forzado de Andreu Fontàs.

Con Cabral y Sergi, el Celta encajó menos goles.

La nueva pareja de centrales catalanes parecía aportar una mejor salida de balón y el control del juego aéreo. No obstante, el reestreno del catalán —en Anoeta— no fue positivo, sino todo lo contrario. El Celta, a pesar de terminar imponiéndose en el marcador en los minutos finales, encajó dos goles que pudieron haber costado la derrota. En los dos tantos, Fontàs perdió la marca con Agirretxe, que se quedó sólo en ambas ocasiones y remató a placer. Asimismo, el de Banyoles se mostró lento e inseguro a la hora de sacar el balón jugado.

Fontàs, muy inseguro desde su regreso

Ante el Valencia, más de lo mismo. Un error en el marcaje a Paco Alcácer, permitiendo que se adentrase en el área, provocó el primer gol ché. El segundo, obra de Parejo de libre directo, vino dado por una falta un tanto innecesaria que Fontàs hizo al borde del área. Sin embargo, no toda la culpa fue del catalán. El Celta perdió la batalla en el centro del campo y no estuvo a la altura a nivel defensivo. Se crearon demasiados huecos que aprovechó el Valencia, especialmente por las bandas, en un mal partido de los laterales. De hecho, el tercer gol llegaría tras un pase desacertado de Jonny hacia atrás. Toda la seguridad mostrada hasta el momento en la faceta defensiva desapareció ante el Valencia y, sumada esa pérdida de fiabilidad a una mala actuación de Sergio, el equipo vigués terminaría por encajar cinco goles.

Sin Cabral, el Celta recibe más goles

En total, siete goles en contra en ausencia de Cabral —ocho si se tiene en cuenta el último tanto del Real Madrid, que llegó con Cabral fuera del terreno de juego—. Una media de un gol encajado cada 26 minutos. Este descalabro defensivo de los celestes contrasta con la seguridad que aportaba Cabral a la zaga: por promedio, un gol en contra cada 81 minutos disputados. Ante el Deportivo, el argentino cumplirá su último partido de sanción. Todo indica que será Fontàs quien —a pesar de las dudas que generaron sus dos anteriores actuaciones— acompañe a Sergi en defensa, más aún tras conocerse la baja por lesión de la única alternativa posible: Radoja.

Ahora el catalán tiene una oportunidad irrepetible para resarcirse de su mal comienzo y demostrar que sigue siendo un central de garantías para el Celta.