Llega la cita tradicionalmente más importante del campeonato español de fútbol. Mediado el mes de noviembre de este año 2015, situados segundo y primero respectivamente y a sólo tres puntos de diferencia, Real Madrid y FC Barcelona, medirán sus fuerzas en el Santiago Bernabeu con el liderato en juego. Ambos equipos se presentarán sobre el natural del teatro blanco en similar estado de forma; si se tuviera que definir éste de manera escueta y concisa sería: inestabilidad de juego y regularidad de resultados.

Lo cierto es que el inmediato clásico será peculiar en cuanto a lo que los equipos presentarán sobre el terreno. Ambos contendientes dejan de lado, por momentos, el buen fútbol, el generar mediante la elaboración, dando paso, prácticamente por vía directa, al vertiginoso ataque. Su juego, este año más que nunca, se centra en la vanguardia. Rafael Benítez está mostrando en el inicio de liga un sistema conservador en defensa, táctico como pocos, reforzando, ante rivales concretos, el centro del campo con tres hombres de creación/destrucción como son Modric, Casemiro y Kroos, para, junto al siempre fijo Ronaldo, situar arriba otras dos piezas con las que perforar con premura y eficacia las porterías rivales. El conjunto capitalino no está de enhorabuena en cuanto a ingresos en la enfermería, teniendo varios efectivos lesionados. Pero la profundidad de plantilla, posiblemente la más amplia del mundo, y la capacidad para rotar esquemas y futbolistas propia de Benítez minimizan tales circunstancias adversas.

Por su parte, Luis Enrique sigue en la línea establecida desde hace años, el sistema 4-3-3 posicional, pero, como ya hiciera en la temporada pasada, da especial trascendencia al tridente ofensivo Messi-Neymar-Suárez. El conjunto catalán llega mermado por las bajas en la parcela centro-ofensiva, no tanto por el número de ausencias sino por el contratiempo que ejercen dado la limitada plantilla. Sin Messi ni Rafinha el equipo se resiente de manera sensible, teniendo Luis Enrique que ajustar activos, incluso potenciar la polivalencia hasta ahora oculta de muchos de ellos. En el FC Barcelona el centro del campo esperado, a priori, será el habitual, formado por Busquets, Rakitic e Iniesta. El posicionamiento y el talento siguen intactos, pero no así el físico y, como consecuencia, la presión en dicha zona, que esta temporada a menguado sobremanera. Con estas piezas, con un Real Madrid reforzado en la parcela de contención y con su siempre incisivo ataque, “Lucho” deberá centrar sus esfuerzos en conseguir que la zona media haga frente a la rival. Varias son las posibilidades o variantes usadas y por usar, pero parece claro que de todas las opciones posibles una será imprescindible, clave para cualquiera de los dibujos, y no es otra que la de potenciar la influencia del genial Sergio Busquets, el inamovible eje azulgrana.

Sergio Busquets como líder visible

Este año su papel en el conjunto, además de ser primordial en lo puramente práctico deberá serlo, y así está siendo, en lo mental.

La marcha de Xavi y la veteranía de Iniesta han propiciado casi por obligación, aunque no sin merecimiento, el ascenso de Busquets a principal estandarte organizador del FC Barcelona. Desde su ubicación delante de los centrales y tras los dos interiores, las anteriores campañas demostró ser pieza esencial para la fluidez del juego y la consecución de todos los títulos. Pero en este año futbolístico 2015/16 su papel en el conjunto, además de ser primordial en lo puramente práctico deberá serlo, y así está siendo, en lo mental. Todos sus compañeros mirarán en derredor y ya no estará Xavi, en muchas ocasiones también faltará Iniesta, y seguirán desviando la mirada hasta encontrar la espigada figura de su nuevo referente, la silueta a la que entregar el esférico con el sosiego de saber que no será recuperado por el rival y que se recibirá, nuevamente, en perfectas condiciones. Sergio Busquets se enfrenta así a su primer derbi como líder indiscutible de su equipo. Sabe que todos recurrirán a él en los momentos de mayor presión, ya sean sus compañeros de nuevo puño, como el emergente y pujante Sergi Roberto, los voluntariosos Bartra, Munir y Sandro, o los más experimentados. Busquets es el eje, y como tal el sistema deberá girar en torno a él.

Nueva posición, interior izquierdo

Con las bajas, el centro del campo del FC Barcelona se ha visto afectado en varias posiciones. Luis Enrique ha optado por reubicar a los suyos, siendo llamativa la nueva posición usada para Busquets en determinados encuentros. Su habitual puesto de medio centro posicional, con función de elaboración y mantenimiento de posición y sistema, pasa en ocasiones a ser desarrollado por el argentino Mascherano, adelantando así Sergio su posición varios metros, hacia el interior, bien izquierdo en ausencia de Iniesta, o derecho, si el relevado fuera Rakitic.

Por todos es conocida la labor y las características del "5" catalán. Calma y templanza con el balón, ya sea en situación propicia o adversa, haciendo sencillo lo impensable, posicionamiento óptimo tanto para dar salida como para cortar ataques rivales, pases precisos en corto y apoyos constantes, y un sinfín de cualidades técnico-tácticas más que hacen que encaje en cualquiera de los tres puestos del triángulo central. Hasta ahí parece claro que como plan alternativo puede ser correcta su situación como interior, pero sería conveniente analizar en detalle qué beneficios y qué carencias obtendrá el conjunto de "Lucho" con esa ubicación.

Sergio posee un sinfín de cualidades técnico-tácticas que hacen que encaje en cualquiera de los tres puestos del triángulo central

Ganancias de Busquets como interior

Al adelantar su posición pasa a ocupar el lugar de Iniesta o Rakitic y a jugar en compañía de uno de ellos o de Sergi Roberto. Si actúa en lugar del croata, perfilado a la derecha, el equipo refuerza el control del juego en tres cuartos de campo. Allí los pases serán más precisos, el balón llegará en mejores condiciones al trío atacante y se arriesgará menos que si jugase Ivan.

En caso de optarse como sustituto de Iniesta la función de dominio no mejoraría en demasía, al atesorar ambos talento similar, pero sí la implicación defensiva del bloque, ya que Busquets, por su edad y maneras, se muestra más implicado que Andrés en labores defensivas de presión y recuperación, de balón y zona, tras pérdida.

Igualmente se reforzaría la retaguardia en concepto de intensidad y "agresividad" defensiva con su adelantamiento, ya que Mascherano ocuparía su lugar primario y ahí ofrecería sus mejores prestaciones, recuperando balones y sirviéndoselos sin demora a Busquets, para que éste iniciara, algo atrasado, la jugada en estático.

Pérdidas del nuevo puesto

La esencial y prácticamente determinante es que el FC Barcelona sin la presencia de Sergio delante de los centrales carece de salida de balón clara, de ayuda constante y referencia para centrales y laterales, propiciando ello un mayor número de envíos en largo o salidas obligatorias por bandas, casos ambos desacordes con la idea general. Mascherano frente a contraataques rivales es poco menos que inmejorable, pero en cuanto a elaboración de juego dista mucho de las cualidades de Busquets. Adelantando éste su posición el conjunto de la Ciudad Condal deja de tener un punto de apoyo continuado en la zona media, perjudicando ello, y repercutiendo drásticamente, en la elaboración del fútbol de posesión, teniendo así que optarse por la llegada a la mitad de campo rival de una manera más directa, a menudo más precipitada.

Las pérdidas de balón, a lo largo de los 90 minutos, serán mucho mayores sin Busquets dirigiendo el inicio, y eso, en un equipo que actualmente no destaca por su excesiva frescura o implicación defensiva en varios de sus jugadores adelantados, incluidos los laterales de largo recorrido, es un handicap prácticamente concluyente, máxime enfrentándose a jugadores de la verticalidad, física o mental, de Ronaldo, Bale, James o Isco.

Asimismo, la salida de Rakitic del once debilita al FC Barcelona en la que, ya de por sí, es quizá su principal carencia: el disparo desde fuera del área, el crear ocasiones de gol sin la maduración de la jugada. Busquets, como Iniesta o Sergi Roberto, tiene pocos puntos débiles, pero si alguno de ellos destaca es ése, su tenue tiro a puerta y escasa participación goleadora.

Por último, entre las menguas que acarrearía su nuevo lugar habría que contar la imposibilidad de alinear en ese puesto a uno de los futbolistas que en mejor momento llega al encuentro. Sergi Roberto destaca como interior, pudiendo relevar ahí, de inicio e incluso contra un rival de tal talante, tanto a Iniesta, a cuyas características se asemeja, como a Rakitic, en caso de que éste no llegue en su mejor momento físico. De situar a Busquets adelantado Luis Enrique estaría perdiendo esa posibilidad inicial.

Sergio Busquets se vislumbra fundamental en su nuevo rol en el equipo. Las grandes citas con él como referente aún no han sido abordadas. ¿Conseguirá Luis Enrique sacar lo mejor de él variándolo en funciones o puestos? Y lo que es más importante, ¿conseguirá él dar ese paso adelante que conlleva todo liderazgo, sabrá aceptar un futbolista de carácter reposado sobre el terreno de juego la asunción de galones, el echarse el equipo a la espalda, la responsabilidad más individual que compartida? De momento está demostrando que sí en el día a día, ahora tiene una cita especial, se diría clave, para exhibir lo que es capaz o está dispuesto a ofrecer de aquí en adelante. Busquets, el "5" azulgrana, será, sin ninguna duda, el as a seguir el próximo sábado día 21 de noviembre, en el primer clásico del año.