Las fronteras no son un obstáculo para todo buen partido de fútbol, torneo de mucha trascendencia o, simplemente, para un derbi competitivo y con una rivalidad histórica. En cualquier latitud, cuando la pasión es fuerte, puede hacerse sentir.

Es necesario abrir este pequeño texto con una aclaración: el que lo firma es de El Salvador. Sí, de la tierra de Jorge "El Mágico" González, propiamente de Santa Tecla, en la parte central del pequeño país centroamericano. Dicho esto, nace la pregunta: ¿Cómo alguien de tan lejos puede opinar sobre un evento de tan cerca? Pues, la respuesta sigue siendo tan sencilla como el nacimiento de la duda: porque, para el fútbol, no existen las fronteras.

En El Salvador, la pasión por el fútbol español es una de las senciones más impregnadas dentro de los amantes al deporte de las oncenas y los goles. Más allá de las simpatías tradicionales hacia el Real Madrid o el Barcelona, siempre hay un pequeño remanente que ve más allá de lo evidente e invocan a su 'espada del augurio' para visualizar las realidades futbolísticas sin el trasfondo comercial de sus equipos más mediáticos. Anteriormente, dicha búsqueda del 'Santo Grial' del fútbol europeo resultaba mucho más fácil con un simple acceso a internet o con la consulta a la televisión local. La transmisión de partidos de La Liga era el pan de cada fin de semana, con hasta ocho encuentros entre sábado y domingo y alternando entre transmisiones o diferidas.

A los pocos apasionados por 'el más allá' del fútbol comercial, siempre nos emociona la noticia de un derbi

Sin embargo, con la llegada de ciertas empresas (a las cuales no se hará mención) el apreciar el fútbol español es ahora un lujo, un pequeño deleite de la carne que solo aquellos bien posicionados económicamente pueden darse. El detalle está en que, ese citado remanente, no siempre se conforma de personas con dicho alcance económico. Pero, el dinero no detiene a nadie y siempre hay formas para interceptar y alimentar la adicción por el buen fútbol. Es ahí donde se entra en materia. Para ese pequeño grupo de personas, el derbi entre el Celta de Vigo y el Deportivo La Coruña no les es desconocido.

De este lado del mundo también hay derbis. Si leiste hasta acá, hay que contar que El Salvador está lleno de enfrentamientos entre vecinos duros, férreos y pasionales. Mi ciudad natal, Santa Ana, tiene su propio derbi, el cual ha definido hasta campeonatos y finales en más de alguna vez. Por eso mismo, la pasión que despierta el 'Celta - Deportivo' (nombre con los que se les conoce a ambos equipo en estas tierras) nos es conocida y compartida.

La pasión que despierta el 'Celta - Deportivo' nos es conocida y compartida

Hablar de un derbi de otro país es hablar de curiosidad. Sentir un derbi de otro país es sentir empatía. Sabes que verás un encuentro espectacular, de amplio vértigo, con emociones al límite y que desde la comodidad de tu casa serás transportado a la atmósfera misma del estadio. La internet es ahora nuestro escenario ideal. Sin embargo, la curiosidad pica, la emoción llama y la sangre vibra a pesar de la distancia. A los pocos apasionados por 'el más allá' del fútbol comercial, siempre nos emociona la noticia de un derbi. Celestes y deportivistas no son la excepción.

Foto de lavozdegalicia.com

En El Salvador, hablar del Celta de Vigo es pensar en ruso. Mucho se recuerdan los años de Valery Karpin y Aleksander Mostovoi. Hablar del Celta de Vigo es pensar en aquella temporada donde fue hombro a hombro con el Real Madrid de las Galaxias. De igual forma, decir Deportivo de La Coruña es pensar en Javier Irureta. Tristán y Makaay, el sabio Valerón, la fuerza de Sergio, el empuje y talento de Victor, la eternidad de Manuel Pablo y aquellos viejos días de Bebeto y Djalminha siempre serán los conceptos que definan al Dépor en la mente del salvadoreño adicto al fútbol. Las realidades del más allá no nos son tan desconocidas y siempre, siempre nos picará en el corazón propio de la curiosidad.

En El Salvador, hablar del 'Celta de Vigo' es pensar en ruso. De igual forma, decir 'Deportivo La Coruña' es pensar en Javier Irureta

La empatía salvadoreña es una característica conocida. Gusta sentir el dolor/alegría del otro. De igual forma pasar en el fútbol. Un derbi nos es apasionante. La adrenalina del palco nos congela la sangre y nos la vuelve a calentar al punto exacto de ebullición. Todo derbi vale la pena verse. Quizás, las masas se congreguen ante los altares blancos o blaugranas. Pero, ese sector intelectual, pasional y curioso siempre ese congregará ante otras dimensiones. 'El que busca, encuentra', se dice en El Salvador. Eso define nuestro sentir hacia cualquier partido que nos provoque curiosidad. Quizás uno tarde en encontrarlo, pero se encontrará y se disfrutará. Eso es garantía salvadoreña, como nuestra adoración hacia 'El Mágico' y el sabor de las pupusas.

Foto de moiceleste.com

Jonathan Josué Laguán, salvadoreño, es coordinador adjunto en la sección de la Bundesliga en VAVEL.com