Y a la séptima fue la vencida. El Girona puso fin a su particular pesadilla de jugar en casa y ganó sin paliativos a un Albacete que, a pesar de ser superior en la posesión, no concretó su dominio en ocasiones claras. Los de Pablo Machín supieron aprovechar los contraataques a la perfección y, por tramos, recordaron al equipo que encandiló durante la temporada pasada. Los tres puntos cosechados dan un soplo de aire fresco a una plantilla que empezaba a notar la presión del descenso en el cuello.

La conexión espanyolista funciona

Machín introdujo varios cambios en el once inicial respecto del último encuentro en Mendizorroza. Los carrileros habituales, Javi Álamo y Clerc, volvieron a la alineación en detrimento de Pol Llonch (no fue ni convocado) y Aday. La particularidad del sistema invita a tener carrileros que sean auténticos puñales por las bandas, y las cualidades de Álamo y Clerc ayudan mucho a ello. Ambos fueron un quebradero de cabeza para los laterales Córcoles y Paredes.

El Girona tuvo un planteamiento distinto al de jornadas atrás y salió muy atrevido al encuentro, dispuesto a ir a por los tres puntos desde el primer minuto. Fue Lejeune quien tuvo la primera aproximación con un disparo desde la frontal que se fue arriba (3'), y Jairo lo intentó cuatro minutos después con un remate que Paredes mandó 'in extremis' a saque de esquina. Sin embargo, conforme iban pasando los minutos el Albacete se sacudió la presión de encima y empezó a hilvanar jugadas de peligro.

Lejeune, en el suelo para cortar una acción de peligro, completó un brillante partido. | Foto: LFP.es.

El acercamiento más peligroso lo protagonizó un centro de Portu para Adri Gómez que la zaga local tuvo que despejar a saque de esquina. A pesar del dominio manchego, el primer golpe lo dio el Girona. Sobrino, que debutaba con la elástica gerundense y fue el mejor de los suyos, cogió un balón en campo propio e inició una carrera que culminó en un gran pase para Clerc, el lateral del Espanyol, que siguió el contraataque y batió por bajo a Juan Carlos (1-0, min. 25).

El Albacete siguió intentando, sin demasiada fe y menos fortuna, acercarse al área de Becerra. Kiko Olivas tuvo que cortar de forma providencial un pase de Portu a Rubén Cruz, que no estuvo tan rápido como el ex defensa del Sabadell. Además, los de Luis César Sampedro sacaron cuatro córners consecutivos, lo que acrecentó la sensación de peligro durante varios minutos. Sin embargo, el Girona sacó a relucir una de sus mejores cualidades del año pasado, es decir, su efectividad, para anotar el segundo tanto del encuentro. Javi Álamo centró y, tal y como vino el balón, Jairo, otro jugador cedido por el Espanyol, empalmó la volea para anotar un auténtico golazo (2-0, min. 42), con el que se llegó al descanso.

Mejora el Albacete

El cuadro manchego salió más decidido en el segundo tiempo para intentar voltear un marcador ya muy adverso en el descanso. A pesar de tener Jairo la primera oportunidad tras una salida en falso de Juan Carlos, tres minutos después Portu tuvo la más clara del partido, al plantarse ante Becerra. El meta badalonés sacó una mano prodigiosa para evitar el provisional 2 a 1 (51'), que sin duda hubiera cambiado radicalmente la tendencia del choque.

Felipe replicó tras un gran pase de Granell, pero su disparo con la zurda se fue lamiendo el travesaño de la portería visitante (59'). Sobrino también tuvo su oportunidad, aunque su disparo mordido lo atajara sin problema Juan Carlos (63'). Luis César Sampedro decidió dar el todo por el todo e ingresaron al verde los atacantes Jona y Samu en busca de una reacción que nunca llegaría a ser inquietante para los intereses del cuadro catalán.

El técnico local introdujo a Alcaraz para dar más equilibrio en el centro del campo, y a Borja García por un ovacionado Sobrino. Los minutos finales se disputaron en el terreno gerundense, que intentaba achicar la presión manchega con contraataques para sentenciar. Los visitantes iban coleccionando ocasiones de Santi Jara, que mandó dos disparos que atajó un seguro Becerra (69' y 76'). La puntilla la firmó Alcaraz, tras un contraataque conducido por Granell y culminado por el ex del Hospitalet, que no perdonó ante Juan Carlos (3-0, min. 85).

Los jugadores del Girona celebran el gol de Alcaraz, que sentenció el encuentro. | Foto: LFP.es.

También hubo tiempo para otro postrero disparo de Samu, que volvió a atrapar Becerra, antes que el árbitro pitara el final del encuentro. Un final muy celebrado para un Girona y una afición que necesitaban esta alegría tras ir encadenando decepción tras decepción, especialmente en casa. La victoria permite a los catalanes dormir decimocuartos antes de visitar un campo complicadísimo, el del Tenerife. Antes, toca saborear y disfrutar de un triunfo que ha tardado en llegar, pero que lo ha hecho a lo grande.

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